El ángel de Cádiz
comparsa
FICHA
Localidad: Cádiz
Letra y música: Constantino Tovar Verdejo
Dirección: José Luis Otero Trechera
Representante: José Manuel Fernández Pidre
En 2016: El creador (2º premio)
El tipo. La personificación de la gracia de Cádiz. Las coplas. La esencia de la gracia de Cádiz. La que sale natural para escapar de las fatiguitas. Una idea que suena algo diferente con los ajustes en la pronunciación del personaje, más Pillo que flamenco. Una propuesta con la que el grupo ya se siente más cómodo. La pluma de Tino fluye sola para darle forma. En plena competición, quizás falla la elección del primer pasodoble, que se lo dedican al caso Nadia -aunque su desarrollo es mejor que todos los cantados en preliminares-. La "canción más oscura y sombría" contra el que traficó con la enfermedad de su hija. Un "maldito loco" al que le dio vida el problema de la pequeña, cuando "hay padres que se mueren por que sus hijos vivan". Por ello, le desean que cuando suplique perdón en la cárcel a su hija sepa que fue padre sin merecerlo. Muy acertada la segunda letra al décimo aniversario del cierre de Delphi. Un hombre cuenta lo que sufre desde que la factoría echó el cerrojo y ve que con 50 años y sin estudios ya no tiene salida. En los cuplés, destaca el primero al deseo de Messi de marcharse a Argentina, por lo que le piden que se lleve al hermano del Kun Agüero. Bastante peor el segundo a la agresión de Justin Bieber a un fan, que se salvó porque no lo era de María del Monte.
En cuartos
Las coplas. Un pase para reencontrarse con el público. Con un acento algo más moderado, el personaje sí cala. Una persona que no dice embustes, sino que se inventa las verdades. Y vaya verdades... Pasodobles para recordar que los premios no se dan en preliminares. La pluma de Tino es capaz de explicarle a su hijo con una clase de Naturales lo que se siente con una copla de Carnaval. Ésa que entra por el oído, llega al cerebro y hace que pierdas la cabeza, te toca las entrañas, explota en el corazón y recorre las venas. Tirito en el remate a los que dicen que si no entra de primeras es que hay que escucharla más veces -con mucha razón-. No podía faltar el lado romántico de Tovar en la segunda letra, en la que un hombre quiere cambiar el infierno de una mujer que ha sufrido el maltrato por el amor. También aciertan con los cuplés, en los que su niño va a acabar con la cara como Terelu por caerse del patinete y Chabelita tiene la barbilla como el sillín de una bicicleta.
En preliminares
las coplas. La elegancia hecha comparsa. Vamos, lo que antes era esta modalidad. En unos tiempos en los que muchas veces se valora más la estridencia que el gusto, Tino Tovar arriesga con un personaje que requiere un repertorio suave y muy hablado para poder paladearlo. El principal peligro de la idea está en la interpretación de la típica persona que representa el ángel de Cádiz, con un acento muy peculiar que, quizás, se puede moldear un poco en su progreso durante el Concurso. Una forma de hablar muy propia que Tino borda al darle forma en las letras. Un catedrático del arte y la gracia. Un bohemio que te torea con su forma de ser. Un ángel en un Cádiz que es un cielo. Desde la presentación, la propuesta queda bien definida, aunque su elegancia recibe la frialdad del público. Una pluma que se extiende a los pasodobles, con un aire más sencillo que en otras ocasiones. En la primera copla, vuelven a darle vueltas al lenguaje para explicar todo lo que tiene Cádiz para justificarse ante las críticas por ponerle de nuevo la ciudad el apellido a su comparsa. Con el punto flamenco que tiene la comparsa, en la segunda letra recuerdan el 25 aniversario de la muerte de Camarón de la Isla. Maldicen que su familia no pueda lucir su legado y que la Chispa tenga que buscarse la vida. Cuplés simpáticos y cortitos de duración en los que su hijo les odia -al estilo de la niña gótica del cuarteto del Gago- por llevarle a comer al Merodio y a una denuncia que ponen en la Comisaría, de la que salen con el internet y el Gol TV contratado.
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