Martínez Ares: "Vamos a pelo, sin escenografía, porque así lo requería la idea"
Dentro de 'La Oveja Negra'
'La oveja negra’ se preparó en la peña Los Adoquines entre una gran expectación antes de debutar en el Teatro Falla con la desnudez del escenario como el año de ‘Los cobardes’
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"Es más difícil entrar aquí que en la comparsa". Lo dice Juanmi Gay, cargante oficial de Cádiz, en la calle Sagasta. Se refiere a la peña Los Adoquines, donde se viste y se maquilla la comparsa de Antonio Martínez Ares 'La oveja negra'. No cabe un alfiler. Es normal que filtren el paso hacia el fondo, donde el grupo se prepara. El calor es notable. La tensión aumenta los grados.
Ramoni se pone las botas, en el buen sentido de la palabra, después de ser maquillado por el equipo de Sara Romero. El calzado es militar y es complicado amarrarse los cordones. Cuando se abran las cortinas cumplirá 45 carnavales consecutivos. Se dice pronto. "Y nunca, curiosamente, me he pintado la cara de negro", apostilla. Esta vez sí. Un tiznao, más o menos.
Es un día "jodido" para Jesús Mota, que este año no ha podido salir por motivos de salud. "Ha sido duro no vivir los ensayos y también perderme el ritual del día del estreno. Eso sí, si hubiera ensayado estaría subiéndome ahora por las paredes con los nervios", decía.
Le ha sustituido Fali Vila, que ha regresado contra pronóstico cuando ya, por obligaciones laborales y familiares, había colgado el pito. "Tengo una empresa y el cuarto nieto de camino. Ya tocaba descansar y por eso no salí el año pasado, pero surgió entrar por Mota y no me lo pensé", explica. Entró con la condición de cantar en la fila trasera y salir en el caso de la vuelta de Mota. "¿Dónde hay que firmar?, le dije a Antonio. Con este autor ha estado en varias etapas desde 'Esto es Carnaval' en 1987.
Vila admitía que esta vez tiene menos responsabilidad en el contralto. O al menos una responsabilidad compartida con Jesús Rueda 'El Cateto', lo que para él es "un desahogo, porque ya no tengo la voz de antes". Antes de partir hacia el Falla, el comparsista se había tomado, como de costumbre cada vez que canta en el coliseo, una ginebra con hielo. "Es curioso, pero el hielo, contra lo que se pueda pensar, me tensa las cuerdas vocales. Es lo que tomaba siempre Rocío Jurado antes de cantar", destaca.
El diseñador gaditano Manuel Odriozola supervisa sus creaciones. Es el responsable del tipo de la comparsa desde el año de 'El perro andalú' en 2018. "Es fácil trabajar con Antonio, pero hay que entederlo", puntualiza. Es lo único que Odriozola hace para el Carnaval porque se trata de "amistad" con el coplero.
También empezó con esta comparsa en 2018 la empresa de artesanos Achicarte. Su gerente, Juandi Aragón, estaba pendiente de retocar detalles del tipo que son responsabilidad suya, como las cabezas, los botones o la pasamanería. Juandi confiesa que, aunque trabaja para más agrupaciones, esta comparsa "supone más presión que otra porque hay muchos focos encima y es un grupo que crea tendencia con todo lo que hace".
La sorpresa para el redactor llega cuando se entera de que la comparsa no lleva escenografía ni forillo. Telón negro como en el regreso de Martínez Ares en 2016 con 'Los cobardes'. El propio autor lo explica: "Ni nosotros ni los artesanos encontramos lo adecuado para acompañar al disfraz y a la idea. Es como empezar de cero y vamos a pelo además porque nos dimos cuenta que en realidad la idea lo requería. Achicarte también lo entendió".
Antonio manda a callar, hay mucho ruido en tan pocos metros cuadrados. Las ovejas se amansan. Horas más tarde llegará el momento de enrabietarse y darlo todo. "Señores, a las nueve y media nos vamos para el Falla". Ea, otra vez ataos al maero de las coplas.
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