Comparsa 'El cementerio'

La comparsa de Jonathan Pérez Ginel para el Concurso del Falla de 2025

Consiguió entrar por segunda vez en la Gran Final, obteniendo el tercer premio

En 2024: 'Los sacrificaos'

Comparsa 'El cementerio' en la final del COAC 2025

Cádiz/Una ciudad que está muerta, aunque de su suelo pueden salir brotes verdes para que no siga siendo un cementerio. La comparsa de Jonathan Pérez Ginel se consolida en la última noche del certamen del Falla con un pase con el que consiguen apelar al localismo en las letras, aunque con dos temas muy diferentes. Más crudo y directo el mensaje del primero de crítica a la gestión de Bruno García como alcalde. Con inteligencia, y en pleno Día de Andalucía, vuelven a tirar de un pasodoble de ‘Los enterraores del siglo XX’ que decía que “antes que de Andalucía soy gaditano” para marcar el territorio frente a lo ya escuchado en la GranFinal. Así, usan el gasto en las luces de Navidad para sacar las carencias de la ciudad, por lo que usarán un millón para iluminar “las gestiones que en su despacho no han brillado”. Lo hacen señalando problemas como la vivienda, las fincas dedicadas al turismo, el retraso en el pago a los proveedores o la subida del agua, provocando que con las luces los gaditanos “estén cegados”. Mejor estructurada la crítica de la segunda letra a Antonio Martínez Ares por la referencia que hizo sobre las nuevas generaciones en el pasodoble de ‘La oveja negra’ a Juan Carlos Aragón. Aunque reconocen que echan de menos “el talento de los genios que hoy te faltan”, no admiten que “nos desprecien y nos tachen de cobardes” por la frase sobre que tienen “dientes de leche”. Esto les sirve para destacar las características de Germán Rendón, Piru y Tomate, Manuel Cornejo y Marta Ortiz. Una defensa de su generación que rematan diciéndole a “los lobos que ayer me acechaban que escondan su rabo entre las patas”. Decaen en los cuplés. Corrientito el primero a las incoherencias de la Semana Santa ya que Cristo “un sábado está cumpliendo condena y al día siguiente está cenando con los colegas”. Más flojo el segundo a las denuncias al rapero Diddy por grabar las fiestas en sus mansiones, con un chiste muy previsible sobre Stevie Wonder al decir que no vio nada.

Semifinal

Comparsa, El cementerio - Semifinal

Sepultureros que tienen la esperanza de la resurrección de Cádiz. La comparsa de Jonathan Pérez Ginel da una nueva muestra de la madurez que ha adquirido en los últimos años a la hora de abordar los repertorios. Una idea redonda en su desarrollo y unas coplas que siguen creciendo con el desarrollo del Concurso. Sobre todo, por apelar al gaditanismo –porque a Cádiz se le puede cantar de muchas formas– en el segundo pasodoble al cantarle a la pérdida de las peñas a partir del pasodoble de Mostraores de La Viña de ‘Los enterraores del siglo XX’. Hacen un excelso repaso por sus nombres y sus eventos tanto en Carnaval como en el verano. Lugares a los que les gustaría volver y en donde aprendieron “el amor por mi ciudad, por mi gente y por mis barrios”. Sin embargo, se quejan con resignación de que “por desgracia han sucumbido al ostracismo”. De la primera, destaca más el contenido crítico que el desarrollo al hablar del retraso en la concesión de la Ley de Dependencia a partir de la historia de Manolo, un hombre con “74 abriles” que lleva “tres años siendo esclavo de su casa”. Una denuncia que se sustenta en su final al decir que la prestación que le concedió la Junta “en una tumba no le servía”. Simpaticones los dos cuplés. En el primero, les gusta hacer de todo en el sexo, aunque se encogen cuando “me meten un dedo en el culo”. Suben con el segundo a las camisetas retro del Cádiz CF, con las que pueden oler “los canutos de los fondos y preferencia”.

a la final
a la final

Cuartos de final

Comparsa, El cementerio - Cuartos

El tipo. Sepultureros. Las coplas. Una ciudad que está en los huesos. Jonathan Pérez Ginel le tiene cogida la medida a su comparsa, dentro de una evolución fulgurante en los últimos años que le ha permitido asomar la cabeza en la última noche del Concurso. Un progreso que vuelve a confirmar con un excelso segundo pase que sirve para mandar un aviso serio de que aún no ha tocado techo. Con la buena base del planteamiento del tipo de sepultureros para hacer un retrato crítico de Cádiz, sueltan dos buenas letras de pasodobles en su pase de cuartos. Con distintos caminos e intenciones, pero igual de punzantes cada una en su temática. Bastante buena la defensa de la conciliación familiar en la primera copla a partir de la crítica a la derecha y los empresarios por decir que España se va a derrumbar por la reducción de la jornada laboral. Un motivo por el que denuncian que se llame “vago” al que pide una reducción de la jornada para poder estar con sus hijos, por lo que defienden de manera muy acertada que quieren “entregar un futuro a mis hijos sin privarme de su presente”. Más rotunda la segunda en recuerdo a los carnavaleros que murieron durante la Guerra Civil y cómo los autores se saltaron la censura durante la dictadura para que ahora llevemos 50 años cantando sobre la tumba de Franco. Se mantienen en pie con los cuplés. En el primero, Lucas tiene la nariz como el malo de Harry Potter, mientras que en el segundo hablan de las críticas a Topuria por darle un beso en la cabeza a Juan Carlos I, cuando eso solo lo pueden hacer Bárbara Rey y Corinna al arrodillarse.

Muy buena
Muy buena

Preliminares

Comparsa, El cementerio - Preliminares

El tipo. Sepultureros. Las coplas. Una tierra que es un cementerio porque se está muriendo, aunque siempre puede resucitar. Jonathan Pérez Ginel da un paso más en su progreso sostenido de los últimos años. Lo hace con un repertorio algo más oscuro en idea y concepción para darle un alto contenido crítico, aunque al final el mensaje se vira con cierta esperanza. El resultado es una actuación potente y casi redonda que se muestra atractiva desde la presentación, en la que ya se enseña una ciudad que “ya está en los huesos”, por lo que piden librarse de “la condena de verte sepultada bajo las piedras”. Para acompañar a la idea, incluso la música del pasodoble tiene un poco más de pellizco en el trío para enganchar. El tipo sirve de hilván a una rotunda letra de presentación que sirve de crítica a la situación de la ciudad. Sin embargo, y a pesar de que Cádiz “solo sea un cementerio”, al final siguen “de tus huesos enamorados”. Brilla de este pase la emoción del segundo pasodoble a Álex Cortés. Recuerdan el momento en el que entró en este grupo para “alegrar la vida”. Por ello, y a pesar de la tristeza por su muerte, resaltan que con “sus donaciones salvó seis vidas”. Mantienen la buena línea en los cuplés. Buscan en el primero a famosos para trabajar en el cementerio, por lo que eligen a Isabel Pantoja por su mala suerte con Paquirri, Julián Muñoz y Encarna Sánchez. Algo mejor el segundo a un coche inteligente que se tira dos semanas buscando aparcamiento en La Viña. La crítica y la esperanza se entremezclan en un popurrí que al final acaba con un mensaje positivo.

muy buena
muy buena

La previa

La nueva generación (o no tan nueva porque algunos de los autores llevan ya más de una década sacando agrupaciones) comienza a dar pasos firmes dentro de la modalidad de comparsa. Desde el regreso del Concurso del Gran Teatro Falla tras la pandemia, una parte de la clase alta de la comparsilandia ha comenzado a tambalearse por la pujanza de la juventud, tan reclamada para asegurar el relevo y tan cuestionada, a la vez, por la falta de valentía a la hora de darle su sitio en la fiesta en detrimento de las vacas sagradas.

Ya el nombre de Jonathan Pérez Ginel (junto a otros como Manuel Cornejo, Sergio Guillén el Tomate y Antonio Pérez el Piru, o Germán García Rendón) suena desde el principio como uno de los candidatos a entrar en la Gran Final. De hecho, el tercer premio de 'Los sacrificaos' en la pasada edición fue el reconocimiento a todo un proceso evolutivo en la fiesta que ya está dando sus frutos, sobre todo en el momento en el que Jona ya ha alcanzado la madurez creativa.

Con estas bases, el COAC 2025 se presenta para esta comparsa como el momento de la confirmación y de dar el paso al frente definitivo para no aspirar solo a entrar en la última noche del certamen, sino a optar a los premios gordos, esos que parecían inaccesibles en las últimas ediciones por estar copados por Martínez Ares y García Argüez. Para ello, Jonathan Pérez presentará 'El cementerio', un nombre que de primeras resulta muy llamativo (y de comparsa), aunque habrá que ver las sorpresas que aparecen durante el desarrollo del repertorio.

Muy poco queda ya de aquella 'La escuela del Carnaval' con la que Jona ya empezó a hacerse un hueco en adultos en el año 2008. Una comparsa que ya mostró sus buenas maneras con un estilo adaptado a su edad, entrando en cuartos de final. Así, se cerraba una etapa que ya prometía desde la cantera con 'Los rufianes' (primer premio junior en 2005) 'Las puertas de Cai' (primer premio junior en 2006) y 'Los plazoletas' (primer premio junior en 2007).

El primer gran salto lo dio en 2013 con 'Los embaucadores', con la que alcanzó su primera semifinal, a la que le siguieron 'Los chicos del tejado', 'Los fantasmas del Carnaval' y 'El malo del cuento'. Un alto en el camino para salir de componente con las comparsas 'Los equilibristas', 'Los prisioneros' y 'Los luceros' le sirvió de máster definitivo para volver con más fuerza en el 2020 con 'Los aislados', su primera final como autor, consiguiendo el cuarto premio. Con 'Los originales' (2022) y 'Los peliculeros' (2023) se quedó muy cerca de la final.

En todo este proceso, Jonathan Pérez mantiene a gran parte de la base que le ha acompañado desde sus primeras peripecias en la fiesta, un grupo de amigos solvente y compacto que solo se altera con piezas puntuales.

La ficha

Localidad: Cádiz.

Letra: Jonathan Pérez Ginel.

Música: Jonathan Pérez Ginel.

Dirección: Alberto Domínguez Gómez.

Representante legal: Alberto Domínguez Gómez.

En 2024: 'Los sacrificaos' (tercer premio).

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