Joaquín Quiñones: “He conseguido en el Carnaval lo que nunca soñé siendo un simple aficionado”
Entrevista al pregonero del Carnaval de Cádiz 2023
En la noche del 18 de febrero, en la plaza de San Antonio, un letrista con
cinco primeros premios en comparsa anunciará la fiesta a la que entregó 35 años de su vida
Era de uno de los grandes autores, con cinco primeros premios en su bagaje, que aún no había tenido el honor de pregonar el Carnaval de su tierra. Y lo hará varios años después de haberse retirado de la fiesta, con 35 carnavales entre 1971 y 2013. Conversamos con Joaquín Quiñones en Casa Tino, un bar de siempre, de solera, a escasos metros de su casa natal de la calle Bendición de Dios, en El Mentidero. Muy cerca, en la plaza de San Antonio, el autor de ‘Robots’, ‘Hombres azules’ o Charrúas’ anunciará el Carnaval de Cádiz 2023, en la noche del 18 de febrero.
-Ya en frío, y días después de su designación como pregonero, ¿cómo tiene la mente Joaquín Quiñones?
–En realidad tengo la cabeza en plena efervescencia. Hasta que no me lo han comunicado oficialmente no he empezado a meterle mano al guion. Yo tenía, más o menos, hecho un esquema de lo que yo quería poner en escena, después de que el alcalde me lo propusiera en verano de 2021. Pero el guion lo acabo de empezar. Tengo mucho tiempo ahora, que ejerzo de abuelo Cebolleta. Le dedico al pregón una hora diaria.
–De tantas felicitaciones como le han llegado, ¿cuál ha sido la que más ilusión le ha hecho?
–Han sido muchas. Sin estar en las redes sociales, que solo tengo Whatssap. Mi mujer sí tiene Facebook y me lee las cosas que me ponen, todas maravillosas. Pero no quisiera destacar ninguna, porque todas están hechas con cariño. Sí he echado de menos las felicitaciones de dos o tres de Cádiz. A alguno, su ego personal no le permite felicitar a nadie. No a mí por ser yo, sino a nadie. Yo suelo felicitar a todo el mundo por cualquier cosa bonita que le suceda, pero allá cada uno.
–¿El pregón colma y remata todas sus aspiraciones carnavalescas?
–Para mí es el culmen de una vida dedicada al Carnaval. Creo que ya, afortunadamente, lo he conseguido todo y Cádiz también me ha dado todo. Bueno, quizás me queda la espina de colaborar con la cantera. Nunca he escrito para una infantil o una juvenil. Y lo veo como un débito. Mono de concurso no tengo ninguno, pero me pensaría hacer algo para la cantera. No sé, lo mismo mi nombre metería mucha presión a los chavales o podría influir en el jurado para mal. No sé si con otro nombre o un seudónimo. Porque es verdad que admiro lo que hacen estas agrupaciones, el interés que ponen a pesar de lo que cuesta sacarlas en materia económica.
–¿Soñó alguna vez con este honor?
–En absoluto. Yo siempre fui un gran aficionado que tuvo la suerte de vivir cosas muy bonitas en el Carnaval, jamás soñadas. La afición me viene de mis padres. Mi padre, compañero de trabajo de Eduardo Delgado, me contaba muchas cosas. También, al ser vecino de barrio de Fletilla, que vivía a la espalda de mi casa, influyó. Daba siempre para los vecinos un ensayo en el almacén de El Pinal. Luego surgió la oportunidad de escribir a un grupo de San Fernando, ‘Los cenacheros’ en 1971. Yo pensé que solo duraría ese año. Pero luego hubo otro, en 1976, y ya en el 80, gracias a que Aurelio Real entra en Tabacalera y me ofrece una música, ya sacamos ‘Los guanches’ y fuimos a la final. A la tercera. Y luego vino ya lo que conoce todo el mundo. Si me hubiera llevado cuatro o cinco decepciones seguidas seguramente me hubiera retirado. Si no soñé con ser un autor de los de arriba, imagínese ser pregonero en tu tierra.
–¿Cuánto habrá de autobiografía en el pregón?
–Tampoco quiero cansar con mi historia. Hay que tener en cuenta que voy a dar el pregón a 150 metros de donde nací, y como es lógico habrá alusiones al Mentidero y a mi infancia. Y habrá sitio para los que han hecho Carnaval siendo del barrio.
–¿Qué compañeros y amigos del Carnaval van a participar?
–Claro no tengo nada, solamente la idea. Mi grupo, con Faly Mosquera al frente, va seguro. A lo mejor, con tanto ofrecimiento, es muy posible que habrá dos grupos de comparsa. Y estará el coro de Julio Pardo. Eso es lo seguro. Otros grupos también se han ofrecido y se lo agradezco en el alma. Todavía tengo que definir qué otros grupos estarán. Y si interviene algún artista, será alguien de Cádiz o relacionado con Cádiz de alguna manera
–Pedro Romero, Antonio Martín y Enrique Villegas. Solo le quedaba ser pregonero a uno de los autores que se jugaban los premios de comparsas en los 80: usted.
–Así es. Cuando me han preguntado si me he sentido ninguneado porque no me lo hayan ofrecido antes, he contestado que no. Creía que era suficiente con pregonar Cádiz durante 35 años por toda España, con mi grupo y mis músicos.
–”Don Ramón, mi viejo maestro Don Ramón...”. (Pulchinelas, 1993). Va a ser pregonero como su admirado Fletilla. ¿Qué se le pasa por la cabeza?
–Ufff. Yo es que para Fletilla no tengo más que palabras bonitas. Era un hombre muy amable, que no le daba importancia a lo que hacía. Siempre que le tuve que pedir algún consejo me lo dio.
–También de ‘Pulchinelas’, “...debe saber todo Cádiz como fuiste pregonero, sin los honores de otros y aunque te sentiste roto...”. En aquella comparsa usted criticó el ninguneo municipal a Fletilla, en el pregón de 1987. ¿Cree que se ha tratado con distinto rasero a los pregoneros de fuera que a los de casa?
–Yo de los demás no lo sé, pero en el caso de Fletilla sí fue ninguneado por el Ayuntamiento de entonces. Le llegaron a poner pegas para comprar unas manoletinas que pidió para su disfraz de pierrot. Él publicó una carta al director en Diario de Cádiz quejándose del tratamiento a su persona y lamentando que el concejal que entró después de su pregón en el verano del 87, Carlos Mariscal, dijera en una entrevista, también en el Diario, que el pregón lo debía hacer gente de prestigio para vender la imagen de Cádiz.
–Una vez retirado del Carnaval ha sido usted muy crítico con la organización del Concurso por parte de este equipo de Gobierno que le ha nombrado pregonero. ¿Cómo valora esto?
–Yo siempre he sido crítico, sin importarme el color del partido que esté en el gobierno local. En los últimos años es verdad que he criticado mucho a este gobierno en cuestión de Carnaval. Creo que se están haciendo cosas equivocadas y otras se han eliminado. Lo último, el trato a los Antifaces de Oro para acceder al Falla, teniendo que ir cada día a la taquilla a recoger una entrada. Pero vamos, que eso mismo se lo dije a Lola Cazalilla el mismo día que me presentaron como pregonero. A Carlos Díaz le escribí un pasodoble en 14 años. A Teófila, en 20 años, dos. Y a Kichi no me dio tiempo porque cuando entró ya me había retirado.
–¿Tan mal están el Concurso y la calidad de las coplas?
–Vamos a ver, el Concurso en general supongo que está más o menos igual que estaba antes. Yo lo que sigo diciendo es que yo voy al Falla nada más que los días que actúan las que a mí me gustaban antes de yo retirarme. Están saliendo, sobre todo en comparsa, chavales jóvenes, un par de ellos o tres, que lo están haciendo muy bien. Pero en líneas generales quizás sea el coro el que más está asentando su raíz y el tango. A pesar de sus grandes puestas en escena, que no está reñido. Se puede ir con los tiempos, pero la raíz no se puede perder. El pasodoble y el cuplé son innegociables. Y merecen una denominación de origen como el aceite y el jamón. Hay quienes están llegando ahora y desde el primer año están pensando en irse para Madrid. Y, claro, con la raíz no se puede ir a Madrid, y por eso buscan cosas más modernas. Los Beatles de Cádiz, Los beduinos, Los maniseros.... sus repertorios del Falla son auténticos, gaditanos, de categoría. Una vez que salen de Cádiz es cuando cambian sus repertorios e introducen batería o guitarras eléctricas. Pero si tú lo quieres hacer ya pensando desde aquí, entonces te comes la raíz. El primer apellido de esto es folklore popular. Eso que no se olvide.
–¿Qué le gustaría que le dijeran al bajarse del escenario de San Antonio?
–Que he dejado el pregón a la altura de todos los carnavaleros que lo dieron antes. Con eso me conformaría. Porque la verdad es que los de aquí, salvo raras excepciones, lo han dejado a gran altura. Siempre he criticado que el pregonero de fuera le diga tantos ‘te quiero’ a Cádiz leídos en una cuarteta escrita por otros. Hombre, hay excepciones. Como el pregón de Antonio Burgos y Carlos Cano, que fue una maravilla. El Loco de la Colina mismo. Pero estos, y otros, tenían una vinculación con Cádiz. Cuando me preguntaron qué me parecía Joaquín Sabina como pregonero, recordé que la única la vinculación de este hombre con Cádiz era tener un chalé en Costa Ballena. Pues vale. Pero no lo decía porque yo quería ser pregonero, eh. Yo siempre critico desde el punto de vista del aficionado. Algún famoso de Cádiz también ha dado un pregón criticable, pero bueno.
–¿De quién se va a acordar esa noche?
–Estando tan cerca de mi barrio me tengo que acordar de mis padres, que me legaron la afición al Carnaval. También de mi familia, está claro. Y de todos aquellos que se me fueron en estos 35 años de coplas. Componentes de mis comparsas que siempre recordaré. Es que todos los que han salido en mis comparsas forman parte de lo que yo soy en el Carnaval. Yo cuando he recogido un premio siempre he dicho las mismas palabras: que yo representaba la parte 17. Los quince componentes, el músico y yo. Aunque los autores se llevan la fama, yo sin mi grupo y sin mis músicos no hubiera sido nada. He conseguido en el Carnaval lo que nunca hubiera imaginado cuando era un simple aficionado, que lo sigo siendo por encima de todo. Y eso ha sido gracias a los componentes y a los músicos.
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