Los cantores

El tipo. Pájaros cantores. Las coplas. Un grupo que canta como si fueran ruiseñores. Cantores carnavaleros. Un largo vuelo desde Ronda para llegar a las tablas del Falla y defender su lugar en los cuartos. Fallan las alas para coger impulso en busca de algo más. Letras para intentar salir airosos. Confirman que no están de relleno con un repertorio decente. Pero poco más. Denuncian en el primer pasodoble la falta de prudencia y solidaridad que existe en las redes sociales a la hora de tratar la enfermedad de un pequeño, como sucedió con Adrián, el pequeño con cáncer que quiere ser torero y al que varios antitaurinos desearon su muerte. Una retahíla de términos taurinos con los que ejemplifican la lucha contra la enfermedad. Mantienen la temática social -y la misma calidad- con un puntito emocional en la segunda letra, en la que un hombre cuenta lo que le ha quitado el banco por culpa de la cláusula suelo y los planes que tiene para usar ese dinero. Aseguran que no quiere negociar con ningún producto y que sólo quiere su dinero, ya que "por vuestro suelo por poco me quedo sin techo". Desafinan en los cuplés. Se les queda en el primero la cara como la Virgen del Rocío después de recibir un masaje. Olvidable el segundo a una mujer que sólo quiere estar con ellos como amiga, pero que se come todo lo que se le arrima. Más vale pájaro en mano...

En preliminares

las coplas. Sale el sol y los ruiseñores se arrancan a cantar por Carnaval. Con un pico brillante, la comparsa de Ronda regresa al Falla con un repertorio con el que aspiran a dar un segundo pase. Quizás, la propuesta decae en el popurrí al seguir al dedillo el manual de esta última pieza: cuarteta social, cuarteta al Carnaval y cuarteta romanticona. Sí destaca la potencia del grupo y una música del pasodoble bien llevada y que suena contundente. En las letras, algo mejor la primera al pregonero, Pedro el de los Majaras, con pequeño tirito al final al decir que ellos sí se ponen en pie. No convence el desarrollo de la segunda a la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, al combatir sus críticas a Andalucía con la historia y la cultura de esta región. Humor negrísimo con un mannequin challenge en el que la suegra se muere. Tampoco desentona el segundo a un amigo que nunca miente, pero que dice que ha ligado con una ninfa.