El diablo se viste de coro

En semifinales

El demonio vuelve a la tierra para intentar demostrar que sabe amar. Lo hace sacando las garras en la primera letra, pero se vuelve dócil en la segunda copla, dentro de un repertorio que este año no termina de arrancar al alejarse de su estilo. Crítica dura en la primera letra a todos los males de España, que es un "paraíso de sinvergüenzas" en donde el presidente está ciego, la oposición está sorda y los sindicatos están mudos. Todos ellos hacen que "le den por culpo al pueblo español". La segunda copla tiene un tinte diferente al abordar el metacarnaval con un abuelo que le cuenta a sus dos nietos todos los recuerdos que le traen el Falla para recordarles que el Carnaval "es cultura" y que en él reside "la cuna de la libertad". Maligna tanda de cuplés a todo lo que sufren al pasear por las calles de santos en Cádiz y acabar en la calle Cielo, y su experiencia al poseer a Teófila Martínez para que insultara al alcalde, pero salen a los dos minutos de su cuerpo.

En cuartos

Las coplas. El demonio coge fuerza y se olvida de su maligna primera visita. Mucho más seguro y olvidando los errores, el coro de Nandi Migueles se muestra tal y como es, aunque el cambio en el estilo no le favorece. Entran en la competición con dos letras metacarnavaleras, aunque con un enfoque muy propio de su autor. En el primer tango, expresan todos los miedos en la vida -coincidencia con Tino Tovar- para rematar diciendo que no tendrán miedo a denunciar con las letras de Carnaval a pesar de las denuncias. Algo menos lúcido es el segundo a lo que significa la música, que la comparan con un beso que llega al alma como el de una mujer, destacando que cuentan con nueve mujeres en la orquesta. Se queman en los cuplés, ambos reguleras, a la app Ouija 2.0, con la que regalan 14 gigas, dos cuernos y tarifa plana, y a Sevilla, aunque prefieren vivir en el infierno por estar en él más fresquitos.

En preliminares

El tipo. El diablo. las coplas. Un ángel de Dios se transforma en el demonio con la intención de enamorarnos. El diablo también sabe amar. El regreso de Nandi Migueles al Concurso del Falla no deja buenas sensaciones. El giro brusco en el estilo del coro y un grupo descompensado en escena producen un sabor agridulce. Este cambio se nota desde la presentación, en la que cuesta seguirle el hilo al comerse en algunos momentos la instrumentación a las voces. Lo más brillante del repertorio es el tango, con un ritmo picaíto desde el inicio y una entrada al trío bien resuelta. Abren boca con una letra de presentación, en la que Nandi celebra sus 30 coros y define la creación de su obra. Emotivo homenaje en la segunda copla a su esposa a partir del recuerdo de cómo surgió el amor en una tarde de verano. Esa mujer que "aprieta mi mano allá donde esté". Contenido carnavalesco en los cuplés, ambos simpáticos. En el primero, el diablo tiene forma de Rivero, Pardo y Pastrana, mientras que en el segundo le piden a Nandi que descanse de hacer estribillos con trabalenguas, aunque no les hace caso. El infierno nos deja fríos en el popurrí.

La previa

La vuelta del coro de Nandi Migueles es una gran noticia para la modalidad y para el Carnaval. Un coro siempre dinámico y por currículum candidato a lo máximo en el Concurso. En sus dos últimas participaciones antes de tomarse un descanso, con 'Coroterapia' y 'Los sudamericanos', alcanzaron la gran final.