Rafael Duarte
Ni huesos ni nombres
Final COAC 2024 | Reacciones
Fiel a su costumbre, Antonio Martínez Ares no escuchó el veredicto final del jurado. Agotado tras una actuación histórica, llegó a su casa, se desmaquilló, mudó la piel de oveja negra y rebelde a la de un ser humano blanco y rebelde, y se acostó a dormir. Cayó rendido y no ha sido hasta esta misma mañana cuando se le comunicó que el jurado había decidido concederle un nuevo primer premio, el décimo en su carrera y el tercero de manera consecutiva, algo que no sucedía desde que Antonio Martín lograra encadenar otros tantos entorchados con ‘Entre Rejas’ (1985), ‘Soplos de vida’ (1986) y ‘A fuego vivo’ (1987).
Al filo del mediodía Martínez Ares hablaba con este diario y ofrecía sus impresiones. “La verdad que todavía ando maravillado, porque pasamos una noche inolvidable ayer en el Falla, vivimos momentos en los que pensé que ojalá hubiera estado mi padre allí para vivirlos conmigo, porque me acordé mucho de él. Evidentemente luchamos siempre por ganar, pero ya siempre digo que con la edad uno se lo toma de otra manera. El premio no deja de ser una cosa subjetiva. Pero cuando esta mañana me despertaron y me dijeron que habíamos ganado me sentí muy feliz, porque es la recompensa del trabajo que uno cree que está bien hecho, y saber que uno conecta con la gente siempre es gratificante”.
Antonio siguió diciendo que “hay años bonitos, hay años inolvidables, hay años mágicos, y lo único preocupante es que da mucho vértigo para continuar, pero en eso estamos. Estoy muy feliz y ahora toca disfrutar en la calle”, concluyó.
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