El Martín más flamenco enamora al Falla
‘Los hippytanos’ comienzan con buen pie la defensa del primer premio de comparsas en una penúltima preliminar infumable tras el descanso
En la que dicen es la noche más romántica del año, Antonio Martín renovó su compromiso con el Teatro Falla, un idilio que ya suma 46 febreros, con una nueva declaración de amor en forma de comparsa. Los Hippytanos fueron los protagonistas casi exclusivos de una función que se volvió una tortura tras el descanso, con hueco para ese otro carnaval que sólo 'disfrutamos' en esta fase del Concurso…
Tibia apertura de función a cargo del coro de la Viña, lejos en repertorio e interpretación de sus mejores años. Uno de los autores que precisamente hizo historia con el coro viñero presentó a continuación su nueva apuesta, con la que defiende el primer premio logrado el pasado año con La comparsa del genio. La comparsa de Antonio Martín dio un golpe sobre la mesa exponiendo un repertorio de altura, sin guardar nada, que eso los grandes no lo necesitan. Despuntó con dos pasodobles de altura, con una música preciosa, el primero un hermoso homenaje a la recientemente fallecida Mariana Cornejo y el segundo en favor de la libertad de la mujer en el tema del aborto, porque “sólo tú y tu conciencia eres dueña de tu vientre”. Buenos cuplés, especialmente el primero a la venta de entradas para el COAC en el Carranza, y un popurrí que desarrolla la historia de este “hippie canastero” que aún tiene mucho que decir en este Concurso. Gran estreno de estos hippytanos, no ni ná.
El regreso de las voces femeninas a la modalidad de chirigotas de la mano de las algecireñas de Valientes peonas no fue tan desastroso como el pase de sus predecesoras -Con un par, en 2010- pero su repertorio, aún trabajado, no cuajó. Ni un golpe destacable en toda su actuación. Cerró la primera parte de la función la comparsa sevillana Los esperados, que dio un salto cualitativo importante respecto al pasado año. Una comparsa muy agradable de oír, con una buena idea y con mucho mensaje, denunciando la fuga de cerebros de la juventud española ante la falta de oportunidades en su país. La sorpresa más agradable de la noche que puede incluso pelear por una plaza en cuartos.
Sobre el papel la sesión pintaba mal tras el descanso y los peores presagios se confirmaron con la salida a escena de la comparsa Perdidos, un despropósito con todas las letras. Un ratito de esos que hacen tan especiales las preliminares, sólo apto para los más jartibles. Tras ellos, la comparsa de Morón La telaraña demostró que, efectivamente, no tiene nada que ver con Pan de azúcar (penúltima en 2013). Un buen conjunto que firmó una digna actuación, de más a menos.
Nuevo bajón con Las picaronas, unas medusas con poca gracia. Dio la estocada a una noche infumable tras el intermedio la comparsa mixta de Isla Cristina Tras el telón, plana en letras y un caos en cuanto a interpretación.
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