Los hermanos Barba revisten los cantones de Cádiz de oro carnavalero

En los aledaños de la Santa Cueva se hace el silencio, un romancero de Carnaval está a punto de comenzar su repertorio. El palo toca fuerte en la madera del cartelón y solo escuchar las voces de Perico y Agustín Barba nos embarga una energía conciliadora que durante cuarenta minutos consigue lo que muy pocos pueden hacer de verdad, hipnotizar a más de cien personas a la vez.

"Mi padre era de Cádiz.... del año dos mil antes de cristo, pero como estaba aquí parao, cogió y se fue pa Egipto", es la célebre e inamovible cuarteta que, por aclamación popular, incluyen en todos sus romanceros. Pertenece al primero de los que componen Perico y Agustín, 'La momia del faraón'. Tan potente llega a ser 'Mi padre era de Cádiz...' que incluso tienen una asociación con el mismo nombre.

Los Barba son tres hermanos gaditanos, de más allá de las Puertas de Tierra, concretamente de la zona de Comisaría. El primer contacto que tuvieron Agustín, Perico y Mario con el mundo del Carnaval fue ‘quemando’ las cintas de Izquierdo Producciones que su padre Agustín guardaba de los míticos cuartetos ‘Se coló Colón’ y ‘Mario Carmelo y sus muñecos’.

Escuchar los romanceros de Salvador Fernández Miró fue suficiente para que se enamoraran de la modalidad, apuntan los hermanos: "Nos encantaba su forma de interpretar, su énfasis y el tono de su voz". El periplo de estos hermanos comienza en 2001 y se prolonga hasta este mismo año cuando fueron galardonados por toda su trayectoria y aportación al carnaval callejero con el Cartelón de Oro en el Concurso de Romanceros.

Antes de llegar a la modalidad de romancero los hermanos Agustín y Perico comenzaron su singladura callejera en el año 1993, compartiendo autoría en algunas de las agrupaciones con 'El Gallego' y el Comic. Entre ellas se encuentran 'Buscando a Mi lady que trabaja montando muebles en Forlady', 'los Johny Walker', 'Vámonos pa la Plaza', 'Destemplanza del domingo tarde', 'Los Conquistadores del Titi-Caca', 'Extraverde', 'Los que paran en el Salooon' y 'Los que paran en la cocina'.

Hasta el año 2000 estarían los hermanos con sus amigos sacando chirigotas callejeras sin saber que el año 2001 sería diferente. En ese momento, Perico Barba trabajaba fuera de Cádiz y con muy poca antelación le dieron sus ansiadas vacaciones en Carnaval. Como cada año confeccionaba una carpetilla con algunas cuartetas para salir como siempre con los colegas a la calle. Una de esas cuartetas sería la ya famosa frase "Mi padre era de Cádiz…". Como no podía ser de otra forma entre hermanos, Agustín lee lo que escribe Perico y ve que esas cuartetas podría servir perfectamente para un romancero, así que le escribe otras tantas y su padre le hace el cartelón. "Me vi literalmente obligado a salir", recuerda Perico.

Ya llegado el Carnaval de 2001, con esa carpetilla llena de cuartetas, Perico engancha a su hermano Mario y sacan a la calle el romancero 'La momia del faraón'. La intervención de Mario, que interpreta a la momia, con tan poco tiempo para ensayar, se resume en dos palabras o dos bastinazos y su padre Agustín le confecciona el disfraz. Perico es el que da vida al faraón con gorro de cocinero con un CD a modo de adorno egipcio y una cubertería en la solapa. Rememora Perico de aquel Carnaval pasado que "éramos principiantes, solo salimos a la calle dos o tres días y prueba de ello es que nos íbamos a cantar al Manteca, donde más gente había y menos se escuchaba".

Otro cambio para el Carnaval de 2002 se acercaba a la vida de los hermanos Barba, ya que Mario decide emprender su camino con otras agrupaciones callejeras. Es ese año cuando Agustín y Perico iba a salir juntos a la calle en su primer romancero, 'Problemas con el cambio'. La transición de las pesetas al euro que se estaba llevando a cabo en España era la temática escogida, que llevada al ingenio de los hermanos Barba se traduce visualmente en un tipo confeccionado mitad de Superman y la otra mitad de Clark Kent.

"Lo hacíamos en las casapuertas para sentirnos más arropados, y donde al principio habían 7 personas poco a poco se iban congregando más y más"— Agustín y Perico Barba - Romanceros

Pero la mala suerte se ciñe con Perico porque lo mandan a última hora a Cataluña, desde el primer sábado de Carnaval hasta el domingo de piñata. Debe hacer un cursillo con su empresa y Agustín se ve obligado a salir solo.

A partir de este suceso inesperado, los hermanos Agustín y Perico deciden desde el romancero del año anterior, 'Problemas con el cambio', hasta el año 2015 con el de 'Franquestein' -a excepción del año 2006 con la nueva versión de 'La momia del Faraón' de Perico y Mario Barba-, confeccionarse el mismo tipo o disfraz para poder salir en solitario, por si alguno de los dos tiene algún imprevisto y no puede hacerlo.

Por fin en 2004 y 2005 componen y salen juntos con los romanceros 'National Geographic' y 'American Gigolo', respectivamente. Perico cuenta que todavía seguían verdes y esta vez se ponían en la calle Ancha, donde más gente se congregaba, a interpretar el repertorio. "Llegaba el martes y ya no teníamos ni voz de lo que teníamos que gritar", comentan. Recuerda Perico, que "hacíamos el romancero para dos o tres personas porque me daba apuro hacer esperar a la gente". Con los años fueron viendo el panorama y aprendiendo cómo se gestaba el Carnaval en la calle con un romancero. "Lo hacíamos en las casapuertas para sentirnos más arropados y donde al principio había siete personas, poco a poco se iban congregando más y más", apuntan.

El nacimiento de su hija, el año anterior, es motivo suficiente para que Agustín, en el Carnaval de 2006, decline salir aunque colabore escribiendo para sus hermanos y para otras agrupaciones, como suele hacer todos los años. Y es este lapsus el que aprovecha Perico, que también acaba de ser padre, para sacarse la espinita del Carnaval de 2001 y junto a su hermano pequeño Mario, esta vez con un más que merecido protagonismo, retoma el romancero de 'La momia del Faraón', "mucho más "pulido y optimizado", defiende.

La trayectoria de los hermanos Barba

Ya con Mario, de nuevo, por su cuenta en el Carnaval callejero de 2007, Agustín y Perico empiezan por derecho en 2008 y no faltan a su cita en las calles de Cádiz. Su trayectoria en la modalidad de romancero solo se vería interrumpida por la pandemia en el año 2022.

"Sacar un romancero de tres es complicado", explica Agustín Barba sobre la idea de que su hermano Mario algún día se una a ellos. "Tengo algunas ideas como 'los Barba Gee'", simulando a los tres hermanos británicos que cantaban en falsete, Barry, Robin y Maurice Gibb. "Nunca se sabe lo que puede pasar, no lo descartamos", apunta Agustín, que para 2025 dice que "tenemos muchas ideas pero ninguna clara todavía".

Desde 2008 a 2024 saldrían con 'El profesor de tenis'' y 'El príncipe de Disney'. En 2010 sacan 'El naúfrago de Cádiz', cuya idea cuentan los hermanos Barba surgió de la comparsa de Tino Tovar 'Los tropicales', de 2002. En 2011 con su romancero 'El auténtico Bruce Lee', a petición popular empiezan a participar en el Concurso de Romanceros consiguiendo el tercer premio. "Antes no lo hicimos porque había que presentar las letras unos meses antes y nosotros las letras completas no las tenemos hasta una semana antes que empiece el Carnaval en la calle. Cuando nos animamos a salir solo había que presentar un boceto del cartelón", cuenta con todo el arte Agustín.

Siguieron su fantástico currículum carnavalero en 2012 con un tercer premio por 'El aniversario de la Pepa'. Detalla Agustín que la idea y el personaje de este romancero nacen en una boda a la que asistió, en la que casi nunca falta el peculiar tío de la novia, "Es el primero que baila, el primero que se tira a los canapés y el primero que se queda dormido", relata.

Con 'Desafío extremo de Cádiz', en 2013, consiguen su primer premio en el Concurso de Romanceros interpretando a dos montañeros muertos de frío que cuando tocan la cumbre del Everest se dan cuenta que se les ha olvidado el arroz para hacer la paella. Engarzan otro primer premio al año siguiente con el Romancero 'El eterno repetidor', con un tipo de colegial de los años 60. En 2015 el romancero de 'Frankestein' consigue el segundo premio y siguen la racha con un tercer premio con 'Ben Hur'. Los Barba vuelven a dar un campanazo de primer premio con otro tipo de película, 'Rocky Balboa, la leyenda'. En 2018 se para la carrera imparable de premios de los hermanos Barba con el romancero 'Explota, explótame, expló', que relata las peripecias de un trabajador explotado por su tirano jefe. El querido exjugador del Cádiz C.F. les devuelve la racha ganadora en 2019 y con el tipo de 'Los mágicos González' consiguen el cuarto premio. 'Los cavernícolas', 'Los quillo' y 'Los trogloditas' consiguen el quinto premio en el Concurso de Romanceros de 2020. Después del parón de 2022, llega otro tipo de película que les otorga un segundo premio, 'Terminator, los cyborgs de la Bahía'. Y por último, este año 2024 vino con doble ración de galardones. Con 'Mi mono de trabajo, el romancero de Tarzan y su mona Chita' vuelven a conseguir un segundo premio y de propina el Cartelón de oro a esta carrera imparable de estos peculiares hermanos.

El papel de Agustín y Perico en el Romancero

Con las nuevas tecnologías, este tándem de hermanos gaditanos, Agustín y Perico, utiliza un grupo de WhatsApp para estar al día de todo lo que se les pasa por la cabeza, comentar situaciones de la vida diaria o por si tienen suerte y esa vivencia les conecta con alguna provechosa idea, detalla Agustín, quien se encarga, a su vez, de recopilar toda esa fantasía y formar el romancero. Con las ideas sobrantes completan su ya famosa performance, que empezó como una improvisación y les servía para atraer y esperar a la gente que estaba por venir. "Al principio de nuestra andadura llamábamos a la gente para que nos escuchase, 'Quillo ven aquí, que no te vas a arrepentir', si te quedas te devolvemos el dinero del libreto'", cuentan entre bromas.

Uno de los momentos favoritos de Perico es buscar y tunear los complementos que acompañan a los distintos tipos. "Busco ideas entre Ikea y las tiendas chinas, donde me pruebo todas las ensaladeras y escurridores para buscar sombreros y casi nunca me llevo ná", señala Perico, que encuentra la inspiración en estos establecimientos para después fabricar los complementos él mismo.

Otra de las características de este romancero gaditano, añaden los hermanos, es que no es excesivamente largo. "Dura 20 minutos y la performance otros 20. Pensamos que hay agrupaciones que consumen mucho tiempo del aficionado. Una hora de repertorio es demasiado; la gente se cansa, quiere hablar con su amigo, tomarse una cerveza o ir al cuarto de baño".

Perico y Agustín, entre todos los premios que le han proporcionado sus romanceros, quieren distinguir el cariño que se llevan de su público, que busca su presencia en las calles año tras año. "Nos olvidamos casi siempre de actualizar Instagram, doy mi número de teléfono y la gente me pregunta por WhatsApp por dónde estamos, algunos incluso de Carnaval en Carnaval", apuntan.

Más de una sorpresa se han llevado los hermanos a cuenta de sus seguidores. Como ejemplo cuenta Agustín que estando de vacaciones en Santiago de Compostela, un camarero le comentó que estaba "harto de ver su romancero" y que una amiga en común se los pasaba sin falta año tras año. También Perico explica con sorpresa que en la cola del supermercado no es la primera vez que le reconocen por la voz y otro grato recuerdo que engarzan los hermanos que no olvidarán jamás fue cuando viajaron a las Islas Canarias -Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote-, de la mano de su amigo el Canijo de Carmona. En las islas quedaron asombrados por el respeto y cariño que recibieron de la gente de allí y el amor que profesan al Carnaval de Cádiz.

De satisfacciones también están cubiertos Agustín y Perico. Les cambia la cara cuando cuentan que hay amigos que confiesan que siguen escuchando sus romanceros en el coche cuando van de viaje. O también otro colega cuyo padre no sale de casa y lo sorprenden cada dos por tres riéndose porque le gusta ver en el móvil sus romanceros. En definitiva, muchos amigos, aficionados y espontáneos que los acompañan y demuestran a estos hermanos que su presencia en las calles gaditanas es tan necesaria como en sus propias vidas.