Chirigota Aquí estamos de paso

Tercera estación de penitencia del paso de la Dolores en el templo del Gran Teatro Falla. Una procesión carnavalesca, que nunca hay que olvidarlo. Dejando a un lado las polémicas, la chirigota del Cascana se sobrepone de los contratiempos del Concurso con un buen pase que mejora sustancialmente lo ofrecido hasta el momento en las coplas que cambian, ya que las fijas siguen guardando la esencia de la poca vergüenza que les caracteriza. Se ríen hasta de su sombra, por lo que una buena parte de las cargas se las lleva Willy, pero con mucha gracia. En la presentación, Jesús –o lo que es lo mismo, el Coñeta– les dice que pasarán a la Gran Final si la Virgen se levanta. Y la Dolores, por la magia del Falla, se pone de pie. A partir de ahí, todo empieza a fluir con naturalidad y con algo más de serenidad que en su anterior actuación. Aunque no se olvidan con una buena cara de lo que les ha sucedido en un buen primer pasodoble que parte del que les dedica ‘La chusma selecta’ para hablar de los 40 locos que les acompañan en cada pasacalles. Una unión para dar calor a esta chirigota que ellos esperan que se mantenga en otros temas que afectan a Cádiz. Saben utilizar bien su tipo en la segunda letra para comparar las enseñanzas del Papa Francisco con la actuación del obispo de Cádiz, al que consideran “la oveja negra del rebaño de Dios”. Los cuplés funcionan en este pase para redondear su actuación. En el primero, su obsesión por el Carnaval es tan grande que al tirar de la cadena del váter se encuentran a Kike Remolino. No se queda atrás el segundo, en el que la Virgen reza para que se queden en semifinales, por lo que se cae el muñeco de Protección Civil que está en el paso de Cristo.

El veredicto del Diario del Carnaval

Actuación en cuartos

el tipo. La procesión de la Dolores. las coplas. Una procesión para poner en orden todas las polémicas generadas alrededor de esta chirigota. Plegarias que se reparten entre Protección Civil y las cofradías. Una pelota botando con la portería vacía que la chirigota del Cascana aprovecha cuando las utiliza. Con más medidas de protección, los pasos vuelven a salir. Mucha poca vergüenza en el escenario, sobre todo en un popurrí que provoca la hilaridad en muchos momentos. Sin embargo, y a pesar de tener el viento a favor, en el momento en el que tienen que diferenciarse para aspirar a cotas altas, se muestran irregulares cuando se salen de las polémicas que les afectan, por lo que dejan sensaciones encontradas. Importantes diferencias entre los pasodobles. Más corrientito el primero, en el que explican por qué no votan a Vox a pesar de que son “católicos y patriotas”. Pero su “cultura del racismo y la homofobia” les espanta, por lo que se centran en defender la homosexualidad al decir que “les revienta ver cómo nos queremos”. La polémica con las cofradías aparece de forma contundente y bien llevada, aunque con algún exceso, en el segundo pasodoble. Lo empiezan de rodillas, pero se levantan ya que piensan, con mucha razón, que no tienen que pedir perdón porque no han hecho nada malo ni pretenden ofender. Dos cuplés tibios. Regular el primero al muñeco hinchable de su vecina, que cuando lo vacía lo usa para llenar las ruedas del coche con cierta parte. En el segundo, bastante mejor, el Coñeta pide tirarse de pecho desde el paso para ponerse derecho. Cofradía de bulla.

El veredicto del Diario del Carnaval

Actuación en preliminares

el tipo. La procesión de la Dolores. las coplas. Mucha poca vergüenza sobre el escenario. Con esto y mucho ánge se puede salir airoso de un tema que suele herir la sensibilidad de los ofendiditos. El viralizado grito de “¡Dolores! ¡Guapa!” se transforma en una chirigota. Un tipo que saben exprimirlo a su forma. La chirigota del Cascana se estrena en el Falla con una idea que llega directa al público por cómo se trata y la espectacularidad en escena, lo que da para generar multitud de situaciones hilarantes. Los aciertos en la presentación y el popurrí, que ponen pitoso al público, no se ven reflejados en el resto de un repertorio irregular. Irreverentes desde el inicio con la salida del palio de la Dolores, el impacto del tipo en la presentación les abre el camino. Este notable comienzo no tiene tanto reflejo en los pasodobles. Sobre todo en el primero, en el que se dirigen al cielo para pedir un techo para los marginados y que cualquier niño sea feliz, por lo que ruegan que, si no se cumplen sus deseos, lo conviertan en un chirigotero. Mejor la segunda letra al dirigirse a Dios para preguntarle dónde está. Pero en quien ellos creen es en Manolo Santander, que es el Dios de la chirigota. Un homenaje para decirle que “tu barrio está muy solo” desde que se marchó. Los cuplés están un paso por detrás en el apartado humorístico. Vuelve a salir el Satisfyer en el primero, ya que es capaz de sacarles hasta la muela del juicio. Tampoco destaca el segundo al decir que Víctor Sánchez del Amo tiene más rabo que Subiela. El popurrí se vuelve loco por momentos con cuartetas muy brillantes –y otras no tanto– como la del penitente con la música de Oliver y Benji. ¡Que suene las horquillas!

El veredicto del Diario del Carnaval

La previa

La chirigota del Cascana fue segundo premio en el COAC 2018 con 'Cai de miarma (7,20)' y a punto estuvo de repetir como finalista este año con 'Un pasito a la izquierda y un pasito a la derecha', que se quedó a las puertas de la última función del Concurso.

Jesús Selma vuelve como autor de letra junto a Julio González sustituyendo a Marco Romero y Juanma Bocuñano, mientras que El Lacio Barranco se mantiene como músico junto al propio Cascana. El nombre escogido para su participación en el certamen de coplas de 2020, 'Aquí estamos de paso', es un guiño al fallecido Fernando Orgambides Baguetina, recordado por la grada de Carranza por la frase "vivir cada paso, que estamos de paso".