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El Chato: "Le dije al jurado que si no ganaba 'Charrúas' me iba al Diario a contar qué estaba pasando"

Retrocarnaval

Juan José Ramírez es un comparsista con una corta pero brillante trayectoria coronada con tres primeros premios... y dos más en coros

Salió en 'Agua clara', 'Hombres azules' o 'Suspiros de Cai'

El Chato junto al rincón que lleva su nombre en el viñero Bar Pichón. / Julio González

En el bar Pichón, en la viñera calle Pericón de Cádiz, hay un lugar llamado El Rincón del Chato. Allí pueden verse fotos de la trayectoria en la fiesta del carnavalero que hoy nos ocupa y que llegó a la comparsilandia de la manera más curiosa, con 25 años. “Yo trabajaba en vinos Savin, descargando camiones. Allí me llevaba todo el día canturreando, pero yo no tenía pensamientos de salir ni tenía un círculo de amigos que salieran en Carnaval. Pero el cajilla de la comparsa de Antonio Martín, Manolo Cabaña, compañero de trabajo, me escuchaba allí y me planteó salir. Y me llevó a un ensayo de ‘Charlatanes de feria’, que llevaban un mes ya ensayando, en el Horno San José, avenida de Portugal, al lado estaba el bar Juani. Llegué al bar y me presentó a Antonio Martín. No me conocía, pero se fiaba de Cabaña”, recuerda.

“Yo no quería probar. Le dije a Antonio Martín que antes me iba a aprender el pasodoble y que cuando lo pillara, me incorporaría a cantarlo. Y así fue. Yo era buen tenor, la verdad, y me quedé”, explica. Así llegó al Carnaval, nada más y nada menos que con una comparsa de un grande de la fiesta, quedando en tercer lugar en el Concurso. Pero el estreno le iba a deparar al Chato otra sorpresa: “Antonio vino al ensayo a decir que el inicio de cada pasodoble lo tenía que recitar antes uno de nosotros. Nadie se ofreció y yo dije que vale, que lo hacía. ‘¡Soy un charlatán de feria, buscavidas y embustero…!’. Probé y me lo adjudicaron. Fíjate, mi primera vez en el Falla tenía un papel protagonista”.

El Chato, segundo por la derecha en 'Charlatanes de feria'. / D.C.

A ‘Charlatanes de feria’ le siguió otra gran comparsa, ‘Voces negras’, dirigida por Catalán Grande. “Aquí mejoramos el grupo, pero nos llevamos el tercero. Fue una pequeña decepción, pero las otras comparsas también estaban bien”.

A la tercera fue la vencida. En 1983 llegaba una comparsa histórica y mítica: ‘Agua clara’. En dura pugna con ‘Robots’ se llevó el gato al agua para conseguir el primer premio. “Ese año estaba el Falla que no se cabía para ver a las dos comparsas. Los pasillos ocupados. Y unas peleas entre los partidarios de una y otra… y yo con el Catalino, que iba en ‘Robots’, tomándonos una copa en el ambigú y diciendo: ‘déjales que se peleen’”.

“Se había ido el Catalán y no había un director definido. Antonio Martín afinaba y entre todos tiramos para adelante. Ensayábamos en la calle Belén, en un garaje, y allí metimos a la burra Teresa, que la compramos en Medina. Ni se movía el animalito. La gente creía que era de cartón. Más buena…”, evoca.

Segundo por la derecha en 'Agua clara' (1983). / D.C.

Acabó el Carnaval y había que colocar a la burra en alguna parte. “Algunos matrimonios de la comparsa íbamos los domingos al parque Genovés y se nos ocurrió hablar con el hombre que tenía allí los ponis, donde se montaban los chiquillos. Se la dimos. Pero a los pocos domingos fuimos y vimos que la burra tenía un desollón, como si le hubiera pegado al animalito. Y se la quitamos. Se la llevó un compadre de Antonio Martín que vivía en San Fernando. La dejó en un descampado y la podía vigilar desde su casa. Al final se la regalamos al mismo que nos la vendió”, relata.

El cuarto y último año del Chato con Martín fue 1984, con ‘Andaluces por el mundo’. “Se dice mucho de ‘Agua clara’, pero esta comparsa era de bonita… y de bien cantada… qué maravilla”. Dice que ‘Andaluces por el mundo’ tenía el primer premio en el bolsillo, pero que Diario de Cádiz adelantara en su portada los premios “hizo que el jurado rectificase y se lo diera a la comparsa de Barbate”. De esa noche se ha escrito mucho, pero Chato estaba en el escenario cuando ya avanzada la madrugada, y con los premios publicados, el público la tomó con la comparsa “tirando los diarios desde los palcos y gritándonos que para qué íbamos a cantar si éramos ya el primero. Manolo Moreno nos tranquilizó, diciendo que ya se cansarían. Y empezó a cantar la comparsa y no veas la que formamos. De categoría”.

La unión del grupo con el autor se rompió para 1985, cogiendo Antonio Martín el grupo de ‘Barriletes’, que era de Quiñones y Aurelio Real, dirigido por Pepe el Caja. “Y con varios de nosotros ocurrió lo contrario. Nos cogió Quiñones, que se había quedado sin grupo. Así nació ‘Hombres azules’, una pedazo de comparsa, que se llevó un gran cajonazo, con un pasodoble precioso de Pepito Martínez. Luego trabajamos mucho después del Concurso, más que algunas premiadas. Hicimos hasta un disco”.

Primero por la derecha en 'Hombres azules' (1985). / D.C.

Otro palo... y otro primer premio

Con ‘Orfebres’ en 1986 el grupo se llevó otro palo y tampoco fue a la final en 1987 con ‘Clásicos de la música’, “que pasó desapercibida, pero tenía muy buenas cosas”. En 1988 descansaron los grandes autores, entre ellos Quiñones, y el Chato aprovechó para irse con el grupo de la peña Nuestra Andalucía para llevarse, con ‘Al compás de mi cepillo’, otro primer premio.

Regresó Quiñones en 1989 con ‘Fábrica de tabacos’. “Para el 90 yo le dije a Joaquín que aprovechara el grupo de Nuestra Andalucía. Y así es como se hizo ‘Mississippi Club’ en el 90 y ‘Ánonimo gaditano’ en 1991”, destaca. Tocaba cambiar de rumbo y así nació la unión Faly Mosquera-Quiñones-Martínez, que dio sus frutos desde el principio con el primer premio en 1992 de ‘Suspiros de Cai’. “Faly se quiso quedar con algunos de nosotros y yo seguí. Este grupo era muy bueno, pero los de ‘Agua clara’ y ‘Andaluces por el mundo’ tenían mucho duende, mucho gaditanismo”.

El Chato en la comparsa 'Mississippi Club' de 1990. / D.C.

Con el Carnaval 93 llegó el cajonazo de ‘Pulchinelas’. “Un miembro del jurado nos dijo que nos lo teníamos muy creído en el escenario. Fíjate qué explicación...”. señala. Con ‘Noches de Falla’ llegó la despedida del Chato del mundo de la comparsa. “Tuve un roce con Mosquera y él decidió no contar conmigo, aunque Quiñones y Pepito no eran partidarios. Así es el Carnaval”, lamenta.

“Tras 'Noche de Falla' tuve un roce con Mosquera y él decidió no contar conmigo, aunque Quiñones y Pepito no eran partidarios"

Entró para 1995 en la comparsa de Bustelo ‘La isla del tesoro’, pero la enfermedad de su padre le hizo abandonar los ensayos. Entonces fue elegido miembro del jurado de comparsas. “Acepté, pero en preliminares falleció mi padre y me fui. Metieron otro por mí. Es gracioso porque en mi comparsa estaban preocupados de que yo fuera jurado, por si me podía vengar, fíjate. Y al final fui clave para que ganaran con ‘Charrúas’ el primer premio”, asegura.

“Después del cajonazo de 'Pulchinelas' un miembro del jurado nos dijo que nos lo teníamos muy creído en el escenario. Fíjate qué explicación...”.

Chato afirma que a pesar de no ser ya vocal fue invitado a estar en la final con el jurado. “Hubo un movimiento para que ganara por fuerza ‘El brujo’ de Martínez Ares. Pero yo estuve pendiente y cuando cantaron las dos resulta que ‘Charrúas’ ganaba por un punto. Yo estaba en el cuartito cuando la deliberación, que seguían debatiendo a quien darle el premio a pesar de los puntos. Me pidieron la opinión y les dije: “Como no gane ‘Charrúas’ ya estoy yo en el Diario de Cádiz contando lo que está ocurriendo aquí. Al final, cerraron los sobres y mantuvieron lo puntuado. ‘Charrúas’ creía que yo les había dado el primer premio. No fue así, yo lo que hice fue evitar que se lo quitaran”.

Probó el coro y le encantó

“Viendo el Concurso de 1995 desde el palco del jurado vi cantar a ‘El pregón’ de Julio Pardo y me impresionó. Y me entró el gusanillo de salir en ese coro. Uno del coro se enteró y me llevó al ensayo. Y así salí en ‘Buque escuela’, un coro maravilloso. El primer día que íbamos al Falla nos metimos en la iglesia de Santo Domingo a cantar la Salve a la Patrona. Luego pasamos por el muelle y cantamos desde el cantil delante del Juan Sebastián de Elcano, que estaba allí. La experiencia fue fantástica, sobre todo en la batea, con un primer premio, pero no pude salir al año siguiente porque cogí un negocio”.

Pero al Chato le quedaba una bala en la recámara antes de despedirse del Carnaval. “Salí otra vez en el coro nueve años después, en el 2005, con ‘Por los bloques’, otro primer premio”, expone. Por entonces, su hijo Chato ya cantaba con el grupo de Quiñones, del que precisamente había salido su padre en 1994, lo que supuso “un gran orgullo” para este comparsista.

La Casera, Savin, la ONCE... un buscavidas de los buenos

Juan José Ramírez Benítez ‘El Chato’ nació el 16 de febrero de 1955 en casa de una tía en la calle Solano. La familia se fue a vivir a la calle Panamá, actualmente Paco Alba. Luego vivieron en la calle Ancha. Después de estudiar en Valcárcel, pasó por varios trabajos. Primero, de aprendiz en La innovación, tienda de tejidos de la plaza de las Flores. Luego fue botones en Isecotel y tubero en Astilleros, trabajo que se truncó por ser llamado para la mili. Después trabajó descargando camiones de la firma de vinos Savin. Del tinto a la gaseosa. “Enfrente estaba La Casera, que al tiempo me llamó y me coloqué allí de carretillero”. La Casera cerró y abrió con su mujer un puesto de chucherías en la calle La Palma. Por último, debido a una incapacidad, vendió cupones de la ONCE durante 12 años, donde se jubiló. Está casado con Manuela Muñoz. Tienen dos hijos: Francisco Javier, también ‘Chato’ y comparsista, y Patricia. Y tres nietos: Iván, Saúl y María. 

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