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Historias del Salmendro
Cádiz/A José Antonio Vera Luque, a quien su descanso del certamen no le mueve lo más mínimo su corona como uno de los grandes autores de la fiesta gaditana, le da cierto "apuro" contar la anécdota con Miguel Ángel Fuertes por la que, finalmente, opta ("es un poco escatológica") ya que "creo que da la medida de cómo es" el regidor de escena del Concurso del Gran Teatro Falla que está viviendo este año su último Concurso por su próxima jubilación.
"Fue el año de 'Los polvos egipcios', creo que en cuartos, vamos, que no era el primer día de cantar. Estábamos ya en el escenario detrás de la cortina, justo ya para salir. Yo estaba subido a un pedestal en el que me ponían y se me acerca Miguel Ángel y me dice, "qué Salmendrito, ¿todo bien?". Y le comento, pero sin intención de parar nada, "bien, pero me estoy meando". Y, sin pensárselo, me dijo, "pues venga, vete, que tú no puedes salir ahí a cantar meándote, no te preocupes que vamos bien de tiempo". Y cogió y me abrió incluso el cuarto de baño que tiene la tramoya y los trabajadores en la planta baja para que no tuviera que ir a camerinos. Y de verdad que es que estábamos para salir, y no le importó parar todo para que yo cantara tranquilo", agradece.
Pero esta historia es sólo una de "muchísimas" que tiene con Miguel Ángel Fuertes Salmendro y, todas, con un denominador común, "la empatía de Miguel hacia todos nosotros". "Yo sólo puedo tener para Miguel palabras de agradecimiento. Siempre nos ha facilitado las cosas, y mira que nosotros hemos llevado cosas raras al teatro... Un platillo volante, las gradas de 'Los hinchapelotas'... Con eso siempre me daba carga cuando me veía por la calle, "¿a ver qué me traéis este año...", ríe al recordar Vera Luque que cree que a pesar de "lo complicado" de algunas escenografías "no había nada que no hiciéramos con entendimiento por las dos partes". "Ni nosotros hemos exigido nunca nada, ni hemos formado allí ninguna pajarraca, ni Miguel y su equipo nos han puesto problemas, al revés, todo facilidades", insiste.
"Me estoy acordando el año de 'Los superpop' que llevábamos unas bombillas que nos dieron jaleo y también Miguel y su equipo se portaron de maravilla", menciona el chirigotero que también asegura que todos los años tanto Puchi como él se suelen pasar una tarde por el Falla "sobre las cinco o las seis" para hablar "con Miguel, con Pascual y todo esta gente más tranquilos porque luego con el fragor de la noche pues no se puede hablar igual". "Vamos a pisar el césped, le llamamos a eso el Puchi y yo", ríe Vera Luque que este año, a pesar de no salir, se dará "una vueltecita por allí una tarde" para cumplir con ese encuentro anual.
"¿Sabes qué pasa? Que como el tío está hecho un pincel, se conserva de categoría, pues te piensas que es imposible que le toque jubilarse pero los años pasan y, por supuesto, es un descanso merecidísimo. Pero ocurre que cuando se jubilen y no estén en el teatro gente como él o como Eduardo Bablé pues se va a notar mucho, son figuras características de la mecánica del Concurso y yo me alegro que les toque ya un descanso, pero se van a echar de menos", valora.
Un descanso es el que también, al menos momentáneo, se ha tomado José Antonio Vera Luque de la competición. "Estoy siguiendo el Concurso muy tranquilo, sin ningún veneno y sin ningún sentimiento de arrepentimiento, con lo cual me demuestra que no me he equivocado al tomar la decisión de descansar", sentencia.
"Y estoy viéndolo, no le quiero perder la cara al Concurso, estoy completamente al día y mi intención no era darle la espalda. Así que lo sigo sin interés pero sin la obligación de tener que estar atento y desde la tranquilidad. Yo estoy satisfecho con la decisión de no salir este año, haremos alguna cosa loca para la calle y a disfrutarlo así", relata el chirigotero con una incursión comparsista que lo que no tiene claro es su rumbo en años venideros.
"Pues ya iré viendo... Yo ahora mismo, y con todo lo bailado estos años atrás, pues no me quiero obligar a nada. Ya veremos las circunstancias, las apetencias, el tiempo... Todos esos factores me dictarán si hacer algo más sofisticado para el concurso o algo más frívolo para la calle. Ya veremos, yo lo que no quiero es imponerme a mí mismo nada, ni sentirme obligado, las circunstancias son las que mandarán", idea.
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