Comparsa La luz de Cádiz
Comparsa de Kike Remolino
La comparsa 'Los campaneros' fue una de las grandes noticias para la modalidad en el COAC 2018. La agrupación de Kike Remolino, aún quedándose a las puertas de la gran final, estuvo en la pelea por los premios desde su puesta de largo en el Concurso gracias a su repertorio, su gran conjunto de voces y a su lograda puesta en escena. El proyecto se consolida y crece de cara a 2019 con la incorporación de otra de las grandes voces de la fiesta, la de Toni El Piojo, hasta el pasado Carnaval componente de la comparsa de Martínez Ares. En 'La luz de Cádiz' se reencontrará con Paco El Pellejo, con el que ya coincidiera en comparsas de Juan Carlos Aragón como '1800 Los inmortales' o 'La serenissima'. A pocos días del inicio del Concurso sufrió en cambio la baja de Tato, que sufrió un importante problema de salud. Juanlu Sambruno se incorporó como nuevo punteao.
Actuación en semifinales
FICHA
Localidad: Cádiz (Cádiz).
Letra: Manuel Enrique García Rosado 'Kike Remolino'.
Música: Manuel Enrique García Rosado 'Kike Remolino'.
Dirección: Salvador Rubianes Ramos.
Representante legal: Manuel Enrique García Rosado 'Kike Remolino'.
En 2018: Los campaneros (semifinalista).
Una noche en la que la verdadera luz está sobre el escenario. La comparsa de Kike Remolino consigue mantener la línea de los cuartos de final para sumarse a la pelea por la Gran Final. Lo hacen con dos letras muy diferentes en su concepción, por lo que tienen un resultado muy distinto. Su listón lo ponen con una notable primera letra sobre la separación de una pareja y lo que afecta que tengan un niño. Por ello, piden a su expareja que no evite que puedan ejercer como padres, por lo que no quieren que un juez limite el tiempo que pueden pasar con su pequeño. Tiran de metacarnaval en la segunda letra, estando mejor el mensaje -aunque con alguna consigna discutible- que el desarrollo al pedirle a las agrupaciones infantiles que no pierdan su pureza al hacer el Carnaval más verdadero frente a los problemas que rodean a la categoría de adultos. Alcanzan la luz con los cuplés, en los que la gente se lleva a pellizcos el Falla y ellos se fuman a pellizcos todo Marruecos, y le dicen a su novia Carolina que haga como Caroline la de Poltergeist y vaya hacia la luz al ponerse sólo la capa y el gorro del tipo.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en cuartos
- el tipo. Faroleros, pero de verdad.
- las coplas. Se hace la luz en el teatro. Una tierra que no necesita más luz que la de su propio brillo, aunque los faroleros hacen que se ilumine en la oscuridad. Una luz que está en sus calles y en sus tradiciones. Un pase para recuperar las sensaciones con las letras y una interpretación algo más comedida tras una primera actuación algo más discreta. Como marca la norma no escrita sobre el Concurso del Falla, combinan en los pasodobles una letra dulce con otra cañera. Muestran su ternura con buena pluma en la primera copla a los abrazos, que sirven para firmar pactos de sangre, recibir con honores o dar las puñaladas más traicioneras. Por ello, recomiendan con un bonito mensaje que abracemos a nuestras madres porque el día en el que falten sólo nos quedará abrazarnos a su recuerdo. Más contundente -y bien llevada dentro de que es un tema al que se le ha cantado ya mucho- la siguiente sobre la polémica por la exhumación de los restos de Franco. Hilvanan una visita a su tumba de una persona que nació el mismo día de su muerte con el miedo al verlo "resucitado en el Parlamento de Andalucía". En los cuplés, por encima del nivel de la modalidad, resalta más la guasa con Paco el Pellejo en el segundo por vender todos sus disfraces, por lo que advierten que el que compre el de 'La luz de Cádiz' hará un quejío al hablar cuando se lo ponga. Un poco más endeble el primero a que los niños de Castilla y León se tocan dos años antes que los andaluces.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en preliminares
- el tipo. Faroleros, pero de verdad.
- las coplas. El brillo de una ciudad que atrapa y la potencia de una comparsa que abre el camino de los principales aspirantes a conseguir un hueco en la final. Con esa responsabilidad, la comparsa de Kike Remolino inaugura la alta competición con un pase que va de más a menos, especialmente porque el tipo queda mejor desarrollado en una presentación más brillante, de piropo a Cádiz para explicar que no existe otra luz como la de esta ciudad, que en un popurrí con una temática un tanto deslavazada, aunque sí resalta de la última pieza la cuarteta sobre la inmigración. A esto se unen algunas imprecisiones en la interpretación. Luce el corte alegre y la garra del remate de la música del pasodoble. Dos letras carnavaleras para superar una actuación de mero trámite. Dejan degustar la melodía con una letra de presentación en la que su hijo le quita a su padre la idea de dejar de salir en Carnaval al explicarle lo que siente cuando ve que se va al ensayo, cuando le gritan ole, cuando buscan las telas para hacerse el disfraz o cuando canta con él en la plaza Mina. Kike se acuerda de manera merecida de su amigo Tato en la segunda copla por la dolencia que le ha impedido salir. Un corazón que se pone a prueba al ver cantar a su comparsa. Cuplés por encima del nivel de la modalidad en los que ofrecen al Kichi todas sus luces para el alumbrado de Navidad y la mujer de Juan José Padilla le pide que deje "la picha" en el dormitorio cuando vaya a torear.
El veredicto del Diario del Carnaval
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