Tribuna libre
El mensaje del comedor
comparsa
Localidad: Cádiz
Letra: Francisco Javier Ramírez Muñoz
Música: Tomás García Delgado
Dirección: Rafael Mosquera Muñoz
Representante: Rafael Mosquera Muñoz
En 2016:Los camellos (4º premio)
El tipo. El Carnaval callejero. Las coplas. Cuando el Falla se cierra, el Carnaval sale a la calle. El Concurso se le ha hecho largo a la comparsa de Faly Mosquera, algo por debajo de su nivel por los cambios en la autoría y la elección de una idea metacarnavalera. La música del pasodoble sigue siendo lo más destacado del repertorio. Letras universales. Correctas las dos. En el primero, una niña tiene una conversación con su padre el día de su cumpleaños. Un relato en el que el padre se tuvo que marchar a otra tierra a trabajar por "la ruina que nos trajo el PP", por lo que sólo pueden hablar por internet. Regresa el drama de la inmigración y los refugiados en la segunda pieza, en la que describen "un infierno que nunca tiene final" desde el punto de vista de quienes sufren las guerras. Una crítica en la que señalan que nosotros también huiríamos si estuviéramos en su misma situación. No remontan con los cuplés, en los que un novio le canta muy mal a su novia en su boda y la gente se escapa para el convite, y su cuñada, que es "medio carajota", les dice que ella no estudia una carrera porque no hace deporte.
Las coplas. Una fiesta que se bebe sorbo a sorbo. Una calle, una copla y a escuchar Carnaval. Repertorio metacarnavalero que deja algunas dudas en una modalidad en la que la competencia entre los grupos es muy dura. Con una música sencilla de bella factura, pincha el primer pasodoble al tocar el tema de las denuncias falsas de violencia machista desde un punto de vista muy discutible. Una violencia contra el hombre por la denegación de la custodia de los hijos o porque una mujer le pegó, por lo que piden que salgan a defender sus derechos porque "los hombres también lloran". Bastante mejor la segunda letra a lo que sufre un padre al írsele su hijo de las manos y dedicarse a acosar a sus compañeros en clase. Rematan de manera adecuada al afirmar que "la educación empieza en casa", por lo que la culpa de estas actitudes es de los padres. Pegan una camballá en los cuplés. Barbara Rey aparece de debajo de la mesa después de hacer la Familia Real un mannequin challenge en el primero, mientras que en el segundo en la carpa habrá ninfas porque en el váter "se esninfa" -sin anestesia-.
las coplas. Otra idea metacarnavalera. Y ya van unas pocas, sobre todo en una modalidad tan competitiva. Una defensa de la fiesta verdadera, la de la calle. Ésa en la que no caben los botellones y se nutre de las coplas en las esquinas y del carrusel de coros. Un Carnaval para beberse sorbo a sorbo. La música del pasodoble está muy por encima del resto del repertorio. Muy sencilla y agradable, entra muy fácil. Una composición que se puede degustar con la primera letra, de piropo a Cádiz, en la que los carnavaleros, al final, necesitan ver la ciudad, por lo que les sobran las razones para regresar. Vuelven a caer en el metacarnaval en el segundo pasodoble, de tinte efectista y concursero, en el que relatan el manual del buen aficionado, al que le piden que no envenenen la fiesta desde fuera y disfruten escuchando cómo suena Cádiz. Buena tanda de cuplés, ambos con un poquito de maldad. En el primero, muy gracioso, amenazan a Kike Remolino con secuestrar a su gata Nala, mientras que en el segundo su hija confunde a la rumana de las muletas con un Pokémon.
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