Carnaval de Cádiz
El balance de las preliminares y los cuartos del COAC 2025: Un calendario insufrible

El balance de las preliminares y los cuartos del COAC 2025: Un calendario insufrible

La decisión del Ayuntamiento de Cádiz de celebrar 29 funciones seguidas le quita agilidad al Concurso del Gran Teatro Falla

COAC 2025: Estas son las agrupaciones que pasan a semifinales

La comparsa 'Los trastos'. / Germán Mesa

Cádiz/La larga maratón de coplas que se ha vivido en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla y que se cerró el pasado jueves tras 29 funciones seguidas ha dejado muchos frentes abiertos por todas las polémicas que se han ido acumulando en estas cuatro semanas, focalizadas especialmente en la fase de preliminares. Problemas que darán lugar a muchos debates en el postcarnaval, estando de fondo la tan manida cuestión de la necesidad de una reforma del COAC. Este es un asunto que se repite hasta la saciedad. Sin embargo, es una tarea casi imposible de realizar debido a que nunca ha existido consenso en el mundo del Carnaval debido a los intereses particulares de cada uno de los participantes, existiendo cientos de concursos diferentes en función de los objetivos de cada uno. A esto se une que siempre se habla de una reforma, pero nadie tiene claro un formato serio que no desvirtúe el Concurso que conocemos. Porque un paso en falso puede cambiarlo todo, por lo que cualquier variación debe hacerse desde la razón y no desde las entrañas. 

Aunque sigamos dándole vueltas al mismo asunto desde hace años, hay que partir de la base de que el Concurso del Falla es irreformable en el sentido de que tiene un formato y un reglamento más que asentados, aunque siempre existen cuestiones que se pueden pulir. Sin embargo, los problemas que van apareciendo siempre se van parcheando, en vez de hacerse una lectura global. Esto, realmente, es un problema organizativo heredado desde hace años al no contar el Carnaval con una delegación propia que trabaje todo el año en la organización de la fiesta, sino que solo se toma en serio cuando se va acercando.

Al final, esto provoca que todos los grandes debates se centran en todas las cuestiones organizativas en vez de hacerlo en lo que es realmente importante, que es la copla, sus caminos, las modas, la defensa de la raíz y los envoltorios que hacen que se difuminen.

Sin embargo, en estas semanas hemos estado más pendientes del tedioso calendario, lo sucedido con la chirigota negacionista o la descalificación de la chirigota ‘Las precavidas’.  

El calendario

La chirigota 'Los muchachos del congelao'. / Germán Mesa

Si hay una cuestión que tiene muy descontento a gran parte del mundo de la fiesta es el insufrible calendario del presente Concurso del Falla. Era una cuestión que se sabía que iba a suceder, tal y como se comprobó cuando se utilizó el formato de funciones de preliminares con seis o siete grupos en el año 2017. Esa prueba no funcionó y al año siguiente se volvió a apostar por funciones más largas para comprimir un poco el calendario.

Cuando se cerró el plazo de inscripción, ya se sabía que mantener el formato de 2024 suponía irse a las 22 funciones de preliminares. Sin embargo, el Ayuntamiento optó por seguir con este modelo. Pero, para más inri, decidió suprimir el descanso entre preliminares y cuartos, por lo que se han sucedido 29 sesiones seguidas sin parar. 

Toda decisión tiene daños colaterales. El primero, el enorme cansancio provocado en todos los actores de la fiesta, desde los participantes hasta todo lo que rodea al Concurso. El segundo, y no menos importante, el papel secundario que juega la cantera en la fiesta.

Y es que estas agrupaciones se vieron obligadas a empezar el Concurso del Falla el 11 de enero con las juveniles y el 17 de enero con las infantiles. A esto hay que sumar que han tenido que esperar algo más de un mes para celebrar sus finales, algo inconcebible, ya que han tenido tiempo de montar una agrupación entera si hubieran querido. 

La excusa oficial en todo este asunto es que las agrupaciones no quieren actuar pasada la madrugada con el teatro vacío. 

Esto resulta incongruente, ya que en preliminares las funciones con seis grupos apenas han superado las 12 de la noche como hora de cierre, mientras que en cuartos se han celebrado sesiones con hasta ocho agrupaciones, finalizando en una horquilla entre la 1 y la 1.45 de la madrugada en función de los montajes y la rapidez con la que ha trabajado la tramoya. En este último aspecto, hay que tener en cuenta que los montajes son mucho más voluminosos según vayan avanzando las fases. ¿Por qué en preliminares no se podía traspasar el límite de las 12 de la noche y en cuartos y semifinales sí? ¿Cuál es el problema verdadero?

Realmente, no existe un motivo consistente que haya motivado esta decisión, lo que ha provocado que el Concurso se haya alargado artificialmente.

Existen varios motivos claros que hacen que la primera fase no pueda ser tan larga. El primero es que el jurado pierde en 22 días las referencias a la hora de juzgar a las agrupaciones. Y es que, al final, las valoraciones son comparativas entre todos los grupos, por lo que al pasar tanto tiempo se acaban perdiendo más allá de las puntuaciones. El segundo es el cansancio que provoca entre las agrupaciones, pasando hasta tres semanas entre pase y pase de las agrupaciones del primer tramo del certamen. Y tercero, el Concurso pierde agilidad en su celebración, por lo que el tedio acaba siendo más mental que real por el paso del tiempo. 

A esto hay que unir que es indispensable que exista, al menos, una jornada de descanso entre cada una de las fases que permita liberar las mentes y dar algo de espacio a los grupos para respirar. Este aspecto es vital para el buen funcionamiento del Concurso, de manera que la sensación que deje no sea tan agridulce, aunque esta visión cambia a partir de la llegada de los cuartos de final, en el que ya el COAC corre hasta su fin. Por ello, es necesario volver a las funciones de siete u ocho grupos para que la primera fase dure unos 15 días 

El asunto de 'Las precavidas'

La chirigota 'Por si acaso... las precavidas'. / Lourdes de Vicente

Otro de los grandes asuntos de este Concurso del Falla es lo sucedido con la chirigota de Puerto Real, que presentó dos agrupaciones con ‘Por si acaso... las precavidas’ y ‘Las precavidas’. Fue una apuesta diferente a lo conocido hasta la fecha al contar con una chirigota de primera y segunda parte, con un mismo tipo pero repertorios diferentes. 

Esta idea, sin embargo, se topó con el reglamento, que obliga a presentar un tipo de estreno en el COAC, por lo que fue descalificada la segunda de ellas. Esto ha provocado reacciones dentro de la fiesta. La más clara ha sido el pasodoble de ‘Los inhumanos’, que sin cortapisas ha puesto sobre la mesa el debate sobre cómo van las agrupaciones al Falla y si es legal o ético lo sucedido. 

Lo que queda muy claro con este asunto es que hay ciertos autores dispuestos a retorcer al máximo el reglamento para sacar ventaja, cuando el Falla es una cosa mucho más sencilla. Al final, se acaba alejando el foco de lo que es importante y con lo que realmente se compite: la copla. Eso que se dice de que el COAC es un concurso de repertorios es una premisa que se rompe en muchas ocasiones, prevaleciendo el continente y todo lo que le rodea frente al contenido. Maneras de llegar al público entre teatros y cebos a través de las redes sociales que sobrepasan a lo que realmente interesa y que es lo que debe permanecer para la historia, la copla. 

Como bien dijo Miguel Ángel Ríos en las entrevistas tras la actuación de ‘Los inhumanos’, el Concurso del Falla, y más concretamente la modalidad de chirigotas, lleva muchos años pagando las decisiones equivocadas que se tomaron sobre diferentes estilos, ya que lo que premia el jurado es lo que después se acaba repitiendo por multitud de grupos. Formas que van calando en el público y a las que el jurado no ha sabido poner remedio dando premios. 

Esto sucede muchas veces en un concurso en el que priman más el apartado visual y el interpretativo frente al coplero. Errores que se siguen manteniendo, aunque existen voces importantes que abogan por reconducir la situación. Un debate muy interesante, sobre todo por las respuestas del público, que es quien aplaude y aúpa a determinadas agrupaciones por encima de otras. La situación, en el fondo, es irreconducible porque todo el que va a un concurso quiere ganar con sus armas, pero sí es necesaria la reflexión por parte de los actores de la fiesta del camino por dónde se quiere encaminar la copla gaditana y, más concretamente, la chirigota.

Los negacionistas y la fase previa 

La actuación, o lo que fuera eso, de la chirigota ‘Abre los ojos’ ha vuelto a despertar con fuerza los viejos fantasmas de la necesidad de una pase previa al Concurso de Falla que sirva de filtro para que determinadas agrupaciones de nivel ínfimo no lleguen al certamen.

Este es un debate interesado y con muchos matices por los problemas que puede desencadenar una decisión de tal calado, que acabaría dinamitando un certamen que siempre ha llevado a gala que es defensor de la libertad de expresión y que siempre ha sido abierto para todos los que quieran participar en él. 

Por mucho que se repita, una fase previa no es necesaria, tanto por números como por calidad de los grupos. Si nos centramos en los números, estos siempre fluctúan año tras año y el debate aparece siempre, ya sean 109 en 2024 o 133 en 2025. Estos datos entran dentro de la normalidad del certamen y nada indica que un año se vayan a apuntar 200 grupos, una excusa que se repite , pero que nunca se da por lo complicado que es llevar una agrupación al Falla. 

Por el otro lado, se abriría un peligroso camino que podría llevar a la censura de determinados repertorios. El único soberano es el público, que es quien puede afear a una agrupación si un mensaje no es pertinente. En lo sucedido con ‘Abre los ojos’ se mezclan dos cuestiones: por un lado, la ínfima calidad y la falta de ensayo de una chirigota cuyo único interés era soltar su propaganda con la televisión como reclamo, y por el otro, un mensaje más que peligroso en cuestiones como las vacunas o el COVID. 

Sin embargo, y volviendo a la fase previa, el mayor riesgo que existe es que esta suponga que no puedan surgir nuevos talentos en la fiesta desde cero, lo que impediría el relevo generacional. Lo que sucede es que esta reflexión siempre se hace en caliente y desde el cortoplacismo, por lo que no existe una visión global del COAC. 

En cuanto a la calidad de las agrupaciones, esta ha evolucionado para bien en los últimos años, por lo que cada vez son menos los grupos que no cumplen con los mínimos para ir al Falla, instalándose la mediocridad. Además, respecto a la fase previa, todos los formatos se encaminan a desvirtuar lo que es una agrupación de Carnaval, ya que se haría sin todos los elementos que conforman una actuación, por lo que la sensación final no sería la real.

Por ello, y ante las voces que piden una reforma del COAC, es necesario que todo lo que se haga sea desde el sosiego y atacando los verdaderos problemas del certamen. Y es que existen diversos temas que son inconcebibles, pero se siguen manteniendo. Uno, por ejemplo, es que todas las agrupaciones cobren 1.000 euros por el mero hecho de participar. Si esto se eliminara, se desincentivaría que determinados grupos lleguen al Falla, cobrando a partir de superar cada una de las fases. Lo mismo sucede con las entradas que se entregan a las agrupaciones en la fase preliminar, lo que permite que familiares y amigos accedan al teatro, y acaben desvirtuando desde el público la visión real de la calidad de los repertorios. También se pueden endurecer las condiciones sobre la fianza o establecer un precio alto de inscripción para que los grupos se piensen si merece la pena o no ir al Falla. Y, por supuesto, que el presidente del jurado vuelva a tener la potestad de dar un telonazo si tiene motivos más que suficientes para hacerlo.  

Sorpresas en el fallo

La chirigota 'Los golpes de pecho'. / Lourdes de Vicente

Desde antes del Concurso, se preveía que la competición iba a ser muy dura en la modalidad de chirigotas por el gran número de grupos que, a priori, contaban con un alto nivel. Esto daba lugar a la posibilidad de que se produjeran sorpresas en cuanto al fallo del jurado. Y estas se han producido en los dos cortes con grupos que en todas las quinielas contaban para superarlos. 

En preliminares, la gran sorpresa fue la chirigota ‘Los golpes de pecho’. El grupo del Sofri lleva varios años intentando dar el salto a cuartos, pero siempre se encuentra con el muro del jurado. Cuando parecía más claro, se ha vuelto a estampar con él, a pesar de un buen repertorio con tintes negros al mezclar humor y crítica. A pesar de los palos, el camino trazado en este tiempo es muy interesante, por lo que en algún momento debe ser valorado. 

Por su parte, el gran cajonazo en lo que llevamos de Falla es la ausencia en semifinales de la chirigota del Canijo‘Los muchachos del congelao’. Tras su pase de cuartos, contaba en buena parte de las quinielas para optar por la Gran Final. Sin embargo, el varapalo ha sido de proporciones bíblicas por inesperado. 

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