Comparsa La tierra de la alegría

el tipo. Desenterradores de las cosas de Cádiz. las coplas. Una mirada nostálgica a un Cádiz que ya no existe. Recuerdos que ellos desentierran con su pala, una herramienta que no debe dar miedo. Un remedio para las penas que, sin embargo, no permite avanzar. La comparsa de José Luis Bustelo no remonta lo ofrecido en su primer pase. Los constantes problemas de interpretación y conjunción, sobre todo en el popurrí, en el que en algunos momentos las voces hacen la guerra por su cuenta, bajan varios enteros el resultado final. A esto se suma la falta de gancho que tiene el repertorio, con una nostalgia que no atrapa, por lo que se acaba difuminando. Está muy por encima la música de pasodoble de Bustelo, con un sello inconfundible que luciría mucho más con un grupo con unas características muy distintas. Los giros poéticos embarrancan en los pasodobles. En el primero, narran con muchísimos detalles una relación amorosa para acabar denunciando a los violadores, a los que no se les puede llamar hombres por sus actos. Algo más sensible, aunque sin aportar demasiado, la segunda copla a la soledad de María, que narra sus años de felicidad antes de que se quedara sola. Al menos, los dos cuplés tienen un toquecito simpático al contar su relación con su vecino, que en el primero les agobia al meterse ellos en su casa, mientras que en el segundo no se dan cuenta que quien está en la cama es “su parienta”. El pasado no es sinónimo de tiempos mejores.

El veredicto del Diario del Carnaval

Actuación en preliminares

el tipo. Desenterradores. las coplas. Tener una pala en la mano no significa algo negativo. Al revés, ya que con ella se pueden desenterrar todos los recuerdos que se encuentran bajo tierra. Una nostalgia que subyace en este tipo de enterradores de un Cádiz que no existe. El regreso de José Luis Bustelo a la comparsa, con Jesús Monje de la mano, deja una sensación muy agridulce por un repertorio que no engancha al estar muy lejos de lo esperado y, sobre todo, una interpretación que deja muchas dudas por la cantidad de voces sueltas que se suceden a lo largo de la actuación y una falta de conjunción y de fuerza en muchos pasajes. Desde la presentación, el grupo no cuaja con la propuesta. Al menos, se puede volver a degustar la sensibilidad musical de Bustelo en el pasodoble, que está muy por encima del resto de la actuación. Retrato personalista y carnavalero de Bustelo en la primera letra, correcta para escuchar la música, en la que pide perdón por si llega a cansar con Cádiz, ya que es el centro de sus repertorios. Resalta el concepto positivo de la segunda copla a lo que harán el día que se muera su padre, ya que abandonarán el luto para cambiarlo por la alegría de los recuerdos y lo que les ha dado, ya que gracias a él tienen a sus hijos a su lado. Dos cuplés simpáticos. En el primero, el dueño de El Millonario se da cuenta de un robo porque la puerta está rota, ya que la tienda siempre está revuelta. En el segundo, la compañía –telefónica– de su suegra tiene una permanencia para toda la vida. Los recuerdos invaden un popurrí muy deslucido.

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La previa

La comparsa de Jesús Monje, cuartofinalista en el COAC 2019 con 'El jurado', se reiventa con grandes nombres de cara al Concurso de 2020. Monje compartirá autoría con José Luis Bustelo y al grupo se suman nombres tan conocidos como los de Paco El Pellejo, Carlos Mera, Pablo Cuartokilo, Domingo Busatti Mingui o Andy Morales, que también se hará cargo de la dirección. El nombre de este interesante proyecto será 'La tierra de la alegría'.