Bernardo Castejón: "En la comparsa ‘Pregones’ yo hacía en el popurrí el pregón de Magandé”
Cuenta con un impresionante currículum que reúne ocho primeros premios
Participó en míticas comparsas como ‘Ángeles y demonios’, ‘Pregones’ o ‘Entre rejas’
Ocho primeros premios le contemplan, casi nada. Seis en comparsas -varias que son emblemáticas- y dos en chirigotas. Un currículum impresionante para un carnavalero -destacado octavilla- humilde y sencillo que, como tantos otros que han pasado por estas páginas, tienen la oportunidad de contar sus vivencias en una fiesta a la que dieron mucho.
Bernardo Castejón cantaba coplillas con sus amigos en la barriada de La Paz. Y cita a algunos como Carrascosa, el recordado Manuel González ‘El Bola’, Marín… “Hicimos un intento de hacer una chirigota en 1971, pero no nos dio tiempo. Y ya para 1972 nos cogieron el Chimenea y Antonio Torres para salir con ellos en ‘Los pitirolos’. Y mira, primer premio”, explica. El debut no pudo ser mejor. “En agosto estuvimos en Elche cantando 15 días y en un periódico de allí decían en un titular ‘Con ellos llegó la alegría’. Los pasamos muy bien”.
Al año siguiente Castejón tuvo la suerte de salir con otro grande de la chirigota: Juan Poce. La agrupación se llamó ‘Los empapeladores’ y fue segundo premio. Le siguió en 1974 ‘Los bardos’ de Antonio Torres, para volver con Chimenea en 1975 y llevarse otro primer premio con ‘Los cocineros del pan rallao’. Con este mismo autor fue tercer premio en 1976 en la chirigota ‘Los pícaros’.
Después de un descanso en 1977 dio el salto a la comparsa. “Yo estaba en El Anteojo ayudando al cuarteto ‘Don Anacleto y los tres analfabetos’ a vender libretos para matar el gusanillo. En la misma escalera mi padrino carnavalesco, el Habichuela, me presentó a Antonio el Catalán Grande. Allí le canté un fandango y me dijo que me iba a llamar para el año siguiente”, recuerda.
Y así fue como entró en un mítico grupo como el de ‘Los golfos’, de Luis Ripoll, para 1978. “Un conjunto muy bueno, la verdad. Con los Catalanes, que hicieron escuela. Me enseñaron mucho: a hacer el falsete o moverme en el escenario”, apunta.
"En ‘Ángeles y demonios’ el primer sábado se puso malo Catalán Chico y tuve que hacer sus partes”
Buena parte del grupo se fue con Antonio Martín y preparó en el verano del 79 la antología de este autor, como rodaje para sacar en el 79 ‘Ángeles y demonios’. “Dieron dos primeros premios: a nosotros y a ‘Navegantes gaditanos’. Dos grandes comparsas, pero nosotros la noche de la final formamos un guirigay gordo”. Evoca una anécdota: “Antes del Falla le preguntó el Catalán Chico a Antonio Martín de qué iba a ir vestido él. Y Antonio le dijo ‘de qué vas a ir tú, hijo, de demonio, está claro’. Yo iba de angelito”.
El primer sábado de Carnaval “se puso malo de la garganta Catalán Chico, se rompió después de la que formó en la final, y yo tuve que hacer esa noche, con el Kiki, sus partes por arriba”.
No continuó con Martín y le llamaron de otro grupo de leyenda como el de la peña Nuestra Andalucía para salir en 1980 en ‘Payos y gitanos’, de Pedro Romero y Emilín Álvarez. “Otro primer premio y saliendo con gente maravillosa”, destaca. La comparsa fue a cantar al programa ‘Gente joven’ de Televisión Española. “Ahí chupé cámara”, dice riendo.
En 1981 le esperaba otra gran comparsa ganadora, también de la peña Nuestra Andalucía: ‘Pregones’. “Qué cosa más bonita. Yo hacía en el popurrí un solo con el pregón de Magandé. ‘Que los quería, que los quería mis caramelos, los traigo de Juan Belmonte, de Rebujina y de Vicente Pastor, cómprame mis caramelos que a chica los traigo yo’ (canta Castejón en mitad de la entrevista)”.
Con el grupo de Nuestra Andalucía estuvo dos años más. En ‘Los califas’ (1982) y en ‘Grandes genios’ (de la humanidad), representando a Thomas Alva Edison, el famoso científico que según el popurrí “inventó la luz y empezó la sociedad a progresar”.
Dice Castejón que fue llamado por Manolo Moreno para salir al año siguiente con Martín en ‘Andaluces por el mundo’, “pero yo me había comprometido con ‘Hombres de atalaya’, de Pedro Grajera y Emilín Álvarez”.
Fue ya en 1985 cuando pudo regresar con Antonio Martín. Cuenta que a él primeramente le llamó Pepe el Caja para salir con Quiñones y Aurelio Real después de ‘Barriletes’. “Claro, yo fiché para ese proyecto e hicimos una reunión en el bar Tadeo de la calle Sopranis. Pero de buenas a primeras el día siguiente nos dijo Pepe que nos fuéramos para Los Pabellones que allí estaba Martín y nos iba a escribir”. Así, según Castejón, se fraguó otra gran comparsa: ‘Entre rejas’.
"En ‘Entre rejas’ me encargaron hacer la saeta carcelera del popurrí, pero no me salía y la hizo Perico Ramos”
Nos paramos en esta agrupación, fetiche para muchos aficionados. “En la final cantamos los últimos y había mucha tensión con los decorados. Que a ‘Braceros de pueblo’ no le dejaron poner una fuente y a nosotros nos querían quitar la reja. Creo que fue algo de que no se podía poner atrezzo detrás de la agrupación, pero las bases del concurso no decían nada de la parte de delante. Nosotros habíamos empezado el concurso con la reja y así teníamos que acabar”. Del resto, ya se sabe todo: la apertura de la reja al final del popurrí y el público del Falla ‘esmorecío’.
Señala Castejón que a él se le encomendó la saeta carcelera del popurrí. “No sé qué me pasó que no me salía, no había manera. Al final la hizo Perico Ramos”, indica.
Fue el inicio de otro grupo legendario que alcanzó tres primeros premios consecutivos, el de ‘Entre rejas’ más el de ‘Soplos de vida’, donde Castejón imitaba en un cuplé al pregonero de ese año, Cantinflas, y ‘A fuego vivo’, “que tuvo mucha rivalidad con ‘Con gancho’, que estaba muy bien. Pero en la final nos entregamos y fue un escándalo cómo cantamos”.
En 1988 Antonio Martín, como otros grandes autores, decidió descansar, para retomar el Carnaval en 1989 con ‘Tras la máscara’, comparsa que supuso la despedida de Castejón con este grupo.
Tras un paréntesis en 1990, se incorporó al grupo que había sido rival con ‘Con gancho’, para salir en ‘Con sal y pimienta’ en 1991. Con este conjunto también cantó en ‘Asomado a la Bahía’ en 1992 y con ‘El desván’ en 1994.
Su amigo Habichuela le convenció para volver a la modalidad de chirigotas: ‘Doce massai no son dieciocho’, con letra de Antonio Palo en 1995. “Ojú, nos pintaron de negro y al ducharnos parecíamos calamares con la tinta. Cantamos el primer día y para la calle, ya no fuimos más”, expone.
Le dio tiempo a salir, antes de retirarse, en otra buena comparsa como ‘El viejo refranero’, de 1996, segundo premio con repertorio de José Manuel Prada. “Otra vez me llamó Pepe el Caja, que era el director. Siempre que me llamaba yo acudía. Gran hombre. Muy serio, pero buena persona. A mí me aprecia mucho”, dice Castejón.
Sus últimas agrupaciones fueron la comparsa ‘El cajonazo’ de Pepe Mata y Faly Pastrana (1997), la comparsa de los hermanos Alcántara ‘Golpe a golpe’ (1998), la chirigota ‘Er Chulín de Ubrique’ (1999) y la comparsa ‘Locos por Cai’ de los hermanos Saucedo.
Recibió el Antifaz de Oro en 2001, dejando atrás un historial de vértigo participando en comparsones. “Le tengo mucho cariño a todas las agrupaciones donde he salido”, asegura. Y recuerda especialmente “los viajes, el cachondeo en los autobuses con Perico Ramos, que gastaba muchas bromas”.
Sus mejores años los pasó en grupos de Pedro Romero y Antonio Martín, dos grandes del Carnaval. “Eran diferentes. Pedro era un poeta y Antonio era una garantía, era mucho más completo, ya que hacía letra y música. Apreciaba mucho a Pedro y aprecio mucho a Antonio”.
Pudo salir incluso con Paco Alba, en un grupo que estaba formando su hijo Paquito llamado ‘Los nietos del tío Tom’. “Fue a mediados de los 70, antes de que muriera Paco, pero al final no cuajó”.
Sobre el Carnaval actual dice que “ha cambiado mucho y hay buenos chavales escribiendo y buenos conjuntos, aunque no sigo mucho el Concurso. De los actuales me encanta cantando el Ramoni”, y recuerda por último las fuentes en las que él ha bebido: “Catalán Chico, MacGregor, Catalino, Dávila, Galleguito, Carli, Caracol... unos monstruos cantando”.
Jubilado después de trabajar en Airbus El Puerto
Bernardo Castejón Alvarado nació el 29 de marzo de 1948 en una casa de un patio que había en la calle Fernández Ballesteros. Estudió en el cercano colegio Reyes Católicos y ya con 14 años se puso a trabajar como aprendiz de pintor. Luego se colocó en una pescadería antes de irse a la mili. A la vuelta siguió un tiempo de pescadero, pero no era un sueldo para hacer muchos planes. Hizo varios trabajos de albañilería y pintor antes de entrar en una empresa de limpieza para trabajar en Airbus en El Puerto. Allí se jubiló a los 62 años. Está casado con Andrea Gómez Utrera. Tienen dos hijos: Isaac y Daniel. Y una nieta llamada Brenda.
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