El Carnaval no es de izquierda
Opinión
Ni de izquierdas ni de derechas. El carnaval es normal, de la gente normal. Apolítico. Así se nos viene diciendo en una especie de cantinela que pareciera hasta orquestada, qué malpensado soy. Frente a este pretendido lavado ideológico encontramos a un nutrido grupo de resistentes que afirman que, por supuesto, el Carnaval de Cádiz es de izquierdas, y que la gente de derechas está equivocada si les gusta, o si son seguidores de una u otra agrupación o disfrutan de las coplas de ciertos autores.
En este interesante pero cansino debate, igual conviene acudir a las raíces y releer las letras de nuestros mayores, de aquellas primeras décadas del siglo XX, de las cuales se conservan libretos íntegros. Muchas de estas coplas hablaban de los derechos sociales, del proletariado, de las dificultades que atravesaban las clases populares, y de la necesidad de que se tomaran medidas justas a favor del pueblo. Se criticaba a los estamentos públicos, privados, eclesiásticos, en ocasiones con una mordacidad y valentía que aún nos sigue sorprendiendo. El grado de compromiso social de aquellos autores e integrantes fue tal, que muchos de ellos fueron represaliados, perseguidos, fusilados, por el nuevo régimen fascista cuando éste se instauró.
Años más tarde, cuando la dictadura tuvo a bien autorizar de nuevo las coplas, las manejó y controló de manera que nadie se saliera del tiesto y se atentara contra la ideología dominante. El lavado ideológico de las coplas había comenzado. La censura cortaba de raíz cualquier intento de crítica al poder o a los valores de obligado cumplimiento. ¡Ni se podía decir la palabra “carnaval”! Volviendo al debate actual, pienso yo… ¿Por qué demonios un régimen de derechas prohibiría nombrar algo que es “apolítico”? Ejem. Fue en aquellos años en los que nació el llamado “Pescaíto en Blanco”: que si la Caleta, piropo a Cádiz, piropo a la gaditana, piropo a la Reina de las Fiestas… Muy bonito todo. Aun así, no fueron pocos los autores que burlaban a la censura y colaban su crítica social y política desde la ironía y el doble sentido.
El carnaval es del pueblo, para el pueblo. No somos bufones de palacio, qué maravilla de letra, por cierto. Y el carnaval es, sobre todo, libre. No soy quién para decirle a nadie qué le debe gustar o qué no, faltaría más. No, no hay que mirar al aficionado ni pedirle carnet alguno para aceptarlo como carnavalero. Cada uno tiene derecho a disfrutar con lo que quiera. Pero sí habría que mirar a los autores. Y no para pedirles carnet, puesto que no escribimos para hacer política de partidos. Me niego a escribir a saldo de ninguno. Pero sí para recordarles que nuestro compromiso es con el pueblo; no con el rico, no con el estamento, no con el poder. Pretender escribir sin mojarse en realidad es mojarse a favor de algún tipo de poder, normalmente el económico o de prestigio. Y desde ahí sí que hacemos Política, ideológica y sociológica, puesto que casi cualquier manifestación u opinión pública ES Política. Por eso pienso y afirmo que el Carnaval de Cádiz no es de la izquierda, no es propiedad de la misma. En todo caso al revés, la izquierda ES del Carnaval, es su terreno natural e histórico, puesto que la función de la copla como herramienta de contrapoder nace y se desarrolla desde lo popular para la denuncia de las injusticias y desigualdades. Por eso también es cierto que los que reclaman un carnaval “apolítico” en realidad no les gusta el carnaval… pues claro, a ellos les va más las Fiestas Típicas Gaditanas.
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