Comparsa Los aislados
Del mundanal ruido se puede escapar en una isla desierta. Un aislamiento que permite clarificar las ideas para que te lleven a la Gran Final. La comparsa de Jonathan Pérez se estrena en esta noche del Concurso que no está de más en ella. Un respeto que muestran al prepararse a conciencia la última actuación al estrenar todas las coplas. Un mérito al que se suma que ninguna de ellas desentona. Dos pasodobles con mucho mensaje, aunque llevadas por caminos distintos. Es bastante curioso el giro que le dan a la primera copla al pasar de contar todas las cosas que van a hacer para celebrar el aniversario con su pareja. Sin embargo, una letra sentimental se transforma en una crítica de la explotación que hacemos de los recursos naturales y el medio ambiente, por lo que nos advierten con certeza de que si seguimos con este nivel de producción insostenible no tendremos más aniversarios que celebrar. Más rotunda es la construcción de la segunda al denunciar la explotación de los niños de todo el mundo para que tengamos un móvil, unos vaqueros, cacao o maquillaje. Por ello, aseguran que tenemos “las manos manchadas” mientras que nos preocupamos por los derechos humanos en Twitter. Aceptables los dos cuplés, en los que el cura le hace la segunda a Paco el Pellejo tras casarse su prima por novena vez y su coco Miguel les dice que el año que viene sale con Martínez Ares.
Actuación en semifinales
Vivir aislado no significa que no se pueda tener libertad. Al revés, ya que en una isla se puede tener una sensación de libertad de la que no disponemos por la rutina. La comparsa de Jonathan Pérez reafirma en cada paso que da con sus actuaciones que el regreso a la autoría le ha dotado de una madurez que tiene reflejo en un repertorio casi redondo y al que solo le falta dar un paso más firme en las letras, sobre todo por la indefinición de un primer pasodoble que se queda a medias con su denuncia de la polarización de España en todos los temas sobre los que se debate. Un planteamiento con el que no se posicionan en nada, por lo que se cierra por el camino fácil al hablar de adoctrinamiento para que esto suceda y de la intención de dividir al pueblo para que venza la clase política. Mejor el mensaje y el desarrollo del segundo al reconocer los errores que han cometido en sus vidas desde las travesuras que hicieron de niños a los consejos que no escucharon de sus padres o los fallos en su madurez por no votar por estar de resaca o creerse más que nadie por salir en Carnaval. Por ello, aceptan que ha merecido la pena fallar porque les ha hecho mejorar. Desbarran en los dos cuplés con el mismo remate. Algo visto el primero a una mujer que se desmonta, por lo que le piden que les tire “el chocho por debajo de la puerta”. Esto mismo se lo pide Urdangarin a la infanta Cristina en el segundo, con un flojo resultado.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en cuartos
el tipo. Náufragos que viven en la Isla Tolerancia. las coplas. Existen momentos en la vida en los que es mejor vivir aislado del mundo que nos rodea. Una sensación de libertad que a veces desaparece en una sociedad que se olvida de los aislados. La comparsa de Jonathan Pérez demuestra en su segundo pase que se puede despertar la conciencia sin aspavientos exagerados. Una fuerza bien modulada que rodea a un repertorio que les permite progresar respecto a lo ofrecido en preliminares. La alegría de la presentación y la melosidad del pasodoble se mezclan con la crítica del popurrí para hacerles optar a dar, al menos, un pase más. La opción de la suavidad en la música del pasodoble puede influenciar en la elección de los temas. Sin embargo, esto no es siempre así. La primera letra sí acompaña al tono de la melodía al dedicarlo a la familia. Con algo menos gancho, definen la familia como “el abrazo que te aprieta cuando el mundo se empieza a caer”, por lo que no entienden que existan celos “por el sucio dinero de una herencia”. Por eso, piden que olvidemos nuestros rencores con ella. La premisa sobre la música no se cumple en la segunda letra al saber meter una acertada crítica sobre cómo ha cambiado Cádiz a partir de los recuerdos de su infancia. Advierten que la ciudad se puede morir si se sigue echando a la gente de su tierra. Cuplés irregulares. Mucho más lúcido el primero a los sorteos de coches del jeque del Almería, por lo que Vizcaíno sortea un aparcamiento. Sus deseos sexuales con el coco no brillan tanto en el segundo. En su isla se está como en el paraíso.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en preliminares
el tipo. Náufragos que viven en la Isla Tolerancia. las coplas. Se puede sentir la libertad viviendo aislado en una isla. La libertad se consigue con una canción que se convierte en la voz de las aislados de nuestra sociedad. Jonathan Pérez no se olvida de lo que es componer un repertorio tras su periplo en la comparsa de Ángel Subiela. Lo hace con una propuesta en la que destaca el punto crítico de gran parte de su desarrollo y la mesura con la que el grupo lo afronta, lo que le da un buen resultado. Tras una alegre presentación, el pasodoble recuerda a épocas más pasadas de este autor al dejar un regusto agradable por la melosidad de su parte inicial, la ausencia de complicaciones y la garra del tramo final. Letras muy personales para superar la primera fase. Los miedos del autor se expresan en la primera letra tras haber dado un paso al lado “por el miedo de pensar que mis coplas son poco para ti”. Estos miedos se pierden al regresar Jonathan Pérez con sus amigos y con una copla nacida “al compás de un mostrador”. Esa amistad reluce en un segundo pasodoble dedicado con mucho cariño a Manolín Santander, que llegó a ser componente de esta comparsa. Un homenaje que va desde su coincidencia en la cantera a las vivencias personales, por lo que brindará por su padre, Manolo Santander, y por su amistad cuando arda el Dios Momo. Cuplés por encima de la media de la modalidad, sobre todo el segundo a los disfraces que se ponen para tener relaciones con su pareja, que no les sirven en la cama pero les valen para conseguir la Aguja de Oro. Antes, en el primero, se quejan de que su suegro les da el coñazo hasta viendo una película porno. El popurrí luce más cuando se mueve por la senda crítica entre tiburones y conjuros. Su isla se convierte en un paraíso en donde uno se puede sentir muy libre.
El veredicto del Diario del Carnaval
La previa
El regreso de la comparsa del Jona tres años después de su última participación sobre las tablas es una gran noticia para la modalidad y para el Carnaval de Cádiz. Después de unos años como componente de la comparsa de Ángel Subiela, Aranda, Chapa y Noly, Jonathan Pérez Ginel vuelve a componer para presentar al Falla 'Los aislados' junto a un buen número de caras conocidas. Adrián Luna, Francisco Aranda El Paella, Eugenio Marín, Juan Pérez Blanco, Víctor Jurado o Rubén Vallejo se incorporan a este interesante proyecto.
La última participación en el Falla del autor gaditano fue en 2016 con 'Los malos del cuento' y anteriormente también presentó comparsas como 'Los fantasmas del Carnaval', 'Los chicos del tejado' o 'Los embaucadores', todas ellas semifinalistas.
Ficha
Localidad: Cádiz
Letra y música: Jonathan Pérez Ginel
Dirección: La agrupación
Representante legal: Alberto Domínguez Gómez
En 2019: No concursó
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