"En el concurso tienes que responder a una demanda una vez estás arriba"

Tino Tovar | Autor de comparsa

Tino Tovar, que escribe Carnaval desde los 16 años, no sabe cuando volverá a coger la guitarra

“El Patronato nunca ha sido lo que esperábamos que fuera”

Tino Tovar posa para Diario del Carnaval en el Teatro Falla. / Lourdes De Vicente

Empezó a escribir a los 16 años, con ‘Buscando un tipo desesperadamente’ y el año pasado nos dijo que paraba. No sabía cuánto tiempo y sigue sin saberlo, mientras aprovecha el tiempo en otros menesteres, con su familia, con su trabajo. Tino Tovar , antifaz de oro y uno de los autores de comparsas más laureados, se abre con Diario del Carnaval en esta entrevista a la espera de que vuelva otra vez a coger su guitarra.

–Como diría José Luis Perales, ¿a qué dedica el tiempo libre?

–(ríe) Ahora mismito he retomado una de mis pasiones que dejé por el Carnaval, que es entrenar a equipos de fútbol. Y estoy disfrutando de eso e intentando formarme en otro tipo de cosas que tenía ansias, como armonía, composición literaria,... Cuando aparecen cursos pues me apunto e investigo un poquito. Es que con el Carnaval no te da tiempo, entras en una vorágine de crear y crear y no te da tiempo de ver qué hacen otras personas, qué se hace por ahí fuera. Y sobre todo, mi trabajo y mi familia que en los meses de creación la vida era bastante complicada.

–¿Y está viendo el Concurso?

–Sí, más o menos. Se ve de otra manera, porque dentro del Concurso te pones los lazos de la competencia y, o son my buenas o son muy malas las agrupaciones. Me explico: cualquiera que canta te acojona y le buscas el fallo. Desde fuera disfrutas más de las cosas, eres menos exigente y si tiene un 60% que te ha gustado y un 40% que no, pues te quedas con ese 60.

–Bueno, le pregunto ya, ¿cuándo veremos una comparsa de Tino en el Falla?

–Pues yo no lo sé todavía. Yo lo que sí sé seguro es que ni me lo planteo ahora mismito. He parado y he parado. Y he parado porque lo necesitaba y me he dado cuenta que lo necesitaba más de lo que me imaginaba.

–Pero no es una retirada definitiva, ¿no?

–No, no me lo planteo como una retirada. Si vuelvo disfrutar y me vuelve a apetecer coger la guitarra y ponerme a hacer una comparsa pues la haré.

–Pero será ya con otros componentes ¿no? Según se ha comunicado, el grupo cierra por reformas.

–El comunicado lo ha hecho la agrupación y creo que tiene más que ver con un tema organizativo y administrativo y de respeto a los seguidores. Ya sabes que hoy en día las comparsas tienen que actuar y tienen que montar una sociedad y esa sociedad genera unos gastos y ellos para que esto no siga así ha decidido cerrarlo y ha tenido a bien expresarlo con un comunicado.

"Cuando murió mi madre tenía media comparsa que hacer, y la tuve que hacer y eso me destrozó”

–¿No significa que termina un ciclo?

–Yo no me lo planteo como eso. A ver, entiendo que la intención que tiene el comunicado es administrativa y de organización pero si te refieres a mí, el descansar ha sido una decisión personal, con unas motivaciones, pero en ningún momento tiene que ver con estar descontento con el grupo o el trato que me da el Carnaval ni muchísimo menos. Simplemente, ya dije el año pasado, y desde el año pasado hasta ahora no he vuelto a decir nada más, que no sé si el tiempo me animará a volver y que necesitaba saber si esto lo necesitaba. Es lo último que he dicho a todo el mundo, y si vuelvo alguna vez pues ojalá pueda ser rodeado de amigos y en mi comparsa pues tengo muchos amigos. Pero que en principio ya te digo que ni me planteo sacar Carnaval, estoy bastante lejos de esa idea.

–O sea, que no será en 2020.

–Yo no voy a sacar el año que viene, si alguien quiere salir tiene plena libertad. Creo que es un actitud, en mi caso, que no es egoísta. Porque si no dijera nada quizás la gente estaría expectante y a lo mejor cuando lleguen las fechas ya no hay tiempo para que puedan salir con otras agrupaciones. Todos sabemos que en Carnaval, y sobre todo en comparsas, cuando llega la semana de Carnaval se cuece casi todo lo que va a pasar el año siguiente y ahí aparecen oportunidades. Pero yo lo que he dicho es que no voy a sacar el año que viene, es lo único que he dicho.

–¿Qué es lo que le cambia el chip y decir hasta aquí llegué?

–.... En realidad son un cúmulo de cosas pero principalmente mi madre falleció un 26 de diciembre y tenía media comparsa que hacer, y la tuve que hacer y eso me destrozó totalmente. Interiormente tu espíritu no está en paz, es una sensación de autodestrucción total. Yo pensaba: ¿qué hago aquí haciendo esto cuando no tengo alma ni vida para hacerlo? Pero tengo que hacerlo. Entonces eso es lo que me hace parar y decir voy a descansar. Al final un trance como la muerte de una madre te pone en el abismo de muchas cosas y esos abismos eran, ¿esto merece la pena?, ¿esta dedicación? ¿Habría que probar no hacer esto y a ver que puedes hacer con tu vida en ese tiempo? A medida que han pasado los meses me he dado cuenta que no era forma de hacer Carnaval la que yo tenía ni era forma la de vivir en los meses que yo hacía Carnaval. Y me he dado cuenta que yo llevaba muuuuchos años sacando Carnaval sufriendo.

"Estoy haciendo cursos de armonía o composición, cosas que en la vorágine de crear y crear no da tiempo”

–¿En qué sentido?

–No disfrutaba, no disfrutaba de hacer la comparsa, porque al final es un estrés, una tensión, estás respondiendo a una demanda, moviéndote en un alambre en el que no estás haciendo algo por placer sino casi por obligación donde tiene que pasar numerosas cribas. No sólo tu criba personal, sino la del grupo, la del aficionado, la del jurado,... Es que el mundo de la comparsa en concreto o tienes control absoluto de la situación o es un calvario, y en mi caso hace tiempo que perdí el control de la situación.

–No es el primer autor con el que hablamos ni el único que nos dice que no disfruta. Kike Remolino nos comentó que echaba de menos hacerlo como componente y Chapa que no está preparado para la alta competición.

–Desde mi punto de vista y en mi caso yo ya no disfrutada de ir al ensayo por ejemplo, independiente del teatro. Pero es todo el entorno que se genera en las agrupaciones que van al Concurso a competir. El autor o algunos autores hemos perdido el control de la situación, y entonces estamos supeditados a hacer una comparsa que le guste a la gente que está en tu grupo, que ya tiene unas expectativas, y tienes que responder. Luego te tienes que agarrar a lo que se demanda, tú haces una comparsa que no es sólo si me apetece hacer esto o lo otro, a la hora de escribir una letra tú te estás orientando en base a poder ganar para que esa comparsa gane y tenga éxito. Básicamente yo competir puedo, pero todo lo que envuelve el concurso desde que empieza una obra, es muy dañino para un autor al menos que tú controles la situación. Si la comparsa fracasa, fracasa el autor, las críticas en el teatro recaen sobre el autor y tú no tienes el control de todo. Y al final ocurre que eres el muñeco este que ponen en las ferias para darle palos, entonces es complicado estar ahí, algunas veces se asume bien y otras no, pero tiene mucho que ver con el control que tenga el autor de la situación. No sé si me explicado bien. También te miran como si fueras un profesional y en mi caso, al menos yo, tengo mi trabajo mi vida y después le dedico tiempo a esto.

–Pero cuesta dejarlo pese al cansancio.

–Entras en una dinámica y el Carnaval es una forma de vida. Soy un autor con relativo éxito y todo el sacrificio tiene después una recompensa. Es muy bonito que la gente diga la comparsa de Tino Tovar, es muy bonito llegar a una final del Falla y ganar premios. Nos hemos criado en Cádiz, y quien no tenía una pelota tenía una guitarra, que esto lo hemos mamado. Además tienes una relación humana con la gente que sabe que la única manera de mantenerla es el Carnaval, el Concurso.

–Cambiemos de tercio. ¿Se ve reflejado en ‘Los niños sin nombre? La han comparado con ‘Los callejeros’.

–Me agrada muchísimo y me parece que es una comparsa que tiene una esencia muy similar a la que teníamos nosotros. El soniquete, la forma de cantar, el desparpajo, la alegría que presentan en el escenario. Son niños muy despiertos y está muy bien cantado con una música sin mucha estridencia, a mí me encanta.

–¿Qué queda de ese Tino de entonces, de sus inicios?

–Queda la esencia, el interior, que de alguna manera va evolucionando. Pero dentro eres la misma persona. En el concurso como te decía tienes que ir respondiendo a a una demanda una vez que estás ahí arriba y terminas desvirtuándote un poquito o desnaturalizandote.

"Yo no voy a salir el año que viene, eso es lo que he dicho, y quien quiera de mi grupo tiene plena libertad”

–Pero a usted le llegó el éxito pronto.

–Sí, después del primer premio de juveniles con ‘El lavaero’ sacamos ‘Los callejeros’ y fue una comparsa que tuvo un éxito extraordinario. Lo que pasa es que el último día que cantamos en semifinales tuve yo la brillante idea (ríe) de meter dos cuplés nuevos del tiempo porque le decíamos una tontería al Subiela, una broma de Carnaval, y como éramos tan pibes pensamos que se fuera a enfadar. Pero a toro pasado, el que quiera que escuche el cuplé de los callejeros, era medio pasodoble, larguísimo. Entonces entono el mea culpa. Aún así, años después, los jurados te dicen que estaban por meternos, y al año siguiente llegó ‘La botica’ y la verdad fue una pasada.

–¿Qué recuerda de esa primera etapa?

–Yo te digo que de todas las etapas estoy muy agradecido a todo el mundo y sí es verdad que de todas saco algo positivo, de todas, y he sabido disfrutar de las personas. Indiscutiblemente la primera etapa es, al ser más ingenuo, no sé. Es que yo empecé siendo un adolescente y esta gente niños, luego jóvenes y todas las cosas se viven con una intensidad especial. Nos pasaron también cosas que en el mundo del Carnaval son grandes, llevábamos mucho tiempo juntos y disfrutamos de las cosas, era todo muy especial.

–¿Y luego?

–Luego con Ángel (Subiela) descubrí un Carnaval distinto. Al principio era muy divertido porque estaba gente de mi grupo, luego se fueron y me quedé un poco con el grupo que se estaba formando, pero fue una etapa muy especial. A Ángel lo aprecio muchísimo fuera del local y dentro lo respeto mucho. Aprendí que hay otro Carnaval, que es el del concurso, ofrecerle a la gente lo que demanda e intentar ser el mejor, el que mejor oferta le dé al público, la prensa, al jurado y claro eso genera un sobre esfuerzo, que tiene su recompensa.

–Y ya estos últimos diez años.

–Después esta etapa ha sido preciosa también para mí porque era volver a empezar. Se quedaron conmigo tres o cuatro nada más y con este grupo nuevo hemos hecho cosas muy bonitas, porque artísticamente o creativamente he estado bastante liberado. He hecho cosas que en condiciones normales es complicado que un grupo tire para adelante con esa idea y yo he llevado a cabo comparsas donde yo me sentí libre como ‘Juana la loca’ o ‘Ciudadano zero’, una comparsa que realmente tú llegas a un local y es muy difícil que la gente apueste por eso. Ya después finalmente he perdido un poquito el control, me he alejado del ensayo, del local y he empezado a no disfrutar. Pero sí es verdad que esta tercera etapa ha sido muy bonita también porque, ya te digo, era un grupo que empezaba y nos hemos llevado muchos años juntos, con muchos éxitos y con muy buena relación, muy buenos vínculos y muy buenas amistades.

–Hablemos del Patronato, de la organización. Usted se implicó en esta última etapa ¿cómo lo vivió?

–Bueno primero estaba en un grupo que se habían formado por los autores con más premios de comparsas con los de chirigotas, que hicimos un grupo para cambiar esto. Y se creó un grupo alternativo y fui el que me acerqué a ese otro grupo y entendí que lo justo era que todo el mundo siguiéramos juntos. Se creó la asociación y también intercedí entre la gente del Carnaval y los políticos, que me pidieron que echara una mano, que me pusiera en medio en función de una idea colectiva de hacer el Patronato más representativo de lo que había hasta ahora y que estuviesen las cuatro modalidades representadas las que junto al ayuntamiento, representara un poco eso. Yo dije que cuando se consiguiera iba a salir de ahí porque no es mi sitio y cuando salí casi todas las personas por la que intercedí me demostraron que tenían interés individual, exceptuando, dicho sea de paso, la concejala de Fiestas, que creo que es una persona que siempre se ha mantenido fiel a una idea.

"Cuando eres joven todo se vive con una intensidad especial, nos pasaron cosas que son grandes en Carnaval”

–¿Cómo lo ve ahora desde la distancia? ¿Qué habría que hacer?

–La verdad que ahora desde la distancia creo que se ha hecho un Frankenstein que nada tiene que ver con aquella idea inicial que tuvimos, que era representación de las modalidades, que en el caso que me toca creo que es mínima, que la mayoría de los autores no están representados. Yo personalmente me he desengañado mucho. Creo que el Patronato ya ha cumplido su cometido hace tiempo y está languideciendo, respetando muchísimo el trabajo que pone la gente que está ahí y las horas que le dedica. Pero creo que el Ayuntamiento tenía que retomar el Concurso y si le doy los palos a alguien se lo doy a un político no se lo doy a un compañero. Considero que el Patronato nunca ha sido lo que esperábamos que fuera y en este caso ya, después de la intentona que hubo, ha perdido un poco esencia.

–Se imagina volviendo, ¿cómo le gustaría volver? A ver si es con un coro...

–No lo pienso, lo que sí tengo claro que si algún día vuelvo a sacar Carnaval va a ser de repente, va a ser que un día yo llegue a mi casa y me dé por hacer un pasodoble o hacer un tango, porque se me apetezca. Pero ahora mismo no, y tal como está organizado el Concurso me invita a quedarme en casa. Digo del Concurso que estoy viendo, independiente de la agrupaciones. En fin...

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