Cuarteto Abierto por reforma
Cuarteto del Perrichi
Regresa el cuarteto del Perrichi al Concurso del Gran Teatro Falla tras dos años de ausencia, los mismos en los que su autor, el humorista Jorge Gil García, ha formado parte del cuarteto de Javier Aguilera y Ángel Piulestán. En sus dos participaciones con 'Una noche de perros' y 'Este disfraz tiene delito' alcanzó los cuartos de final, por lo que, como mínimo, aspira a volver a pisar esta fase. Al grupo se incorporan Javier Piri y el monologuista Jesús Piña en lugar de los hermanos Víctor y Álvaro Palacios. Jorge García, Álvaro Doblas y Josué López se mantienen respecto a su última participación sobre las tablas.
Actuación en semifinales
FICHA
Localidad: Alcalá de Guadaíra (Sevilla).
Letra: Jorge Gil García.
Música: Carlos Pérez Pérez.
Dirección: Jorge Gil García.
Representante legal: Álvaro Doblas Mancera.
En 2018: No concursó.
Una tragedia que se sabía que iba a ocurrir, aunque la culpa no es de esta agrupación, sino del jurado por poner un listón tan bajo de puntos para poder acceder a las semifinales -aunque el Patronato también tiene parte de la responsabilidad por la ampliación de las semifinales y la reserva de cinco puestos para los cuartetos-. Pase muy flojo del cuarteto del Perrichi, que incluso llega a reconocer que está de más en esta fase -aunque cumplen con su ilusión- al decir que se van a suicidar con los cuplés que traen tras el flojo nivel de los ofrecidos en su anterior actuación. Jorge Gil estrena personaje al ir disfrazado de Nicolás Maduro, que en la parodia se esconde en la embajada de Venezuela en España. A partir de ahí, intentan meter golpes sin ningún acierto. El obrero del PSOE se cuela con dos personas descalzas porque le dicen que tiene que traer los planos. Maduro da pellizcos al del PP porque tiene que ir al grano. Una dama se fija en el venezolano porque no lo puede hacer un alfil. Y así todo. En el suicidio de los cuplés, ambos muy flojos, Carlos Pérez huele a pescado y la gente no cabe en clase de pilates al compararlo veladamente con el Concurso del Falla. El tema libre sigue la misma tónica de una actuación muy fría y sin gancho. Al final, y tras el regreso de Franco, se descubre que todos los componentes están locos.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en cuartos
- las coplas. Un pase que le viene muy grande al cuarteto del Perrichi, lo que viene a confirmar el eterno debate sobre cuál debe ser el listón en el primer corte para la modalidad más complicada. Con una historia que sólo sirve de excusa, intentan soltar golpes, aunque no causan demasiado efecto entre chistes previsibles y otros con poco brillo. Tras descubrir en el primer pase que Franco es un loco que se ha escapado del manicomio, ahora la escena se traslada a la Casa Real, aunque el escenario sólo cobra protagonismo en su tema libre al disfrazarse el loco del rey Felipe VI. Causa más risas un par de hostias que se dan que el propio repertorio. En medio, al de Ciudadanos le gustaría tener una nariz como la de Felipe González. Franco, por su parte, se queja de que están viviendo en una dictadura por no poder fumar en los bares. Los chistes con Echenique siempre funcionan, ya que se tira a la bomba con su carrito en la piscina del chalet del de Podemos, mientras que Franco le pondría recto. Flojitos los dos cuplés. En el primero, desean al encargado de un banco que le destinen a Tarifa por llevar peluquín. En el segundo, intentan quitarse del vicio del aceite de palma. Con la aparición de Felipe VI en el tema libre suben un poco el nivel con algunas ocurrencias como la de las quejas del rey por el poco respeto a los cinco meses de ensayo del discurso de Navidad.
El veredicto del Diario del Carnaval
Actuación en preliminares
- el tipo. Franco y cuatro albañiles de Podemos, PSOE, PP y Ciudadanos.
- las coplas. Cuatro obreros se comen el chapú de la exhumación de los restos de Franco, pero cuando levantan la lápida no encuentran sus restos, ya que se ha ido para darles un susto que les va a dejar más blancos que su culo. El cuarteto del Perrichi vuelve a la faena del Falla con un repertorio en el que sólo destaca la idea por el uso de la actualidad política. Poca chicha en la parodia, a pesar de contar con un público muy facilón que se entrega al grupo. La historia, que la mantiene en pie el Perrichi gracias a su vis cómica, gira en torno a la presentación de los diferentes albañiles al dictador. Por ejemplo, el de Podemos no ve al dictador porque no lo puede ni ver. Por su parte, el del PSOE es electricista porque es delegado y enchufado. El del PP hace buenas migas con Franco, sobre todo en el tema libre, mientras que los chistes sobre el de Ciudadanos giran en torno a la droga. Frente a otros chistes que se ven venir de lejos, si funcionan algunas ocurrencias como el Instagram que se va a hacer Franco para darse a conocer o la obligación que van a tener los colegios para ir de excursión al Valle de los Caídos y al Zoo de Jerez por aquello de cantar el "cara al zoo". También funciona el chiste visual que hacen Franco y el de Podemos al no poderse dar la mano porque se repelen como los imanes. Pero poco más. Regulares los cuplés a un niño de dos años que va a ser albañil porque a las 2 se bebe un biberón en vez de un litro y a una operación de fimosis de la que se rehabilitan en la privada. En el tema libre, en el que el dictador bebe cerveza Amstel por el águila, al final se desvela que Franco es un loco disfrazado. Muchas dudas a pesar de la respuesta demasiado condescendiente del público.
El veredicto del Diario del Carnaval
También te puede interesar