Antoñito Molina conquista con su pregón la estación soñada: el Carnaval de Cádiz
El pregonero se cuela como polizón en cada uno de los vagones que conforman la fiesta, en un bonito viaje por cada modalidad
Programación completa del Carnaval de Cádiz
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Sin más equipaje que el amor infinito por la tierra de la alegría, la libertad y el ingenio y el talento de un artista que es profeta de su tierra, Antoñito Molina aspira a colarse en el tren que le llevará directo a la estación soñada: Cádiz.
El escenario de San Antonio se transforma en el andén de este ferrocarril para el que el roteño no tiene billete, porque se lo tiene que ganar “con arte, prueba si puedes colarte”, se dice ante el revisor, un Jesús Bienvenido que le advierte: “te voy a dejar pasar, pero cuidadito, mucho cuidadito que los pasajeros de este tren son de calidad, y a la primera de cambio ya está tú en lo reondo de la calle”.
Porque el sábado de Carnaval es ¡el día!, el día en el que el pregonero tiene que meterse a esta tierra en el bolsillo, tras burlar las trabas de un revisor que finalmente le da una oportunidad, ante lo que Molina le dice cantando que “no esperaba este viaje por eso no llevo equipaje”.
Es entonces cuando el exultante pregonero se ha dispuesto a atravesar los cinco vagones de este tren que rezuman la esencia del Carnaval de Cádiz, “donde crecí cantando… soy el niño de Rota, trotamundo aventurero, y canto en mi chirigota a la tierra que más quiero. He mamao el Carnaval, como si fuera hijo tuyo y 26 madrugás he acompañao detrás a la madre del greñúo. Soy el que desde mi espigón tantas veces te miró”, se ha presentado cantando este viajero, conocedor del privilegio que ha supuesto pregonar la fiesta de lo que tantos son merecedores "y pocos los elegidos”, y a los que ha ido rindiendo un homenaje con el que ha ido manufacturando su billete entre copla carnavalera y canciones propias, y así llegar “a la última estación, que se llama Cai de mi corazón”.
Justo antes de zarpar hacia la esencia pura del Carnaval, ha cantado junto a su banda el tema ‘La aventura’, tarareada por todo San Antonio, mientras se ha oído el silbato de salida del tren que da comienzo en el vagón del coro, en un viaje que ha continuado en el de comparsa, el de la cantera, el cuarteto y la chirigota, para terminar de darle un repaso al Carnaval de la calle.
En el primero, “el que dicen que tiene la esencia más pura y auténtica, lo más genuino del lugar donde llegamos”, aparecen los acordes del tango, el que tanto ha brillado en la vía de la calle “Londres, en la plaza, la Viña, el Cañón y el Mentidero, el tango es arte y salero”, ha proclamado un corista de ‘Las entrañas de Cádiz’, “que el tango de Cádiz entra por las malas, o por las buenas”, le espeta antes de ser entonado en la voz del pregonero.
Son estas “melodías de caramelo” las que han dado paso a un nuevo trayecto desde el vagón de la comparsa. Una modalidad con la que hace un viaje en el tiempo hasta recalar en ‘Los pajeros’, que ha interpretado la comparsa de Los Pabellones, “el templo del Carnaval", entre los que no ha faltado Miguelito Claret, encargado de colocar la primera prenda del disfraz en el que el pregonero ha empezado a enfundarse con retazos regalados por cada modalidad, para desearle con arte:“Buen viaje chiquitín”.
Un camino que el roteño ha continuado con su banda para cantar el tema inédito ‘La comparsa’, que ha hecho las delicias del público entre versos que homenajean a Martín, Juan Carlos, Martínez Ares, Bustelo, Tino, Bienvenido y Quiñones.
Tras la comparsa, la expedición se ha adentrado rumbo “al vagón más importante”, el la cantera, representada por los niños y niñas que han conquistado los primeros premios de este año en chirigota. “Acabo de bajar de la luna, no quería perderme este momento, que las verdaderas estrellas están aquí dentro”, ha confirmado el autor José María Barranco transformado en astronauta, para dar paso a estos protagonistas indiscutibles de la fiesta. Los chirigoteros de ‘Si tú quieres ser feliz’ y de ‘Las gitaneras’, con las que Antoñito no se ha querido ir, “porque es que se me caen los lunares”, ha prologado antes de dar paso a su coreada presentación.
Pero llega el “frenazo” obligado para defender la igualdad en este pregón que también se tiñe de violeta. “Porque aquí hay algo que está escacharrao, y de largo se viene arrastrando”. Ha acertado el pregonero en recordar que “sin una mirada feminista y transversal, perdóname que te diga, pero esto no es libertad, ni esto es Carnaval... Que las coplas son del Falla, de las casas, de la calle y del pueblo en su totalidad, y las carnavaleras han sido el motor de este tren, las que han estado en la sombra sin que nadie les diera una palma, desde 'Las molondritas', hasta la actualidad".
Un merecido toque que ha rematado con la actuación de la comparsa de las niñas de Rota, antes de continuar el viaje desde el vagón del cuarteto, el más irreverente de todos este año, y el más cargante precisamente con el pregonero, con los cuarteteros dirigidos por Ángel Gago. “Quillo, ¿qué haces en este vagón? aquí no cabemos más", le ha cuestionado el autor de ‘Ku Klux Klan Klan’, Miguel Ángel Moreno, "pero si es el vagón que más vacío está”, ha contestado el pregonero. Y es que el del cuarteto es distinto, “solo puede haber 3,4 ó 5, y esta modalidad merece un respeto, no queremos a alguien que no tiene ni idea de cuarteto”. Ha mostrado entonces un fragmento del billete que se ha ido creando con el que ha reivindicado que “cómo que no, si yo soy de Rota y allí el cuarteto es una institución”, sacando pecho de aquel mítico cuarteto con Felipe Segundo sobre las tablas de San Antonio. Historia viva de la modalidad.
Así que no lo dejan pasar al siguiente vagón sin antes superar el desafío de rematar míticos estribillos que van desde el “¡Ay que casualidad!, hay una guerra mundial”, pasando por el “soy Currito de la Cruz”, o al “Sin dios, sin patria y sin ley”, ante las que el pregonero ha salido indemne para tomar rumbo al vagón de “la amistad, en este viaje de la vida”, ha confesado antes de dar paso a la voz emocionante y desgarradora de su amiga Pastora Soler, acompañada al piano mientras ha cantado la presentación de ‘Los ángeles caídos’.
Pero entre todos los vagones, Antoñito Molina se ha adentrado en el que es su debilidad, “será que siento que estamos apuntito de llegar”, ha expresado antes de alcanzar la chirigota, “el último de este tren, mi vagón del tres por cuatro, de mi infancia y mi niñez”.
Una modalidad representada por prácticamente toda su familia, de la que ha colmado el tren junto a buenos amigos chirigoteros. De la parodia que protagoniza con un Yuyu convertido en James Bond que se encomienda a la misión de buscar al polizón, o con el Sheriff y su chirigota, que le ha dedicado un pasodoble al pregonero dándole el testigo, para terminar subiendo a tantos y tantos compañeros con los que entonado ‘Desde un tiempo a esta parte’, tras cantar con los amigos de su propia chirigota.
Un viaje que no puede finiquitar sin conocer el Carnaval de la calle que con buenas artes le muestra un acertado y brillante Riky Rivera, “aunque no se enseña, sino que se siente con dos cuplesitos en el bordillo de la acera... porque es la escuela irreverente, la maestra canalla, la protesta resiliente, las verdades a la cara”.
Como tampoco puede alcanzar su última estación sin las certezas de otro veterano foráneo que tanto quiere a nuestra tierra, Manu Sánchez, que bien sabe que “de Cádiz tendrás que irte, porque Cádiz nunca te abandona”. Le brinda sabios consejos de veterano admirador de la tacita, “que el gaditano nace en Cádiz”, que para ganársela “tiene que entrar con admiración, devoción y respeto. La bendición de Cádiz no se gana por cojones, no la des por hecho, la tendrás que buscar y conquistar”, le ha asegurado antes de recoger el tiket. Y lo recibe en este destino final, cómo no, un sabio flamenco, artista y amigo, el gaditanísmo David Palomar, que con 'age' le cuenta a dónde y cómo hay que llegar. “Que Cádiz te ha elegido para que estés aquí porque ella sabe cuando un hijo la quiere de verdad... Porque no existe billete que se pueda comprar”, desvela.
El viaje, repleto de experiencias carnavaleras, ha ido llegando a su fin, no sin antes devolverle a la ciudad este honor con la canción también inédita ‘Cádiz, si no fuera por ti’, para terminar echando a la caldera los tangos, pasodobles, cuplés, estribillos, el age, la gracia y la carga “para que nunca descarrile, si estamos juntos, este tren de la libertad”. ¡Y que empiece el Carnaval!
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