Pa religión, la mía
Chirigota
FICHA
Localidad: Chiclana
Letra: Francisco Javier Macías Tinoco e Iván Romero Castellón
Música: Manuel Benítez Molina
Dirección: Francisco Daniel Benítez Molina
Representante: Fernando Jurado Marabot
En 2016:Los sereníssimos (3º premio)
El tipo. Devotos de la religión carnavalera. Las coplas. Devotos de la palabra del Dios Momo. Una ceremonia en la que se reza con las coplas. Tras un tercer premio, los Molina queman sus últimos cartuchos para repetir en la última noche. Incluso, cortejan con arte al jurado, pero sólo con señas. Mantienen el metacarnaval en gran parte del repertorio. En el primer pasodoble, la fiesta es una excusa para contar la historia de Antonio, que es llevado a la peña todos los martes por su hijo Manuel. Un rato en el que Manuel canta el Vaporcito marcando el compás con los nudillos en el mostrador. Una copla que Antonio siente al escuchar, pero que olvidará al marcharse. Aun así, cada martes volverá a escucharla. En el segundo, algo mejor, regresa el debate sobre si el Concurso es de los gaditanos y el trato que se le da a los forasteros. Ante esto, ellos piensan que el que viene de fuera tiene que entender Cádiz, por lo que si se pierden todo lo que tiene la ciudad les debe dar igual perder en el Concurso. Sobresale en los cuplés el segundo a su bombista, al que no le dedican un pasodoble porque acabaría tocando en el gallinero. En el primero, algo más flojo, Paquirrín es el único novio al que le queda bien el velo.
En cuartos
Las coplas. Al paraíso se llega con las coplas. Salmos al compás del 3x4 y de los bombazos. Bueno, y de los cencerros también. Se esperaba la respuesta de los Molina tras el lío de la penalización. Y lo hacen con un par de tiritos, uno en el segundo cuplé y otro en el popurrí, en el que directamente la lían tocándolo. Mejor el desarrollo que el remate del cuplé, en el que brilla más el golpe de que las vacas llevan timbres de bicicleta en vez de cencerros que el chiste final, en el que dicen que se lo pueden poner aquellos que se han alegrado por lo que les pasó. En los pasodoble, primero presentan una letra algo sensiblera al contar lo que sufre un hombre al no poder ver al hijo de su exnovia, al que crió desde los nueve meses, tras romperse la relación, a pesar de sentirlo como suyo y llevar su foto en la cartera. Sin embargo, en el segundo aseguran que al hacer la chirigota huyen de la pena por los problemas del país y se centran en la que es su pasión, por lo que quieren que les dejen hacer piropos e intentar que el público se ría. No funciona demasiado el primer cuplé, en el que se van directamente al infierno al ver como barquero al Piojo. Es palabra de Dios...
En preliminares
las coplas. Una fe ciega en la fiesta y en las coplas. Un predicador que viene a recuperar todo lo que se ha perdido en la fiesta, como los bizcos en los coros y las comparsas sin chillidos. La chirigota de los Molina comienza la defensa de su tercer premio fieles a su estilo: unas formas muy chirigoteras y una pasión desmedida en el escenario. Algunas veces, un poco excesiva. Pero es su forma de ser y el público cae rendido a sus pies. En el primer pase, lucen mucho más las letras que las partes fijas, que se centran más en ser resultonas para conseguir el favor del respetable, aunque con algún golpe muy destacable, como el del coste del tipo de 'El ojo de Cai', que ha salido por un ojo de la cara. El pasodoble mantiene inalterable la esencia de este grupo, aunque con una interpretación algo más relajada se le podría sacar todo el sabor que tiene. En la primera copla, ajustan cuentas con Cádiz por todo lo que les dio el año pasado, por lo que vuelven a predicar con su compás y a rezar por el 3x4. Bonito detalle en la segunda letra con la cantera de la fiesta. Recuerdan a la afición, los autores y los directores que el futuro del Carnaval es cosa de todos. Destaca de la tanda de cuplés el primero, en el que aseguran que Guillermo Cano se va a llevar el Antifaz de Oro sin pisar el Falla por la cantidad de veces que le han echado. Por su parte, el segundo se queda en simpático al tocar la incorporación de Iván Romero como autor y rematar con su comparsa 'Un fallo lo tiene cualquiera'. Nos confesamos.
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