Y al final del repertorio... mercadotecnia carnavalera
Dando la chapa
Toca sacar 'la voluntad' para comprar libretos, chapas, pulseras, pen drives, códigos Qr, bolsas de tela, vasos o abrebotellas, cada día se amplía más el catálogo de souvenirs en las callejeras
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El mítico final de popurrí que acaba con mano alzada mostrando libretos y pidiendo la voluntad por tener todas las letrillas de la callejera a un precio módico se ha ampliado. Hace años que al tradicional libreto, que aguanta el tipo, se le han unido un sinfín de nuevos artículos que han llegado para atraer la atención y la inversión del espectador de a pie que deambula parando por las esquinas para disfrutar de las agrupaciones. Son muchos los grupos, no pocas las ilegales punteras, de modo que hay que hacerse notar además de por los cuplés para conseguir rascar el euro del bolsillo.
El libreto sigue muy vivo
A pesar de que las nuevas tecnologías van empujando fuerte hacia una renovación del formato, el tradicional libreto de papel “sigue saliendo, la gente quiere tener las letras en papel”, nos cuenta Carmelo García de la Copistería San Rafael. La demanda de encargos este año ha estado más o menos igual que el anterior. Cuentan con clientela fija, aunque se lamenta que los coros o agrupaciones importantes del carnaval que tienen mayor presupuesto encargan sus libretos a Alemania. “Luego ha venido aquí alguno a pedirme que ponga un anuncio en el libreto... Que te lo ponga el de Alemania”, responde Carmelo con guasa.
Sí es cierto, reconocen desde la Copistería, que se encargan muchas menos copias. Ahí entra la irrupción de la chapa, de la que nos encargaremos ahora. Pero también, como explica Carmelo, del servicio bajo demanda. “En vez de hacer 500 o 1.000 copias como antes, me encargan a lo mejor 100 para este fin de semana y si las venden pues el lunes encargan otras tantas y así se aseguran que no se quedan tirados ni acaban con excedentes”.
"La chapa es el souvenir del Carnaval"
Con esta frase lo resume bien Iván Cano, de Calvichi's. El libreto, a pesar de su vigencia como hemos contado, ahora debe compartir el foco del marketing carnavalero con la omnipresente chapa. Iván considera que “del libreto simbólico para tener todas las letras y poder aprendértelas” se ha pasado al “trofeo de la chapa”. Argumenta que tener en plataformas digitales como Youtube todo el contenido audiovisual de las agrupaciones ha descafeinado el cometido del libreto, y eso ha hecho ganar terreno a la chapa como símbolo de estatus, de ‘yo he estado allí y lo he visto’, y así “te encuentras por la calle gente con las solapas llenas de chapas” como galones militares que sirven para exhibir sus gestas.
En la calle, o en las redes sociales, claro, que no falta el que se pavonea en sus fotos con la pechera metalizada de merchandising y se deja las camisetas como si fueran de rejilla de los boquetes que se hacen. Aquí una prueba a su regreso a Zaragoza dejando fe de lo bien que ha aprovechado el fin de semana:
Para Iván, con años de carnaval callejero también a sus espaldas, actualmente es más fácil vender una chapa que un libreto. Destaca también que es un artículo muy accesible, que se puede encargar en pequeño comercio, asociaciones o a través de internet. De la voluntad, que vamos a poner que esté estandarizada entorno al euro, la chapa tendría un coste aproximado del 30%, según su tamaño y el volumen del pedido. El resto va para pagar el tipo, el condumio y la autoría, que en este caso no hay SGAE que pague derechos a pesar de la cantidad de visualizaciones que se registran en internet.
La mayoría de las agrupaciones callejeras llevan tanto libreto como chapas o, al menos así empiezan la semana, porque a estas alturas a muchas les empiezan a escasear en el mejor de los casos. Eso significaría que han pegado un pelotazo y han vendido más de lo esperado (o que han sido un poco ratillas a la hora de encargarlas). En Copistería San Rafael confirman que el pedido suele combinar un pack de ambos artículos. Pero no son los únicos.
Renovación continua
Carmelo García cuenta que poco después de las chapas llegó también la moda de las pulseras de tela y que ellos llevan varios años ofertándolas. El boom no ha sido el mismo, pero no son pocas las agrupaciones que optan por esta vía para quedarse atadas a sus seguidores por un tiempo. Eso sí, son algo más caras de coste.
A Calvichi's el formato de la pulsera no les interesa porque como ilustradores priman el diseño y en esa franja de tela pues no cabe nada. Pero sí que sacan partido a ampliar el catálogo de la mercadotecnia y llevarla al carnaval. Desde 2013 comenzaron con el diseño de sus míticos calvichi's personalizados y pronto los encargos se fueron haciendo cada vez mayores. Al principio se encargaban de todo el proceso, pero una vez que cerró su proveedor de confianza dejaron de facilitar directamente las chapas a las agrupaciones para centrarse en el diseño.
Con un proceso cada vez más mecanizado, este año se podía encargar el calvichi de las agrupaciones a través de un enlace y han batido "¡Récord absoluto!", como nos cuenta Iván. "Cuando iban 13 perdimos la cuenta, pero creo que son 17 agrupaciones las que llevan diseño de Calvichi's. Tienen sus fijas, pero cada año entra alguna nueva. Ese diseño les sirve a los grupos para encargar sus chapas o incluirlo en sus libretos, pero luego pueden hacerse con él toda una serie de souvenirs de 'grupi', con taza, tote bag o camisetas, que suelen solicitar para ellos mismos o los más allegados a la agrupación.
Iván sostiene que esta evolución del libreto tradicional a la variedad de formatos de mercadotecnia viene dada gracias a la facilidad actual para personalizar cosas lo que ayuda a sacarle un máximo rendimiento. Pero ¿qué ha visto este año en la calle de merchandising carnavalero? Nos cuenta que las Cadiwoman van con una mochilita, que la chirigota del Parchís ya sacó hace años algo semejante, pero que lo más original que ha visto este 2024 es una ilegal que vendía vasos para beber vino, por cinco euros, que estaban hechos a mano.
Abrebotellas como alternativa a la chapita tradicional (está tan asentada que ya tiene versiones), pen drives para vender las grabaciones de la agrupación, códigos Qr para que no falten las nuevas tecnologías, aunque es más difícil vender un link y necesitan al menos ese formato 'físico'... y cada año el catálogo se va ampliando con nuevas novedades. Estas dan el relevo a otros artículos que ya cayeron en el olvido, porque hay que "seguir adaptándose siempre a los nuevos formatos, tanto en el carnaval como en la copistería" sintetiza Carmelo García que termina con una anécdota: "Antes hacíamos grabaciones de CDs pero este año no hemos hecho ninguna. Yo salía en la comparsa 'Los Pulchinelas' de Joaquín Quiñones de 1993, que vendió los primeros CDs del Carnaval de Cádiz".
Y es que como dicen los Secos del Rocio, ya no se venden CDs, que ahora todos son chapas y para rizar el rizo aluden a la chirigota del Chapa que vende chapas con la cara del Chapa. Pues ahí va.
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