Comparsa El marqués de Cádiz
Comparsa de los Carapapa
La comparsa de los Carapapa, una de las punteras de la modalidad, presenta importantes novedades de cara al COAC 2019, ya que Paco Trujillo Catalán -en 2018 con Juan Fernández- se incorpora para asumir la dirección del grupo y David Márquez Mateos firma en solitario el repertorio de 'El marqués de Cádiz'. El pasado Concurso fueron semifinalistas con 'Los ángeles de la guarda'. En el próximo Concurso buscarán una final que se les resiste desde 2016 con 'Los chatarra'.
Actuación en la Gran Final
FICHA
Localidad: Cádiz (Cádiz).
Letra: David Márquez Mateos 'Carapapa'.
Música: David Márquez Mateos 'Carapapa'.
Dirección: Francisco Javier Trujillo Jiménez 'Paco Catalán'.
Representante legal: Francisco Javier Trujillo Jiménez 'Paco Catalán'.
En 2018: Los ángeles de la guarda (semifinalista).
Nobles que rondan a su ciudad con gaditanas maneras. Reposada y elegante, la comparsa de David Márquez Mateos Carapapa es una de las que entra fácil al oído. Su regreso a la Gran Final tras dos intentos fallidos lo completa con un pase con dos pasodobles que apelan más al corazón, aunque con diferentes caminos. El primero es original -y bien llevado- al cantárselo al proyecto La Azotea Azul, un espacio lúdico en el Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, para los niños que están allí ingresados. Un proyecto que se ha levantado gracias a los donativos y que sirve para mostrar el motivo por el que Susana Díaz no ha sido reelegida como presidenta de la Junta de Andalucía. El segundo toma un rumbo distinto -y menos empaque- al cantarle el Carapapa a su guitarra para despedirse de ella hasta septiembre, momento en el que le pedirá un nuevo pasodoble. Resalta la maldad del primer cuplé a los dibujos en los cafés. Al tomarse uno de Colombia, la boca de Albert Rivera sale torcida. Algo más flojo el segundo al lío que se hacen con las máquinas de los pedidos en el McDonald's, por lo que es más fácil sacarse un máster en la Universidad Rey Juan Carlos.
Actuación en semifinales
Nobles de alta alcurnia a pesar de no ser ricos. No hace falta dinero para sentirse así si se vive en Cádiz. Una ciudad sin marqueses, pero con muchos bohemios. La comparsa de David Márquez Mateos mantiene la elegancia como sello de identidad de una propuesta que, aunque mejora a lo largo del certamen de coplas, no termina de llenar por el desarrollo del repertorio. Suben un peldaño con las letras de este pase respecto a las anteriores actuaciones. Demuestran que es de bien nacidos ser agradecidos, por lo que saben desviarse de la línea populista del actual Concurso del Falla para dedicarle un homenaje a Canal Sur por sus 30 años de retransmisiones del Carnaval de Cádiz. Lo hacen advirtiendo que no tienen la necesidad de "moverte el rabito", por lo que reconocen su aportación a una fiesta que es una filosofía, una forma de vida y un sentimiento, y aseguran que han hecho más por ella que muchos gaditanos. El sentimentalismo de la segunda letra convence menos. Un niño le pregunta a su padre si sólo le quieren como un medicamento, a lo que le contestan con todo lo que se siente al tener un hijo. Además, añaden que consiguió salvarle la vida a su hermano. Cuplés por encima de la media de la modalidad, ambos al mismo nivel. Los relojes inteligentes aparecen en el primero al advertirles que su vecino les gana por goleada en la cama con su mujer. El segundo es para amantes de la prensa rosa al dedicárselo al Maestro Joao, un vidente que lee el futuro al ver el culo. Ellos se lo encuentran en la playa y al leérselo les dice que su pasado es intrascendente, pero su presente se lo han comido.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en cuartos
- el tipo. Un marqués loco de Cádiz.
- las coplas. Marqueses del tiroriro. Una ciudad que te vuelve loco. Una riqueza de la que se disfruta sin tener nada. Con la elegancia por bandera -que es lo que siempre ha definido a la comparsa y ha comenzado a recuperar la modalidad en los últimos años-, la comparsa de David Márquez Mateos repite las virtudes y los defectos de su primer pase. La brillantez de la presentación, interpretada con mucho gusto, se acaba disipando con el progreso del repertorio, yendo de más a menos al perderse la propuesta en el popurrí. Las dos letras de los pasodobles no consiguen diferenciarse del resto a la hora de tratar dos temas que se han repetido a lo largo del Concurso, lo que se convierte en un inconveniente para aspirar a lo máximo. Le vuelve a tocar a Vox por su irrupción en el Parlamento de Andalucía en el primer pasodoble -parece que nadie ha votado a este partido-. Un despertar del fascismo por el que tenemos de nuevo al pájaro negro, el yugo y las cabezas rapadas. Por eso, piden a los andaluces que les digan a los fascistas que se vayan de Andalucía. La violencia machista regresa en el segundo al contar una mujer en primera persona lo que sufre con su marido. Sin embargo, no le denuncia y acaba perdonándole al regalarle flores el 14 de febrero. Dos cuplés aceptables. Se tatúan un ibuprofeno para recordar a su novia Dolores en el primero, mientras que en el segundo sueñan con todo lo que ven en la tele, por lo que tras ver una película de pelo les duele el sieso. Bendita locura.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en preliminares
- el tipo. Un marqués loco de Cádiz.
- las coplas. Es más rico el que menos necesita ya que un gaditano puede sentirse como un marqués con muy poco. Para eso se requiere un puntito de locura. Un personaje bohemio y soñador por culpa de Cádiz sirve de pretexto a David Márquez Mateos para hilar un repertorio que reluce más cuando se mete más en el papel del protagonista que cuando coge otros rumbos. Deja sensaciones encontradas al ir de más a menos ya que la idea queda algo más dispersa en el popurrí, una pieza en la que sí resalta el testamento que sirve de cierre. Un pase que va de más a menos, siendo lo más sobresaliente el saborcito que deja la presentación. A esto se suma la alegría del repertorio y la sencillez de la interpretación, con mucho gusto y alejada de las estridencias. El cambio en la forma de componer se vuelve a notar en el pasodoble, que comienza sobrio y adquiere belleza desde el trío. Como mandan los cánones, enseñan el pasodoble con una letra de presentación en la que la riqueza de estos marqueses está en su Carnaval, sus padres y Cádiz. Notable la segunda letra a la lucha de los jubilados que salen cada lunes a la calle por sus pensiones mientras que los jóvenes les dan la espalda. Dos cuplés de mero trámite en una preliminar que no puntúa. En el primero, Arturo Fernández no actúa en Cádiz porque sabe que se va a llevar "un Goya como una olla". En el segundo, le piden hacer un 69 a una china y les trae un pato a la pekinesa. Bendita locura.
El veredicto del Diario del Carnaval
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