Antoñito Molina ('Que sea lo que Dios quiera'): "¿Presión? Para presión la que tiene un cirujano"
Si caminito del Falla
El chirigotero y pregonero del Carnaval de Cádiz 2025 se prepara junto a su agrupación en una abarrotada peña Pepín Muñoz
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Con la fe de quien se encomienda al dios Momo, con la seguridad del amor en comunión de la familia de sangre y de la carnavalera y con el temple de quien bebe del cáliz de la fuente –el barrio de la Viña–, la chirigota del pregonero reza ‘Que sea lo que Dios quiera’ en la peña Pepín Muñoz antes de pisar las tablas del templo, las del Gran Teatro Falla. “¿Presión? Para presión la que tiene un cirujano”, ríe Antoñito Molina, enfundado ya en su tipo de sacerdote chirigotero.
“¿Cómo vamos a tener presión si este año han vuelto todos los grandes?”, resuelve entre broma y verdad el músico y director de ‘Que sea lo que Dios quiera’ que defiende a capa y espada su “forma de hacer carnaval” que es la que vienen demostrando su “grupo de amigos” desde “hace 18 años que fue cuando empezamos a hacer Carnaval allí en Rota, “y 7 ya mirando al teatro”.
Pero no, aunque Antoñito Molina hace un esfuerzo por mostrar el tipo de normalidad “de un añito más de Carnaval”, efectivamente, acaba reconociendo lo “especial” de este 2025 donde su carrera musical ya consolida el momento dulce que lleva saboreando desde hace un par de años y en el que, además, pregonará la fiesta grande de febrero. Ingredientes para una situación extraordinaria que se materializa en una peña llena hasta la bandera, en una especial atención mediática, y en no pocas seguidoras y seguidores que se acercan al rincón del Corralón donde se prepara su chirigota para salir, en volandas, por cierto, hacia el Gran Teatro Falla.
“Hombre, es un año muy grande y muy importante para nosotros, pero la verdad que quiero separar la chirigota del pregón porque no quiero que nadie de mis amigos tengan que verse afectados por eso. Lo del pregón es tremendo, es un sueño, pero hoy estoy centrado en nuestra chirigota, que refleja cómo entendemos nosotros el Carnaval, que es desde nuestra amistad y desde ir mejorando las cositas cada año”, relata entre guiños, miradas cómplices y manos que intentan llegar hacia el artista de pop andaluz que se pliega con humildad a la grandeza de febrero. “Totalmente, es que el Carnaval y la Semana Santa es lo que me conecta siempre a mi tierra”. Y la tierra es importante para Antoñito Molina. Lo es.
“La misma entrega de siempre, el mismo interés. Antonio es fundamental. Él ya lleva unos años muy metido en su carrera musical, pero la única diferencia es que si antes metíamos algo en dos días, ahora lo hacemos en cinco. Pero merece la pena”, asegura Iván Herrrera, su amigo y letrista, junto a Antonio Rodríguez el Mellao, de ‘Que sea lo que Dios quiera’.
Y es que tanto Herrera como Molina coinciden en ese espíritu de superación y de “competir contra nosotros mismos” de su agrupación. “Nosotros al terminar el Carnaval decimos, ‘uf, aquí estamos mal en tal cosa’, ‘tenemos que mirar esto para el año que viene’ y así vamos poquita a poco mejorando”, dice el músico. “Las cosas que veíamos que el año pasado no nos encajaban del todo, las hemos limado para ‘Que sea lo que Dios quiera’. Y la verdad venimos muy contentos e ilusionados”, refrenda el autor de la letra.
Emoción que se destila en los paseos arriba y abajo de los integrantes de la chirigota, de la visita de Chiqui, uno de los chirigoteros que ha abandonado la tropa “por trabajo”, en cada abrazo con otros compañeros de modalidad que han querido pasar por la peña para desear suerte. Emoción en “el día más diferente del año”, en el día que siguió a la noche en la que “no se pudo dormir” por “esa cosita por el estómago”, del día “en el que no dejas de mirar el tipo hasta que te lo pones”, va relatando Antoñito Molina que incluso antes de salir para Cádiz quiso compartir sus pensamientos en las redes sociales con un pequeño vídeo y una fotografía con “el primer disfraz” con el que su madre lo vistió cuando tenía "creo que 3 años". “Y pintado muy malamente, porque mi madre nunca ha sido muy manitas”, ríe.
Otras manos, las de Sara Romero y su equipo de Camerino de Artes y Horrores, las de Alejandro Mariño, las de Maura Revuelta y las de Ani, “nuestra costurera de Rota”, son las que los abrazan este año en su camino, su caminito, hacia el Falla. “Un buen equipo”, dice Iván Herrera, que dan forma a esta nueva plegaria, que el dios Momo guarde.
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