Tiempo de reflexión
Ser o no Ser
Todos los años al acabar el concurso pienso que hace falta sentarse a reformarlo. La duración de la preselección sigue siendo una barbaridad. De la duración de la Final, ni hablamos. No hay manera. Bueno, sí la hay, pero lo mismo no interesa. La solución es una final a tres por modalidad. Y no me digan que se quedan gente buena fuera, porque en las Olimpiadas hay solo tres medallas y hay muchos atletas de categoría que en la final se llevan un diploma pa su casa. Una final de tres, da valor al que entra y calma el disgusto del que no lo consigue, al ser más competida. Hay que revisar el tema de los puntos. O se quitan del todo o se puntúa desde el primer día. Quitar los puntos de preselección no hace sino que las grandes agrupaciones casi menosprecien, con razón, esta fase. Es absurdo llevar buenas letras si no te van a servir de nada. Y si se quitan los puntos del todo, también sería bueno poner un orden de los que no pasan, aunque sea por sensaciones. No es justo valorar por igual a una buena agrupación que se queda fuera a otra que ha hecho el canelo. Y si mantenemos los puntos, por favor, adecuémoslos a un fomento de la exigencia creativa. Cantar bien y entonado está muy bien pero la suma de las dos cosas no pueden estar por encima de la letra. Imaginen que en los Oscar se premia más la Dirección de Fotografía y el Vestuario que el Guión. Acabaríamos viendo películas con paisajes y tomas preciosas, con ambientación perfecta, pero más vacías de contenido. El Carnaval de Cádiz es, fundamentalmente, letra y si la menospreciamos estamos matando la esencia de la fiesta. Y cuando pasan y pasan las sesiones y cuesta encontrar perlas en los repertorios, debemos, cuando menos, plantearnos qué está pasando. En mi opinión, hay un acomodo de los autores (permitido por el reglamento) que hace posible conseguir cosas importantes con menos esfuerzo que en épocas pasadas. Malo.
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