Los incondicionales

Comparsa

Los incondicionales
Rafa Burgal

05 de febrero 2017 - 03:44

FICHA

Localidad: Algeciras

Letra: Enrique Parodi Palacios

Música: José María Durán Monroy y Enrique Parodi Palacios

Dirección: José María Durán Monroy

Representante: Javier Mayor Rodríguez

En 2016:El asesino de comparsistas

El tipo. Perros. Las coplas. Amor perruno. Los compañeros más fieles. Los que esperan detrás de la puerta la llegada del Carnaval. El riesgo del tipo funciona con su pase a cuartos, ya que partía en el grupo de los que tenían opciones. Una defensa al mundo animal que sirve para hilar el repertorio, que está por debajo de la música y la interpretación. Sí destaca la primera letra, personificada en un perro lazarillo que guía a su amo para salvar las mil barreras que se encuentra y espera que el día que no tenga fuerzas lo recuerde como su compañero. No tiene tanta fuerza la segunda, en la que mezclan diferentes problemas de la provincia como la contaminación o el drama de la inmigración con la actitud de los gaditanos con las fiestas, por lo que nos llaman animales. Regular tanda de cuplés, en los que se cogen un morazo al oler un fardo y hacen sus necesidades debajo de la cama tras una discusión entre sus amos para sacarlo a la calle.

En preliminares

las coplas. El amigo más fiel del hombre. El que vigila el rebaño, te puede salvar la vida o guarda las calles. Incondicionales de sus amos. Un amor puro y verdadero. Una idea, la de disfrazarse de mascotas, con la que esta comparsa algecireña arriesga demasiado -lo corrobora un público guasón- y deja una sensación agridulce, ya que el grupo suena bien, pero el repertorio decae en su desarrollo por culpa del propio tipo, por el que está condicionado. Exprimen la humanización del perro en todas las coplas. En el primero de los pasodobles, con una música con un corte alegre y agradable, trasladan al mundo perruno el tema de la violencia machista con la historia de una perra que al final pudo salir de la jaula y sacar su rabia de hembra. El resultado final no convence al utilizar esta comparación con un tema demasiado serio. Cambio de tercio sentimental en la segunda letra -al mismo nivel-, en la que narran lo que sienten cuando su dueña tuvo un niño, "un loco bajito" que les proporciona el amor "más fiel y sincero". Sin embargo, en el primer cuplé se contradicen y el niño les hace perrerías, por lo que le dicen a su dueño que se debería haber capado. En el segundo, algo mejor, son tan vaciletas que por poco pierden los dientes al morder a un perro de porcelana. Los adoptamos.

Puntuaciónes COAC 4 / Miguel Guillén

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