Un libro que ahonda en la altura literaria de la obra del Capitán Veneno

Aniversario de la muerte de Juan Carlos Aragón

Jaime Cedillo, periodista toledano, publica ‘Juan Carlos Aragón. El Carnaval con mayúsculas’

"En el Carnaval de Cádiz hay grandes autores, pero Juan Carlos no tuvo rival en lo esencialmente literario"

Juan Carlos Aragón tras una actuación de su comparsa 'Los millonarios'.
Juan Carlos Aragón tras una actuación de su comparsa 'Los millonarios'. / Julio González

No escapa a nadie que la obra del Capitán Veneno ha trascendido lo puramente carnavalesco para interesar a quienes han visto en sus creaciones algo más que coplas populares. Jaime Cedillo, periodista cultural y poeta de Torrijos (Toledo), es una de esas personas. Acaba de publicar el libro Juan Carlos Aragón. El Carnaval con mayúsculas, un ensayo que ahonda en la obra del autor poniendo énfasis a la altura literaria de sus letras.

¿Cómo llega un periodista y poeta toledano a toparse con la obra de Juan Carlos?. “Un amigo de la infancia, cantautor, llamado Carlos Bueso, me propuso que hiciéramos una chirigota en Torrijos. Yo no tenía ni idea de cómo hacerla, pero supe que aunaba humor, crítica social y emoción, tres pilares para mí fundamentales en una obra de arte. Sacamos la chirigota y me interesé por el Carnaval de Cádiz. Y me impresionó tanto que quise saber qué se cocía en esa ciudad”, relata. Así descubrió a “Aragón, Selu, Martínez Ares… y me fascinó tanto que empecé a entender el Carnaval como concepto y entre todo ello retumbó en mí Juan Carlos Aragón, que se salía de la horma, sin parangón por la profundidad de sus letras, cultas y a la vez populares. Y, claro, me fascinaron el personaje y su obra”.

La portada del libro que analiza la obra de Juan Carlos Aragón.
La portada del libro que analiza la obra de Juan Carlos Aragón. / D.C.

Cuenta Cedillo que “la relación del Carnaval con la literatura estaba ahí. Primero hice un reportaje sobre la comparsa ‘El perro andalú’ de Martínez Ares, con sus guiños a la Generación del 27, y vi que daba para algo más extenso. Y si había alguien que vinculaba a esta fiesta con la literatura, ese era Juan Carlos Aragón”. Luego contactó con la editorial Renacimiento, de Sevilla, donde le animaron a hacer el libro. “Tras el fatal desenlace me metí a fondo. Hice los dos primeros capítulos pertinentes para poner en situación a aficionados de fuera, haciendo hincapié en el entorno y el contexto de la obra de Aragón. Luego ya profundicé en la obra en sí. Un vasto material: su tierra, el amor, la gente, sus caprichos poéticos…”, expresa.

Se puso a escuchar “copla por copla de 1994 a 2019”. “Mi asombro fue no dejar de asombrarme. Una cosa es escuchar y otra analizar. Y cuando uno analiza lo que ha hecho Juan Carlos es cuando se asombra”, argumenta. Según Cedillo “la literatura de sus coplas es la piedra angular de este ensayo. El latido literario de su obra le distingue de los demás”.

Porque para este periodista toledano “Cádiz está lleno de autores con una sensibilidad especial, vaya esto por delante, pero la manera de disponer las palabras en un verso con esa perfección, solo se la podemos atribuir a Juan Carlos Aragón”. Un coplero que atesora “una cantidad de figuras retóricas que hacen constar lo bien que escribía. Martínez Ares, Chapa, Bienvenido, Tino Tovar… son grandes autores, pero Juan Carlos no tuvo rival en lo esencialmente literario”.

El análisis del repertorio de Aragón ha llevado a Cedillo a destacar dos de sus comparsas “no suficientemente valoradas… bueno, o al menos dos que no son de las más celebradas: ‘El golfo de Cádiz’ y ‘Los peregrinos’. La primera de ellas cuenta con un repertorio espectacular y pinta un personaje profundo y romántico”. La segunda incluía el famoso Credo carnavalesco que se ha convertido en himno.

El libro, salpicado de las coplas del Capitán para hacerlo más ameno, cuenta con otros apartados como el humor, incluyéndose sus cuples ‘bastinazo’, o la música, “con sus influencias latinoamericanas, la canción de autor, el rock andaluz, Leonard Cohen o Bob Dylan”. Asimismo “el pensamiento es fundamental porque recoge su ideario y justifica esa manera de actuar tan rebelde” Y para el epílogo, lo que ha supuesto su muerte y lo que ha influido su figura.

Una letra "formalmente perfecta"

¿Una copla donde se destape la literatura de Juan Carlos Aragón? Un pasodoble de ‘Los peregrinos’ (2017) que no se cantó en el Concurso del Falla dedicado a la taberna. “Está muy bien escrito, aunando conceptos existencialistas en una misma pieza. Profundiza, además, en una figura clave para entender su obra: la soledad. A la que también brillantemente escribió en ‘La banda del Capitán Veneno’. Formalmente es perfecto y tiene una profundidad filosófica y poética difícil de superar”, destaca Jaime Cedillo.

Aquí donde el hombre se vuelve decente,

a donde el sudor se convierte en el vino.

A donde el dolor borra cuentas pendientes,

aquí donde siempre se acaba el camino.

Mi patria, mi escuela, mi templo diario.

Aquí donde el mundo al pasar

el paraguas y el llanto se quedan afuera.

Mi cárcel y mi catedral, con su cura, su altar,

y su confesionario.

Aquí donde Dios al entrar, se convierte sin más

en un hombre cualquiera.

El rincón, el último rincón,

a donde aún se celebra lo de la multiplicación

cual si fuera el milagro del pan y los peces,

yo he visto mil veces venir de la playa

solas las caballas sin su pescador

que espera dentro cantando

y multiplicando por mil la alegría,

que es el pan de cada día si no hay otra solución.

Cuando llego siempre se han ido los males y los dolores

porque amigos que son amigos

hacen de amigos y amores.

Y que no tendrán sus vitrinas cómo será su veneno,

que las mujeres van tranquilas y los guardias tienen miedo.

Lejos de todos ustedes y del mundanal ruido,

entre sus cuatro paredes la vida tiene sentido.

Me da igual que exista un Dios que resucite mi alma

porque como aquí me tratan nadie nunca me trató.

Aquí dentro soy feliz, aquí tengo vida eterna.

Aquí dentro hay un país que el que bebe lo gobierna.

Y con la copa en la mano ya nos tocaba brindar,

nos da igual lo que dure su majestad

pero larga vida tenga la reina.

Me refiero a la reina, a nuestra única reina,

nuestra vieja taberna.

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