Selu se pone flamenco

Selu García Cossío.
Selu García Cossío. / Germán Mesa
Faustino Núñez - Musicólogo

13 de enero 2024 - 21:14

Este año, después de demasiado tiempo, la chirigota de Selu ha vuelto al concurso. Se presentan de flamencos, mucho habrá tenido que ver en la elección del tipo la triste pérdida de Paco Sibón, nuestro Paqui, a quien siempre le gustó. Quiso el cielo que dejara este mundo demasiado pronto y su grupo de toda la vida, recordando al compañero querido, ha logrado forjar un chirigotón.

Quien me conoce sabe que soy seguidor acérrimo del genial García Cossío, y que mi opinión sobre este grupo es de todo menos objetiva, pero me piden un artículo sobre ‘Que ni las hambres la vamo a sentí’, supongo que lo hacen por ser estudioso de la cosa flamenca y habrán pensado que soy adecuado para tal menester. Para mí todo un honor.

He de decir que, como era de esperar, la afición flamenca está dividida. He sondeado a algunos compañeros y a unos les encanta, es mi caso, cómo no, y a otros les horroriza. No esperaba menos del mundillo del nunca llueve al gusto de todos. Sé de primera mano el respeto y admiración que siente Selu, desde siempre, por el arte jondo, y lo que nos mostró el martes 9 de enero en la tablas del Falla es una visión irónica de ese mundo. En su repertorio recorre con todo el arte la soleá, la reina del flamenco, la seguiriya, que desde siempre le ha servido a Selu para los recitados, las bulerías de Cádiz por supuesto, cómo no las alegrías, la guajira y hasta el martinete. Y el tango gaditano o el pasodoble, que suena más jondo que nunca.

Cantar flamenco en clave chirigotera es muy pero que muy difícil. Aunar los tercios de un cante al unísono es prácticamente imposible y hay que decir que resuelven estupendamente el reto en el que se embarcaron desde el verano. Han ido a por todas y creo que logran su objetivo con creces. El flamenco y el carnaval son viejos compañeros de viaje, ya lo puso negro sobre blanco el amigo Javi Osuna en su ‘Cádiz, cuna de dos cantes’, y en el carnaval desde siempre han estado más o menos presentes los flamencos. Ha sido inspiración para grandes del arte del tres por cuatro, desde el ‘Capricho Andaluz’ de Antonio Martín a los ‘Flamenkito apaleao’ del añorado Juan Carlos Aragón, de ‘La Parra Bomba’ de la comparsa de El Puerto a ‘La Cuesta Jabonería’ del coro de Fali Pastrana y Quico Zamora, por citar cuatro de mis favoritos. Muchos autores no dudan en meter bulerías y alegrías que para eso también son músicas de Cádiz. Selu siempre ha tenido guiños flamencos en sus chirigotas, no hay año que no reserve aunque sea un detalle por seguiriyas, sevillanas, rumbas, alegrías o bulerías. Necesitaría tres páginas de este diario solo para enumerarlas. Pero este año, después de la ‘Peña Flamenca Enrique el Alienígena’ y aquellos rumberos de Número uno en ventas, y gasolineras, se ha sumergido hasta el fondo en la música jonda, y nos regala un repertorio elaborado en su línea, como un orfebre, con detalles que van aflorando cuanto más lo escuchas.

El decorado recrea la mítica Cueva del Pájaro Azul con foto del Rey emérito con traje… azul. Una suerte de café cantante, una peña llena de flamencos, todos sentados (incluidos bombo y caja), que es como más a gusto están, poniéndose de pie solo en los cierres. Menudo repertorio marca de la casa se ha marcado nuestro Selu.

La presentación es una declaración de principios, semblanza de flamencos de época, tiesos, serios y siempre quejándose. La queja que no falte en el flamenco. A Selu siempre le ha gustado que no solo las letras tengan gracia, sino que la música también sea motivo de risa, ha sido una de sus herramientas creativas predilectas. Y, como el gran músico que es, se marca introducción de guitarra por alegrías sobre el toque de la escobilla de baile, con una progresión interminable que obligan a detener antes de que se le acabe el diapasón. Y claro, el teatro se parte. Por fin, la cadencia de la guitarra parece que da la entrada al cante… pero no, queda una vuelta más. –¡Te corten las uñas! como jaleo/maldición. Por fin entonan uno de los cantes clásicos de Cai que cierran con la salida del tirititrán. La letra cuenta las fatigas económicas y el ruinazo propio de estos flamencos con su coletilla llorada. Siguen por bulerías con el torrotrón de Pericón y entonan un cante al estilo de Manolo Vargas donde el grito de Tarzán se hace quejío, mientras en una segunda letra se rompen la camisa, pero con velcro eh, que son flamencos pero no tontos. Culmina la presentación con las bulerías de cierre “Cádiz es una población” de donde han extraído el nombre de la chirigota, pero sin decir el verso de “Que ni las hambre la vamos a sentí”. ¡Tomaketoma!

El pasodoble de este año, marca inconfundible de la casa Cossío, lo dedica en preliminares a los alcaldes, al entrante y al saliente. Introducción por alegrías lentas ¡Cai! El pito, otra de las armas de inspiración masiva del autor, lo cierra con lo que algunos llaman “el canto del lobo”, recreando sutilmente la fea manía de muchos cantaores de rematar los tercios del cante con un au… llido. Entra pues el pasodoble en tono menor, que siempre suena más flamenco. Un alarde de dominio del tres por cuatro que rompe por bulerías para volver al pasodoble que contiene, cómo no, sus típicos cortes, que este año son “Ole”, “te lo juro” y “por mi mare”, para, tras una tos de limpieza de garganta, acabar con un largo y melismático quejío con mueca de cantaor dolorido incluida. ¡Tipo, tipo!

Los cuplés, cortitos, de Cadi Cadi, por bulerías, intermediados de pasodoble con cadencia flamenca para meter un quejío, y un fin de cuplé marca de la casa. Estribillo por bulerías sobre el leitmotiv del flamenco tieso y entrampao, que rematan con el ¡Huye!, jaleo que popularizó el Bo de Jerez.

En el popurrí vuelca Selu este año toda su inspiración flamenca. La primera cuarteta ya queda para la historia, una genialidad. Sobre la melodía adaptada del clásico cante de Alcalá por soleá, el cante de Joaquín el de la Paula, serio y dramático donde los haya, mete una letra que está en las antípodas de la jondura a la que obliga el estilo, nada menos que el “Hola don Pepito” de los Payasos de la Tele. Los tonos valientes del cante los reserva para el verso “vio usted a mi abuela” con aromas de soleá grande de Triana, regresando al cante alcalaíno cerrando en los bajos. ¿Quién da más? Pues solo es el comienzo.

Contraste por bulerías con baile y cante del imprescindible José Mari, cante de Juan El Ardentía que mete las cinco vocales por bulerías, y cierra la tanda Selu a la guitarra con homenaje al gran Manuel Molina. Y no puede faltar el cante de fragua, el martinete marcando el compás de seguiriya en la sartén dedicado a las compras por internet, lo cierran con la rumba “Ali Ali expreeees”. Y por supuesto, las sevillanas, ingrediente obligado de sus popurrís, esta vez se arrima al “Cántame” pero llevándola a su terreno. También le hace un sitio a la guajira, cante de ida y vuelta, donde aprovecha los melismas propios de los cantes del Niño de Marchena para recrear el zumbido de un mosquito porculín que muere en las palmas de estos flamencos. Sigue un recitado de José Mari al estilo de Pepe Pinto con acompañamiento por seguiriyas. Y como final del popurrí, un tanguillo que desemboca en canción por bulerías con los cortes del pasodoble, “te lo juro” y “por mi mare”, y qué difícil es decir adiós. Completito el repertorio, y el que no diga ole…

A buen seguro que se ha quedado a gusto el genial chirigotero, y todo el grupo. El esfuerzo ha valido la pena, los nuevos fichajes refuerzan el equipo, las guitarras, sin hacer alardes (otros habrían abusado de ellas seguro) cumplen a la perfección el papel encomendado, bombo y caja de lujo en el siempre variadísimo repertorio de cortes y cierres que, este año si cabe es más rico que nunca. Felicidades querido amigo Selu, enhorabuena al grupo, os escribo desde mi Galicia natal, ¡Cómo os echo de menos! Este año habéis dado en el clavo, esto sí que es una chirigota. Por Paco Sibón, y también por Paco de Lucía, que estos días se cumplen diez años sin el gran jefe de los flamencos. Por Cai y su carnaval.

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