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La más emotiva Gran Final con los ausentes más presentes

Las antologías de Juan Carlos Aragón y Manolo Santander

La noche comienza con el Falla en pie por las coplas eternas de Juan Carlos Aragón y Manolo Santander

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El Falla canta el 'Me han dicho que el amarillo' de Manolo Santander. / Julio González

Cádiz/El Gran Teatro Falla, hasta la bandera, es un único cuerpo, una única voz. Que reza. Reza un credo y reza un himno. El Gran Teatro Falla, en pie, 1.200 gargantas al unísono Creo en ti, oh todopoderoso Carnaval de Cádiz; El Gran Teatro Falla, en pie, 1.200 corazones latiendo al 3x4, me cachi en la mar, Me han dicho que el amarillo... Las coplas de los ausentes más presentes, Juan Carlos Aragón Becerra y Manuel Santander Cahué, son resortes que levantan, que elevan, que superan al público de esta Gran Final que comienza a corazón abierto con las antologías de estos dos copleros que ya son mitos. Gloria y paraíso.

Mitos que se celebran desde patio de ese paraíso hasta el patio de butacas, enfudados en sus disfraces, agitando los plumeros. Vive el Carnaval. Viven sus dioses encarnados en sus hombres. Los de Aragón toman primero la escena transmutados en el propio Capitán Veneno. Impresionan. Y largan. Largan por derecho una presentación inédita de 'La Gaditanísima', una copla anterior a la que finalmente decidieron presentar a Concurso.

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El Falla canta el credo de 'Los peregrinos' junto a 'La eterna banda del Capitán Veneno'. / Julio González

No ha sido lo único novedoso que sus correligionarios han podido escuchar en esta emocionante apertura de la Gran Final. Pasodobles que se guardaban en un cajón, de la propia 'Gaditanísima', de 'Los mafiosos', donde las despedidas y el paso del tiempo, los aciertos y los errores se convierten en hilos para coplas bellísimas del chico malo del Carnaval gaditano. Estremece hoy escucharlo, en voz de sus hombres, escribir sobre el adiós o sobre el tiempo que avanza, y que no perdona. Y tranquiliza, algo, sí, cuando es su propia pluma la que asegura que fue feliz escribiéndole y cantándole a su tierra.

Tanda de cuplés para relajar el ambiente, también de las mismas agrupaciones de 2019 y 2018, con estribillos coreados y vitoreados por el millar de amantes de Aragón. Y mientras la nueva savia los celebra, los reproduce y los enaltece. Los que superan y rozan los 40 sienten el trueno eléctrico desde la punta del pie a las mismas conexiones cerebrales cuando los comparistas avisa: "A morir, que la muerte es un día..."

El popurrí de 'Los condenaos' nos devuelve a muchos la imagen de un Juan Carlos en el paredón con su primera comparsa, la que inauguraría una trayectoria de dolor y gloria, que ya quisiera el propio Almodóvar... Esta vez son sus chicos los que cantan esa rumba y testamento, que lamentablemente ahora cobra tanto sentido, del condenao... Ya saben... Mi guitarra, no se la den a cualquiera...

El otro gran testamento del enfant terrible del Carnaval gaditano en su etapa más luminosa, El credo de 'Los peregrinos', cierra la actuación de la antología de Aragón que sólo regresa a las tablas para cerrar este comienzo de Gran Final entonando el Me han dicho que el amarillo junto con la chirigota de Manolo Santander.

Y es que es el propio Manolín Santander, bisagra entre estas dos puertas al recuerdo, el artífice de esta unión ya que es el responsable de 'El batallón rebaná', la antología de su padre, además de ser guitarra de 'La eterna banda del Capitán Veneno', su comparsa en los últimos años.

Fugaz sale de escena Santander, cambia de piel, abandona las oscuridades del Capitán Veneno y se enciende con el colorido de ese Batallón rebaná que entra con la avanzadilla de José Luis Aculaero y con el grito desde los cielos de "¡ya está aquí la Viña!".

Y no hay más verdad. La Viña impone su ley, hinca bandera y mece el pasodoble como se mecen las olas antes de romper en esa orillita de La Caleta donde Manolo Santander vive para siempre. La presentación escrita para la ocasión, que ya pudimos disfrutar en el estreno de la antología en el Teatro del Títere, y el aplaudido pasodoble de medida de 'La maldición de la Lapa Negra' han inaugurado el pase de los hombres de Santander en las tablas.

Ese séptimo de caballería que suena, de nuevo, en este templo de los ladrillitos coloraos, ay, dime, ¿qué tienes?, emociona hasta a las almas hecha de piedra ostionera, al igual que el trabalenguas del trío en el pasodoble de su chirigota del pasado año.

Cuplés de 'Los de Capuchinos', ¡Penitencia, Penitencia!, y finales de popurrí enchampelados que nos llevan al espíritu de 'Los de Cádiz Norte', 'Los destripadores de la calle Londres' y 'La maldición de la Lapa Negra' con la enorme esfigie del propio Manolo, Santander con su tipo de la chirigota con la que el pasado año ganó el primer premio, dominando toda la escena, una auténtica sorpresa que los artesanos de Imaginarte han querido tener con el grupo.

Manolín Santander toma la palabra. Agradece. Llama a su comparsa. Y desde el último rincón del Gran Teatro Falla, con un solo cuerpo, una sola voz, con un único espíritu, suena y emociona Me han dicho que el amarillo. Momento inolvidable, único, para abrir la Gran Final del Concurso 2020. Difícilmente superable.

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