La comparsa perfecta

Comparsa

La comparsa perfecta. Foto: Lourdes de Vicente · Fito Carreto
Tamara García /Cádiz

27 de febrero 2014 - 06:03

Localidad:

Cádiz

Letra: Juan Fernández Domínguez

Música: Juan Fernández Domínguez

Dirección: Manuel Barragán Gallardo

En 2013: El rey Burlón (tercer premio)

El tipo. Monstruos comparsistas.

Las coplas. El moderno Prometeo del Carnaval avanza a trompicones por las tablas del Falla con sus deseos como pesas en los pies, con su ego que lo lastra. Presentación para escuchar atentos. Como el primer largo pasodoble, pero por otros motivos. Vamos caminando por la vida de un aficionado al Carnaval a través de los pasodobles de sus autores. Llegamos a Pedro Romero, que se muere cerquita del mar, "como los flamencos", dice, para homenajear a Paco de Lucía con la bella voz de Ezequiel Benítez. Pero lo han metido con calzador. El beso "idioma universal", "preludio del amor y de la vida", "sanador", "la sonrisa del alma" en un poético y bello segundo pasodoble. Cuplé a Rajoy y a una pureta aficionada a los carnavaleros más que al Carnaval.

EN CUARTOS

Las coplas. Gago, doctor Frankenstein, y su ayudante Igor vuelven a presentar a la comparsa perfecta con sus toquetazos de arte (te echamos de menos Ángel Gago y compañía). Al comparsista perfecto, al que se envuelve en su propia tela de araña tejida con puro ego, le cantan una presentación donde desarrollan muy bien su idea. El carnaval queda a un lado en los dos pasodobles. Y nos conquistan, sobre todo, con el primero. En la noche de Teófila Martínez (hoy le han dado por todos lados), esta comparsa mira hacia la otra cara de la moneda. A los, supuestos, socialistas, a los que por su "culpa, culpita" muchos andaluces han perdido sus empleos, han traicionado y engañado a los votantes-obreros que los creían "de su misma casta". Esa, supuesta, izquierda socialista, que nos dejó a los andaluces "sin pan, sin sueños" reciben la crítica encendida de la comparsa. Bien, bien... En el siguiente, la crítica a una sociedad sirvienta de la apariencia se sentimentaliza al meternos en la piel de un niño diferente, de esos que temen salir al patio del colegio porque llegan los insultos y los palos. La muerte se lo lleva a otro escenario... Fuera ya de este "mundo tan perro donde cada uno vale lo que por fuera se ve". El primer cuplé no está malote, a la moda de encender el teatro. Él está tan traumatizado que su madre encendió la luz al entrar en su cuarto y él le dio un aplauso. Al segundo no le veo la gracia. Popurrí con mucho mensaje.

EN PRELIMINARES

Las coplas. Gago, a modo de doctor Frankenstein, e Igor han creado la comparsa perfecta. Con mucho más ego que el monstruo de Mary Shelley, el comparsista perfecto sólo es feliz con sus "legiones de fans". Ay, el comparsista gaditano que cobra vida en Carnaval... Ingeniosa parodia de esos monstruos que crea este Concurso, una buena reflexión desde dentro que, sin embargo, me sorprende al escuchar el primer pasodoble donde acusan, más o menos de oportunistas, a los compañeros que han dedicado letras a los autores tránsfugas de este año antes que a los problemas sociales por los que estamos atravesando. Bueno, es una vuelta de tuerca más pero, no nos vamos a engañar, al mismo asunto. Se aplican más el cuento en su segunda letra contra la Ley de Seguridad Ciudadana, advirtiéndonos que cuidaíto en la próxima huelga, "no grites porque la calle es suya, como antes". Pero sus voces no se apagarán porque "la huelga es un derecho de la democracia". Letras, de todas formas, mejores que una melodía arriesgada, como a retales, que cuando te está enganchando pega un giro... Cuplés a Hanna Montana y al chiquillo de Ortega Cano. El popurrí tiene sustancia. Está claro que es una comparsa con calidad, mejor que la media, pero no me ha encandilado.

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