La corte

Coro

Rafa Burgal /Cádiz

04 de febrero 2016 - 07:06

Localidad: Cádiz

Letra y música: Luis Manuel Rivero Ramos

Dirección: Laura Rivero Ramos

el tipo. La corte del faraón.

Las coplas. Un mismo destino el de Cádiz y Egipto. Una apuesta por el espectáculo que eclipsa todo lo demás . En lo esencial, Luis Rivero aprovecha su experiencia como docente en un primer tango sobre todos los problemas que rodean a la educación, como la cantidad de tarea que mandan los maestros, los grupos de Whatsapp para insultar o los cambios de leyes sin consenso, para acabar culpabilizándonos a todos de que un niño se llegue a suicidar por el acoso de sus compañeros. Una amalgama de temas muy diferentes para llegar a ese final. Más mensaje que desarrollo. El metacarnaval regresa en el segundo tango para describir lo que ha sido el actual Concurso del Falla. Una batalla de cuatro semanas en la que Cádiz "se hace capital de Andalucía", pero que el ego de los copleros hace que desde el escenario se insulte a los compañeros. Una llamada de atención sobre la bronca contra el Patronato para intentar trabajar en su renovación con "más respeto y menos bandos" antes de que pase un año para que "vuelva el insulto buscando un premio". Un tirón de orejas adecuado entre tanta pelea. Una bronca que, sin embargo, sirve para la coña en el primer cuplé sobre los pactos políticos, que son más difíciles que ver a Procopio y Martínez Ares darse la mano. Autocuplé de Luis Rivero en la segunda letra, en la que el Rey Melchor le regala la Play 3 y la 4 al pedirle un niño el primer premio para su padre, que sale con Julio Pardo.

EN CUARTOS

Las coplas. Cádiz es Egipto con el mismo sol, la misma arena y el mismo manto de sal. Los mismos tiempos grises y de esplendor. Una apuesta la de Luis Rivero que destaca más por el trabajo de las voces y la orquesta, y el espectáculo que exhibe en el escenario que por el contenido del repertorio. El tango, sin embargo, sí queda más brillante que en otras ocasiones. Abre la baraja con una letra en la que Luis Rivero cuenta su experiencia como Rey Melchor. Las lágrimas en el hospital y los mensajes de los niños sirven como excusa para poner en cuestión a los que quieren servirse de la tradición para pelear por los derechos y la igualdad frente al machismo. Una confusión de "la bandera del progresismo", cuando considera que lo que no se puede tapar es "la esencia", que es "la inocencia de tantos niños". En el segundo eleva el listón al tocar el tema de la violencia machista de una manera adecuada. La formación mixta le permite jugar con las voces de las mujeres que se apagan. Frente a otras letras, hace especial hincapié en la concienciación de los medios y en la educación para poder acabar con "los machistas y los asesinos". Arriesgan en el primer cuplé, mejor en el desarrollo que en el remate, al cantarle a todas las noticias de última hora, como el pasodoble al Kichi de 'La comunidad' o el cuplé de 'Coroterapia' al fallo de la chirigota del Selu. Están tan actualizados que el faraón llega a tiempo con la parihuela por el retraso de la función. También regular el segundo, en el que los hombres hacen running, pero no superan el calentamiento en la cama.

EN PRELIMINARES

las coplas. 3.000 años bajo el mismo sol. Egipto y Cádiz. Un despliegue vocálico de principio a fin. Un espectáculo. Un musical. El coro de Luis Rivero apuesta por la estructura que le funciona, unas veces mejor y otras peor, pero la suya. Un imperio en el Falla. Le da más importancia al continente que al contenido. El envoltorio del tango sí funciona. Una música en la que en su parte final sabe jugar con las voces de los hombres y las mujeres. Cumplen en la primera pieza, como es de rigor, con la letra de presentación para definir su melodía. Un sueño para que la guitarra nos vuelva a regalar una música. El vaivén del trío que se asemeja al mecido del mar, la plata quieta, la luna y La Caleta. En el segundo, Luis se defiende de las críticas por el estilo de carga del Despojado. Saca a relucir todo lo bueno que tiene la cofradía, de la que es su hermano mayor, al tener 1.000 hermanos que sueñan con la Cuaresma, un cortejo que cruza Cádiz o las obras de caridad que realiza, mientras que pasa vergüenza porque los gaditas la miden "por el sonido de las horquillas". Una guerra cofrade, en la que Luis se sale de lo que normalmente se canta en el Falla. Vuelve a salir en el Concurso los problemas para hacer una rima con Kichi, por lo que prefieren en el primer cuplé a la faraona Teo, mientras que en el segundo, regular, una madre no se separa de su hijo a lo Carolina Bescansa. Bailes y ópera definen el montaje final.

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