Retrocarnaval
Jose Fernández: "Nuestro mayo éxito fue ‘Los piratas’, pero mi favorita es ‘La ventolera’"

Jose Fernández: "Nuestro mayor éxito fue ‘Los piratas’, pero mi favorita es ‘La ventolera’”

Retrocarnaval

Atesora 22 años de Carnaval, la mayoría de ellos como segunda voz en la elite con el grupo de Martínez Ares y Ángel Subiela de 1988 a 2000

Con solo 20 años debutó en adultos, llevándose un tercer premio en 1985 con la comparsa 'Las coplas'

Diario de un pirata

Jose Fernández en la calle Isabel la Católica. / Julio González

Cádiz/La mayoría de sus 22 años de Carnaval valdrían como 44 para muchos carnavaleros. No en vano, vivió con intensidad el mundo de la comparsa, principalmente por su participación como segunda voz en el grupo dirigido por Ángel Subiela entre 1988 y 2000. Años dorados de un Carnaval del que Jose Fernández, el conocido Jose el Fuerte, se bajó en 2003 y no ha vuelto a subirse.

Cuenta que cantiñeaba con sus amigos de Trille en un Seat 600 abandonado pasodobles de la época, “sobre todo de Antonio Martín”. “Decidimos sacar una comparsa juvenil y, con mi letra y música, nos embarcamos. La dirigía mi hermano Juan -el también conocido Juan Fernández, luego autor de muchas agrupaciones-. Se llamaba ‘Duendes gitanos’ y no fue a la final, en el 82. Luego hicimos ‘Almas errantes’, tercer premio en el 83, y ‘Con sabor a mar’ en el 84”.

Con 20 años dio el salto a adultos y alcanzó, sin tiempo para digerirlo, el éxito con una gran final con la comparsa ‘Las coplas’, de Miguel Villanueva y Pedro Gragera, dirigida por Juanelo, en un año brutal para esta modalidad. “A mi hermano le llamaron para hacer una prueba y quise ir con él. Yo estaba en la mili y era posible que la comparsa no aceptara que pudiera faltar algunos días, pero Juanelo lo aceptó. Empecé tocando la guitarra, pero me partí un dedo y metieron a otro. Que en esa época alguien como Juanelo, Villanueva o Gragera confiara en dos chavales desconocidos, pues es de agradecer”.

Jose Fernández con el disfraz de la comparsa 'Las coplas' (1985). / D.C.

Para Fernández “esta comparsa era muy completa, a pesar de la polémica que hubo porque otras muy buenas se quedaran fuera. Un tipo muy bonito y un buen repertorio”. En 1986 no siguió Villanueva, y Juanelo continuó con la mayoría del grupo para ‘¿Qué pasa en Cai?’, donde Jose salió de guitarra, con la letra de Pedro Romero. “El conjunto mejoró con la entrada de Selu Moreno, Antonio Real, Mario Rodríguez, Juan el Koki… Nosotros en verdad queríamos sacar ‘Extraños’. Era como un alienígena, con la cabeza calva y un solo ojo en el medio, fíjate (risas). Pero claro, a Pedro Romero ese tipo no le iba. Él era de ideas más costumbristas, más castizas, no se veía escribiendo para alienígenas”, recuerda.

"A Pedro Romero ese tipo no le iba. Él era de ideas más costumbristas, más castizas, no se veía escribiendo para alienígenas”

En 1987 tocaba salir con otro gran director, Catalán Grande, y con autor de garantías como Antonio Busto en ‘Selenitas’. “Yo y mi hermano empezamos a ensayar con ‘A bombo y platillo’ de Villanueva y Emilín Álvarez. Mi hermano se fue y yo, la verdad, empecé a faltar para que me echaran, lo tengo que reconocer. Y así fue. Me quedé sin grupo. Me ofrecí a la chirigota del Love, pero no había sitio. Y luego surgió salir con ‘Selenitas’. A mí me gustó la experiencia, pero hubo problemas en la interpretación. Y es que las máscaras las probamos el mismo día del debut por la mañana en el Teatro Andalucía. Ya no había vuelta atrás”.

Jose no recuerda exactamente cómo llegó a la comparsa de Martínez Ares en 1988. “Supongo que fue a través de José Luis Naranjo. Yo ya me había ofrecido en 1986 en la peña La Gaviota, en una conversación con Martínez Ares, y supongo que eso también influiría. Porque a mí me gustaba esta comparsa desde antes, incluso cuando Antonio escribió ‘Requiebros’. Hubo cambios en el grupo y entramos gente que nos incorporamos a lo que fue la base durante muchos años. Paquito el Caja, Mariano, yo…”.

Con Martínez Ares, José Luis Naranjo y Ángel Subiela en ‘Entre tus brazos’. / D.C.

Aquella comparsa se llamaba ‘Entre tus brazos’, que refrendó la conexión que el grupo y el autor habían conseguido con el público más joven. “Creo recordar que Antonio tenía la idea de sacar ‘Basura’, y formar un montón de basura en el escenario. Pero no nos acababa de convencer. Salió la idea de salir de muñecos y nos decidimos por ‘Entre tus brazos’, donde ya colaboré con algunas cosas, por ejemplo haciendo la introducción lenta de la presentación. Antonio nunca tuvo problemas para aceptar ideas y nuestro grupo siempre fue fuerte en eso, en aportar a los repertorios. José Luis, Antonio y yo nos reuníamos mucho. Ángel Subiela se encargaba de los tipos y daba ideas”.

1989 fue el año de ‘Con uñas y dientes’, donde Fernández iba de guitarra. “Si no es el grupo más potente que hemos llevado, casi lo es… pero la comparsa no cuajó”.

Autor y grupo seguían experimentando y buscando un camino, hallado con ‘Sonri-sillas’, comparsa considerada un antes y un después en la trayectoria de Martínez Ares. “La influencia de ‘Soldaditos’ para Antonio era muy grande y lo tenía muy claro. Hasta en la elección de los colores para el tipo de los payasos que llevábamos, que al final se cambiaron. El grupo no estaba muy compactado, pero sí muy trabajado. Era muy teatral”.

La comparsa iba percibiendo el cariño de la nueva ola de aficionados a la vez que el rechazo de los puristas. “Eso es ley de vida. Todos decimos que nuestra época es mejor que la de ahora”, apunta. Llegó ‘Calabazas’´, segundo premio, en 1991, la consagración de un proyecto. “Sabíamos que ‘Encajebolillos’ era imbatible. Pero la comparsa ya tenía un sello y una afición detrás que era impresionante. El tipo de ‘Calabazas’ lo cogimos de una cabalgata de Disney que vimos en la tele, donde unos espantapájaros se paraban en el desfile y se les veía una pierna colgando. Íbamos a llevar puestas en las cabezas las calabazas que luego llevamos en los palos. Mi experiencia en ‘Selenitas’ me hizo aconsejar no cantar con las máscaras puestas. De hecho lo probamos en el ensayo y en mitad del pasodoble lo tuvimos que dejar. Al final, maquillaje de Paco Leal. Con máscara se pierde expresividad”.

Después de ‘Doremifasoleando’ en 1992, cuarto premio, la comparsa hablaba de “sacar algo, digamos, más clásico”. El cambio se materializó en ‘Los miserables’. Y Martínez Ares “nos cantó el pasodoble a José Luis y a mí en el coche de José Luis y dijimos ‘ufff, esto tiene cuerpo’. Era un pasodoble más serio, como más adulto que el de ‘Calabazas’. Iba bien con el tipo”. Fue el primer ‘1’ de Martínez Ares y el grupo dirigido por Subiela, coronando así un camino lleno de experimentos y riesgos propios de la juventud.

‘Los miserables’ inauguró la época de pasodobles polémicos de este grupo. “Antonio nos trajo el pasodoble del Papa y sabíamos que eso iba a traer cola. Alguno planteó dudas, pero el conjunto iba a muerte con las ideas del autor. Siempre habíamos hecho la comparsa como a nosotros nos gustaba, sin pensar en los demás. Nos dieron caña, sobre todo en las cartas al director del Diario. El pasodoble del Papa nos dios mucho. El concepto de la comparsa, el final de popurrí también...”.

"El pasodoble del Papa nos dios mucho. El concepto de la comparsa, el final de popurrí también...”

La reválida de repetir primer premio fue exitosa con ‘La ventolera’ en 1994. “También con un pasodoble polémico, el antitaurino. Ahí no decíamos ‘vamos a llevar un pasodoble polémico para llamar la atención’, para nada. Eran letras que nos gustaba cantar y mensajes que nos gustaba decir. También cantamos el que hizo Antonio al Nazareno después de que lo expulsaran de la cofradía por el pasodoble al Papa”, admite. Asimismo hubo un pasodoble crítico a Antonio Martín. “Ese pasodoble lo teníamos firmado por detrás, por cada uno, y nunca salía del ensayo, pero se filtró que lo llevábamos en el repertorio. Fíjate, al final no lo cantamos. Se hizo como una pataleta, porque había mucho pique entonces con Martín. Pero ahí quedó. Y luego alguien lo publicó en el Diario después del Concurso”.

Al año siguiente podría haber llegado el triplete con ‘El brujo’, pero no se dio. Ganó ‘Charrúas’. “Otra polémica con el pasodoble a Doeste, por la carne en mal estado y tal. Creo que nuestra comparsa estaba mejor escrita, con todos los respetos. Fue una pequeña decepción, la verdad”, destaca. La comparsa gustó mucho. “Recuerdo ir por la calle Sacramento haciendo pasacalles y mirar para atrás y ver a un montón de gente siguiéndonos. Lo de ‘El brujo’ no fue normal. Acorralados por gente pidiendo fotos y autógrafos, arrancando la lana de los mechones del gorro… a partir de ahí la comparsa fue una locura. Pero claro, con los pies en el suelo porque el lunes había que levantarse temprano para trabajar”.

El grupo se rompió en verano, teniendo que incorporar a nuevos componentes para cumplir con los contratos. “Fue un verano chungo, la verdad”. Luego vinieron ‘La trinchera’, que recuperó el primer premio, y ‘El vapor’, que fue segundo. “Esta comparsa no es una de mis favoritas. Sobre el estribillo, por ejemplo, me gustaba más el primero que trajo Antonio: ‘No digas que no avisé, no digas que no avisé. El que quiera que me coja o que se baje de este tren’. Me daba un coraje cantar el ‘chaca chaca’…”.

"Antonio nunca tuvo problemas para aceptar ideas y nuestro grupo siempre fuerte en aportar a los repertorios”

Y llegaron ‘Los piratas’, palabras mayores en la historia del Carnaval. “En las puntuaciones no íbamos primeros desde el principio, pero los dos pasodobles de la final, ‘Con permiso buenas tardes’, que sigue, lamentablemente, de actualidad, y ‘Carnecita de gallina’, nos dieron el triunfo”, señala Jose. “El nombre primitivo era ‘Piratas’ y fue Manolo Casal quien sugirió llamarle ‘Los piratas’. Surgió la idea de la película ‘La isla de las cabezas cortadas’. Cada uno nos fuimos atribuyendo un rol: el capitán, el cojo… Y yo iba a salir con camisa, pero el día que nos probamos el tipo en el local de ensayo y viendo la disposición del grupo, Martínez Ares me dijo que por qué no me quitaba la camisa. Yo siempre he sido muy cortado para eso, pero me convencieron y así salí en el Falla. Por entonces yo hacía culturismo y se me quedó por eso lo de ‘Jose el Fuerte’ para siempre".

“Cambiamos el popurrí porque no estaba bien cuadrado, había cosas que no nos convencían. Lo hablamos, porque nosotros éramos de hablar mucho, de debatir, muchas noches de charla en vez de ensayar en las que salían buenas ideas. Antonio había hecho dos cuartetas originales y entonces le dijimos que por qué no las hacía todas él. Y así fue, el popurrí todo original. Por eso creo que el popurrí no entró al principio por los oídos de los aficionados”, relata.

"Un aficionado me dijo que los que salieron en ‘Los piratas’ no deberían trabajar ya en la vida”

La influencia de ‘Los piratas’ ha sobrepasado décadas hasta nuestros días. Fue una comparsa que abrió, más si cabe, el Carnaval fuera de Cádiz. Jose ilustra este impacto con una anécdota: “Estaba hace dos o tres años en el bar Duca del Falla, un noche de la final con mi mujer. Llegó un hombre, aficionado de fuera, que me reconoció y me dijo: ‘Quillo, los que salieron en ‘Los piratas’ no deberían ya trabajar en la vida’. Yo le dije que cogiera firmas para eso (risas). Fue nuestra comparsa de más éxito, aunque a mí la que más me gusta es ‘La ventolera’”.

A la izquierda en ‘Los piratas’ con Chatín, Ángel Subiela y Carli Brihuega. / D.C.

Con ‘Los templarios’, “un pedazo de comparsa, completa, y más trabajada que ‘Los piratas’”, el grupo se llevó “un palo bueno” con el tercer premio. “Ahí llevábamos otro pasodoble con polémica y eso nos pudo pesar”. Se refiere al que, en un fragmento, decía sobre García Lorca “sangre de un pobre mariquita, de un poeta universal, que se negó a poner el culo como lo puso Pemán”. “Sabíamos que eso iba a levantar ampollas, pero nosotros siempre fuimos a tumba abierta. Al principio el público acogió con entusiamo la letra, pero cuando llegamos a esa frase fue como un gatillazo general. A partir de ahí nos costó remontar”.

En el año 2000 la comparsa ‘La milagrosa’ iba a estar marcada por la implicación de Martínez Ares en la Asociación de Autores, un colectivo guerrillero que defendía a la gente del Carnaval. La petición de Autores, aceptada por el Ayuntamiento, de desalojar a las emisoras de radio del escenario causó una gran polvareda. “Las reivindicaciones de Antonio y Valdivia eran justas. Pero eso nos pesó mucho y nos dejaron fuera de la final por primera vez desde 1990. Incluso compañeros, cosa que aún no me explico, cantaron coplas contra Antonio. Cantar luego en la calle fue complicado”.

Y se rompió el amor de tanto usarlo. “Ángel Subiela no iba a salir para 2001 y Antonio quiso prescindir de algunos componentes. Y muchos no estábamos de acuerdo, porque después del palo entendíamos que teníamos que permanecer juntos. Pero siguió con su idea y el grupo se rompió. Algunos siguieron con él y otros contactamos con Juan Carlos Aragón, que nos dijo que la condición es que siguiera Subiela. Convencimos a Ángel y cambiamos de autor”, expone.

"Las reivindicaciones de Antonio y Valdivia eran justas. Pero eso nos pesó mucho y nos dejaron fuera de la final por primera vez desde 1990"

El primer año de la separación, 2001, ganó Ares con ‘La niña de mis ojos’ y Subiela con Aragón fueron segundos con ‘Los condenaos’. “Ese año la cosa fue tranquila, pero al año siguiente no. Ellos eran ‘La revolución’ y nosotros ‘Los ángeles caídos’. Hubo un pique porque para colmo cantamos el mismo día que ellos. Cantaron un pasodoble al Piru, el que fue nuestro postulante que había fallecido el año antes, y nos citaba. Y nos molestó. Así que hicimos un cuplé para responder si cantaban el pasodoble ese día. Lo cantaron y luego nosotros el cuplé. La que se formó en el Falla no fue normal. Cantamos la primera cuarteta del popurrí entre gritos y silbidos. Aguantamos, no quedaba otra. Al final ganamos el primer premio”.

Jose Fernández cerró en 2003 con ‘Los americanos’, la última comparsa de Aragón y Subiela, su etapa carnavalesca. “Ya estaba saturado. Además de la comparsa llegó lo del disco de tanguillos, el de villancicos… era demasiado. Y decidí empezar una nueva vida fuera del Carnaval. Ya había vivido muchas cosas y ya estaba viendo que esto estaba cambiando mucho. No lo echo de menos. Fue bonito mientras duró. 22 años a tope”. 

De guardajardines a técnico del Archivo Histórico Municipal

José Antonio Fernández Domínguez nació el 2 de diciembre de 1964 en el número 3 de la calle Alféreces Provisionales, ahora calle Alegría, en Trille. Estudió en el colegio Carola Ribed y después, tras no acabar FP en San Severiano, comenzó a trabajar limpiando cristales. Tras la mili se colocó en el aparcamiento que montó el Centro Juvenil de Trille. En diciembre de 1988 aprobó para entrar como guardajardines en el Ayuntamiento. Una vez que desapareció esta figura, se licenció en Historia y solicitó cambiar de puesto, pasando al Archivo Histórico Municipal, donde es técnico. Está casado con Lourdes Catalán. Tiene dos hijos de un matrimonio anterior: Jose y Sergio. Y tres nietos: Sergio, Manuela y Lola. 

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