Navidad
"Cádiz está a punto de convertirse en una pista de aterrizaje para OVNIS"

Los chatarra

Comparsa

Rafa Burgal /Cádiz

02 de febrero 2016 - 14:22

Localidad: Cádiz

Letra y música: Francisco Javier y David Márquez Mateos 'Carapapa'

Dirección: Pedro Jesús Campos Quintana

el tipo. Máquinas de cantar que mandaron a la chatarra.

Las coplas. El momento de apretar las tuercas y escapar de la chatarrería. Intérpretes perfectos que acabarían con los problemas para configurar una comparsa. En el camino hacia la final, la comparsa de Los Carapapas da su mejor pase tanto en letras como en interpretación, algo más compacta que en las anteriores actuaciones. La baza que juegan en los pasodobles es la sentimental. En el primer pasodoble se dirigen a un niño que sufre acoso escolar para decirle lo que tiene que hacer. Una manera de cambiar "el sufrimiento que llevas dentro por una sonrisa" si va y se lo cuenta a sus padres y a su maestro para que le ayuden. Que no sufra vergüenza y que no se sienta "un chivato por decir quiénes son los que te acosan". Un remedio para acabar con la humillación, poder volver al colegio el lunes y recordar a Diego, el niño madrileño que se suicidó. Un punto de vista diferente de este tema. Amoríos en un segundo pasodoble al gusto del público. El miedo a que se rompa el primer amor con los recuerdos de los paseos agarrados de la mano. Pero los celos aparecen en el momento que los besos se los lleva otro hombre. En el giro final, la novia es su hija, que ha encontrado el amor, por lo que solo quieren verla feliz. Innecesario el primer cuplé sobre el fin del mundo, que servirá para que "se vaya al carajo todo el Patronato". Lo que se llama tener estilo. En el segundo, mucho mejor, de nuevo salen los geles de frío y calor. A ellos se les pone como un pitufo con el gorro para un lado. Su vuelta a la vida depende del jurado.

EN CUARTOS

las coplas. Copleros con un patrón muy definido para replicar las voces de los componentes de las agrupaciones. Pero la crisis mandó a la chatarra a estos robots, que necesitan un corazón para tener pasión. Una pasión que se excita en el Falla al llegar el momento de la verdad, el de las letras. El momento de atinar con las coplas. Sin embargo, la comparsa de los Márquez Mateos dejó algunas dudas con la tanda de pasodobles de su pase de cuartos. En el primero, critican las palabras del obispo de Córdoba en las que calificó a la fecundación in vitro como un "aquelarre químico". Le piden que deje de preocuparse de los niños porque "tiene mucho que callarse", mientras que la ilusión de dos personas que se aman "ni Dios la para", aunque sean dos madres o dos padres. El segundo lo desaprovechan al revolverse contra las cuentas anónimas de Twitter que critican a las agrupaciones, ya que "nunca sentirán lo que yo siento aquí" en el Falla, lugar donde al escribir ponen sus nombres y sus apellidos. El que se sube a un escenario sabe a lo que se enfrenta. Un tema que no da para pelear por lo máximo. Tampoco aciertan con los cuplés sobre una persona que al buscar un seguro convence al comercial para que le pague el coche y una rotura del lado oscuro al referirse a La guerra de las galaxias.

EN PRELIMINARES

las coplas. Un prototipo para sustituir las voces de todos los carnavaleros . Momento de altura y de expectación. Dos años fuera del Falla dan para mucho. Tanto como para que el Carnaval evolucione y se pueda crear un robot que elimine los defectos de los componentes de las agrupaciones. Pero el dinero hizo que acabaran en una chatarrería. En un Concurso en el que "hay que apretarse las tuercas" -como confiensan en la presentación-, necesitan de un corazón para tener "la pasión", la misma que se desborda entre su público. Aprietan los dientes en el primer pasodoble, con una letra de consumo interno y en la que sueltan toda la rabia acumulada en todo este tiempo. "Los traidores, los gaditanos canallas, los chulos y los esquiroles". Se desquitan y se defienden de buscarse la vida 15 parados fuera de Cádiz, de marcharse por culpa de Teófila, Vicente Sánchez y el Patronato. No se quedan cortos y definen el Falla como el "Concurso de la hipocresía" y aseguran que los que les criticaron serán los primeros que si se consigue algo serán "los primeros que pongan la mano". El público se vuelve loco. En la segunda letra, con una música preparada para las prestaciones del grupo con un final demasiado alto, hacen una loa al Kichi, ya que prefieren " un alcade sencillo y mas cercano y que luche siempre con uñas y dientes". Cuples previsibles con la cara de cemento de Rajoy y la rotura del metacarpiano de quien le pegó, y la vuelta de Martínez Ares y la fidelidad del grupo. En su chatarrería, encuentran en el popurrí los males de la sociedad dentro del despliegue vocálico que les caracteriza.

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