Chirigota Si yo dijera lo que pienso
Chirigota de Puerto Real
Regresa al Concurso tras tres años ausente la chirigota de Puerto Real de Fermín Coto y Antonio Jesús Domínguez, en esta ocasión con Sergio Guillén El Tomate como autor de música. Antes de tomarse un descanso el grupo puertorrealeño consiguió entrar dos años consecutivos en cuartos con '¡OBDC Chocho!' y 'Vamos a dar que hablar'. También agradaron en su debut en 2013 con 'Los chicos yo-yo', aunque en esa ocasión no pasaron el corte.
Actuación en semifinales
FICHA
Letra: Fermin Coto Raposo y Antonio Jesús Domínguez Rodríguez.
Música: Sergio Guillén Bancalero 'El Tomate'.
Dirección: Antonio Jesús Domínguez Rodríguez.
Representante legal: Juan Manuel Macías Sánchez.
El pensamiento es libre. Esconde todo lo que realmente opinamos. La otra cara que guardamos en nuestro interior sale al exterior para provocarnos carcajadas. No le viene grande a esta chirigota su estreno en las semifinales. Al revés, saben defenderse con soltura tanto en los pequeños detalles que meten en la presentación -con palito a Fernando Pérez, que espera que llegue la Semana Santa- como en las letras de estreno. Una actuación que va in crescendo, ya que en los pasodobles mantienen la misma tónica de los ofrecidos en los anteriores pases al estar un escalón por debajo del resto del repertorio. En el primero, unos maestros dan vueltas en la cama ya que no consiguen conciliar el sueño por todo lo que sufren en clase por "la falta de valores" de sus alumnos, que hacen que su vida sea un "maltrato". En el segundo, resalta más el mensaje en favor de la diversidad de España, que es un país que tiene "más de una bandera". Resultones los dos cuplés. En el primero, se les pierde un juguete erótico que manejan con un mando hasta que se dan cuenta que lo tiene su suegro. Resuelven bien el segundo al pedirle al jurado que quieren estar en la final porque todos los años va a su casa su suegro. A Osé le gusta.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en cuartos
- el tipo. Hombres con sus pensamientos.
- las coplas. Cuando se da en el clavo con una idea original, todo funciona. Todo el mundo no dice lo que realmente piensa, por lo que el humor discurre con facilidad cuando se sabe lo que no queremos decir. La chirigota de Fermín Coto confirma con holgura las buenas sensaciones que ofreció en su estreno. El repertorio funciona desde el inicio con algunas variaciones concurseras que surten efecto. A partir de ahí, mantienen el nivel ofrecido en sus letras. Quizás, en los pasodobles no arranca demasiado el apartado humorístico. Aunque el recurso de utilizar nombres de agrupaciones de un autor para hacerle un homenaje ya se ha usado en muchas ocasiones, le dan una vuelta de tuerca en la primera letra al acordarse de Antonio Martín por la concesión de la Medalla de Andalucía comparando nombres de sus obras con las ocho provincias andaluzas. Algo más discutible el mensaje del segundo pasodoble en contra de todos los partidos políticos al dejar una conclusión abstencionista. La estructura de los cuplés hace que luzca más el desarrollo que el remate en dos letras aceptables. En la primera, algo mejor, si Maradona se hubiera cogido en el Carranza el morazo que se cogió en el Mundial aún no se habría recogido. Un poco más endeble el segundo, en el que los niños canarios son más tontos que los andaluces porque ellos tienen una hora menos. El popurrí sobresale por su acertado planteamiento.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en preliminares
- el tipo. Hombres con sus pensamientos.
- las coplas. Una idea original que sirve para sacarle mucha punta. Una cosa es lo que se dice y otra es lo que se piensa. Le sacan jugo hasta el extremo en todo su repertorio, aunque relucen más algunas de las situaciones que exponen en el popurrí, lo más logrado de la actuación sobre todo por el dilema sobre quién se come el último choco que queda en la mesa. Desde la presentación, bastante simpática, se dejan ver las prestaciones que ofrece este tipo al dividirse los componentes entre lo que dicen y lo que piensan. Esta manera de montar el repertorio se traslada a los pasodobles, mitad humorísticos y mitad serios. Tiene más efecto en la primera letra -aunque menos contenido-, en la que muestran lo que creen sobre la fiesta para darle la vuelta al echar en cara su actitud a los compañeros que desvaloran al resto, por lo que piden que den ejemplo en vez de echarle la culpa a la afición. No cuaja tanto la segunda a la igualdad. Simpaticotes los cuplés a su novia que está en la cama con otro compartiendo como en Facebook y a lo torpes que son con las máquinas de zona azul, ya que acaban pagando por aparcar en domingo. Dan que hablar.
El veredicto del Diario del Carnaval
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