Las del convento de Santa María 'La Yerbabuena'

En cuartos

Las coplas. La chirigota con más pellizquito del Concurso. Y con un punto canalla, sinvergonzón y muy gaditano que no se puede perder. La marihuana del huerto de este convento sigue produciendo el efecto de la risa. Tanto que puede ser la sorpresa de esta modalidad. Monjitas de Podemos -pero de podar- que rompen su clausura en Carnaval. Un pase a cuartos que para nada le viene grande y con el que pueden mirar de frente a las semifinales. Menos acelerados que en su primer día, la música del pasodoble de José Juan Pastrana se puede disfrutar mucho mejor. En las letras, brilla mucho más la segunda en defensa del localismo en el Carnaval gaditano a l tratarla acertadamente a partir de un relato en el que incluyen a personajes como la Uchi, Carlos el Legionario, Macarty o Pepe benítez y lugares como el bar de Los Negros o la piedra del Camello. Una historia que si al público le parece que se la cuentan en ruso es porque ya se ha perdido la esencia del Concurso. No funciona tanto la primera copla, en lo que parece un pasodoble a la huida a Bruselas de Carles Puigdemont, pero le dan la vuelta al contar la videoconferencia que tienen con su amigo Carlos, que se ha ido a Bélgica a trabajar. Los cuplés les mantienen en la pelea, sobre todo por el surrealismo del segundo cuplé a su cuñada Pepi, que está loca con la serie Narcos y cuando a su marido no le gusta la comida le dice: "¿Menudo o plomo?". En el primero, también de nivel, descubren que Doraemon tiene un bolsillo profundo cuando se lía con Goku al salir del Salón Manga. El popurrí va de menos a más y rompe con pamplinas como el lugar donde aparcan los trabajadores del peaje.

En preliminares

El tipo. Monjas. las coplas. El huerto del convento da marihuana. Mucha poca vergüenza en el escenario que se destapa en un destacado popurrí, con muchas pamplinas logradas y muchos toquecitos gaditanos, sobre todo con el lío de las tartas. Soniquete que atrapa por su compás en el pasodoble, aunque un pelín acelerado. Saben darle la vuelta al tipo en la primera letra para homenajear a las pregoneras con el deseo de que sigan siendo ilegales. Destaca también el segundo al comparar el trato al flamenco en Jerez y al Carnaval en Cádiz. Sobresale la tanda de cuplés, sobre todo la maldad del primero a la nariz de Belén Esteban, mientras que en el segundo dan de comer en el convento para que la gente no tenga ganas del Bizcocho. Échale más tabaco.

La previa

Nace una nueva chirigota en el barrio de Santa María. Al frente de ella está Roberto Gómez, hijo de Pepe el de Los Pabellones, que ya tiene una larga trayectoria en el mundo de la cantera -consiguió el pasado año el primer premio con la comparsa juvenil 'Las batallitas del rey Sebastián'- y se estrena como autor en la categoría de adultos. En los últimos años ha formado parte de la chirigota del Barrio, que este año no concursa. Aporta la música José Juan Pastrana.