José Luis Ariza: "La comparsa 'Gandhi' iba tan bien caracterizada que mi padre no me reconoció"

Atesora un importante historial como comparsista, habiendo participado en destacados grupos como ‘Los soldaditos’ o ‘Encajebolillos’

Su primera agrupación, con solo 14 años, fue el coro 'Los escultores del ayer' de 1981

Luis Ripoll: “El bache' era muy de Paco Rosado, bastante de Ripoll y de unos amigos que aportaron”

José Luis Ariza en el exterior del edificio Reina Victoria, su lugar de trabajo.
José Luis Ariza en el exterior del edificio Reina Victoria, su lugar de trabajo. / Jesús Marín

En el barrio de El Balón, como en otros tantos de Cádiz, los chiquillos montaban sus propias agrupaciones con barricas de sardinas y bombos de detergente como instrumentos, recordando coplas de Paco Alba, de Antonio Martín o de Enrique Villegas. En este ambiente creció José Luis Ariza, entrando a cantar “en los bares de la zona como la Tienda del Medio o el Fornos”. Para acentuar su afición, el Teatro Falla estaba muy cerca de su casa y allí se iba a ver entrar a las agrupaciones en pasacalles.

Su incorporación al Carnaval oficial iba a llegar de la manera más casual. “Venía yo del instituto San Severiano con un amigo y nos paró por la calle Compañía un hombre, que sin conocernos de nada nos preguntó si queríamos salir en un coro. Yo le dije que sí del tirón”, rememora. Ese hombre era el recordado José Manuel Gijón ‘Chichi’, un corista muy querido que posteriormente labró una gran trayectoria en el coro de Julio Pardo. El coro en cuestión al que se incorporó Ariza, con poco más de 14 años, era ‘Los escultores del ayer’, para salir en 1981.

En su primera agrupación, el coro 'Los escultores del ayer' de 1981.
En su primera agrupación, el coro 'Los escultores del ayer' de 1981. / D.C.

La misma noche del casual encuentro, Ariza se pasó por el local de ensayo, en la calle Arricruz. Y así inició su vida carnavalesca, en un coro escrito por Antonio Girón justo cuando la modalidad estaba en auge tras la irrupción de ‘Los dedócratas’ cuatro años antes. “Es uno de los más bonitos recuerdos que tengo. Con 14 años en la carroza, viviendo el Carnaval de verdad”, relata

Pero le tiraba la comparsa. “Yo y unos cuantos más de los jóvenes del coro le comimos el coco a Antonio Girón para que nos hiciera una comparsa, y así nació ‘Carcajadas’ para 1982. Éramos muy jóvenes, pero competimos en adultos”, destaca. En 1983 dio un salto de calidad saliendo con Luis Ripoll en ‘Charanga’. “Luis iba a sacar ‘Cómicos’, creo recordar, pero al final se decantó por otro nombre. En esa comparsa me encargué de la dirección. La comparsa gustó mucho, con un pasodoble precioso, aunque el grupo no era del todo fuerte. Nos quedamos cerca de entrar en la final y luego, gracias a Manolo Portela, nos hartamos de cantar por todas partes”.

De ‘Charanga’ cuenta una anécdota que tiene que ver “con unas declaraciones de Ripoll en el Diario de Cádiz que criticaba al Carnaval de la provincia o algo así. Luego, Ripoll no iba a muchas actuaciones y se creían que yo era Ripoll y me daban a mí la bronca. En algunos sitios nos abuchearon, pero cambiábamos la letra del estribillo para quedar bien con cada pueblo. En vez de “por las calles gaditanas va pasando la charanga” pues cantábamos ‘por las calles conileñas...’ o ‘por las calles de Barbate...’. Y ya cambiaban los silbidos por los aplausos”.

En la comparsa 'Charanga' con el saxo frente a Luis Ripoll.
En la comparsa 'Charanga' con el saxo frente a Luis Ripoll. / Kiki

En su cuarto año, 1984, tuvo la suerte de formar parte de una comparsa de culto en los 80. ‘Gandhi’, de José Luis Bustelo, fue un bello alegato pacifista a través del célebre personaje que luchó por los derechos civiles en la India. “Yo recuerdo que fui a una prueba para entrar en la comparsa, al Club Caleta. Me puse a cantar el pasodoble de presentación de ‘Gallos de pelea’ y Juanelo, que era el director, ni me dejó acabar. Me dijo que era suficiente, que estaba dentro del grupo”, señala.

“Fui a una prueba para entrar en 'Gandhi'. Me puse a cantar el pasodoble de presentación de ‘Gallos de pelea’ y Juanelo, que era el director, ni me dejó acabar. Me dijo que era suficiente, que estaba dentro del grupo”

Dice que esta comparsa le marcó “porque fue mi primera final” y estaba “muy trabajada”. El grupo llegó al Falla e impresionó por la perfecta caracterización. Eran 15 verdaderos Gandhi. “En principio íbamos a llevar unas pelucas de goma para que parecieran las calvas, pero eso no quedaba perfecto después de la prueba que hicimos. Fue a Juanelo a quien se le ocurrió que nos pelásemos al cero. Solo un componente dijo que no podía hacerlo, porque tenía un trabajo que no le permitía dar esa imagen con el coco rapado. Y renunció a salir. Los demás nos rapamos tres o cuatro veces, porque de una fase a otra del concurso te crecían pullones. Y para los contratos, más o menos teníamos que ir rapados. Mi padre fue a verme a los camerinos y no me conoció”, describe Ariza.

A su juicio, ‘Gandhi’, quinto premio, mereció mejor suerte. “Llevábamos un buen grupo y Bustelo escribió muy bien. Para mí esa comparsa fue una delicia. Debimos quedar cuartos o terceros”, apunta.

En la comparsa 'Gandhi', de 1984.
En la comparsa 'Gandhi', de 1984. / D.C.

Asegura que de cara a 1985, Juanelo contaba con él para ‘Las coplas’, pero Luis Ariza decidió quedarse con Bustelo para salir en la comparsa ‘En ruta’, con un tipo de camioneros, que no tuvo la misma suerte que ‘Gandhi’, quedando fuera de la final. “También era una comparsa muy bonita, con un buen grupo y buen repertorio, pero quizás fallamos en el tipo. Se podría haber vestido al camionero de otra forma”, reconoce.

Ese mismo año 85 fue autor de la comparsa juvenil ‘Candela’, muy seguida por la juventud gaditana. “Fue un pelotazo. La hice yo con Joaqui Linera, el Niño de la Leo. Pegó fuerte. Tengo en casa recortes del Diario en un álbum que ponen a la comparsa como de gran categoría, con calidad para concursar en adultos”, explica.

En 1986 fue director e hizo parte de la letra de la comparsa ‘Autómatas’ junto a Manuel Lozano. “Ahí pegué un bajoncillo, la verdad. Pasó sin pena ni gloria”, indica. En 1987 fue componente de ‘A bombo y platillo’, de Miguel Villanueva y Emilín Álvarez. Ese mismo año escribió por primera vez una comparsa para Jerez, de la peña Agustín González, llamada ‘Cara y cruz’.

Para 1988 iba a salir en ‘España la nueva’, pero circunstancias familiares le hicieron dejar el grupo. También en 1988 escribió en Jerez, una comparsa llamada ‘Desde lo más profundo’, junto a Ezequiel Arauz, en la que además salió cantando en el falla. “Este era otro grupo, que fue el embrión del que luego llegó a la final con Antonio Busto. Puedo decir que puse la primera piedra para que esa comparsa llegara donde llegó. Hice con ellos luego otras comparsas”.

No salió en ‘España la nueva’, pero el mismo grupo le volvió a reclamar para ‘Los soldaditos’, una comparsa mítica del Carnaval de Cádiz. “Es que esa comparsa se llevó en la calle 19 primeros premios en los concursos. Donde no estuvo bien valorada fue en el Falla, que yo pienso que debería haber obtenido un mejor premio. Una comparsa muy nueva, elegante, con un gran grupo y un popurrí histórico. Nos llevamos todo el año entero cantando. Llegamos a cantar, inaugurando un bar en un pueblo que no recuerdo, un Domingo de Ramos mientras pasaba por la calle una procesión”, rememora.

"Con 'Los soldaditos' legamos a cantar, inaugurando un bar en un pueblo que no recuerdo, un Domingo de Ramos mientras pasaba por la calle una procesión”

‘Los soldaditos’ fue la comparsa que marcó un cambio en la trayectoria de Martínez Ares. “Recuerdo que él estaba con nosotros fuera del Teatro Andalucía escuchando el fallo del jurado y estaba indignado porque nos dieron el tercer premio en vez del primero”, afirma.

La elegancia se mantuvo con ‘De ida y vuelta’ en 1990. “Dentro de esa trilogía esta comparsa no se queda atrás y también llevaba un gran popurrí, precioso. Y la presentación, una delicia”, sostiene.

El Carnaval 91 le tenía reservada una gran noticia: salir con Antonio Martín, que por entonces dominaba el concurso con mano de hierro. “Vino a buscarme Manolo Pérez, el hermano de Pepe el Caja, que era el director, para decirme si quería salir con ellos. No me lo pensé. Para mí Martín es uno de los grandes, grandes, grandes”, admite. “Me llamaron cuando aún estaba con ‘De ida y vuelta’. Le dije al grupo que no podía dejar pasar la oportunidad, y lo entendió. No se me olvidará en la vida el aplauso que me dieron. Yo creo que así hay que irse de los sitios”, añade.

Así fue como entró en ‘Encajebolillos’, que no tuvo rival en ese 1991 con un primer premio incontestable. “Para mí era el culmen. Fíjate que en la colección de cartas del Carnaval salgo yo en esta comparsa. Yo creo que es una de las mejores de Antonio y decir eso en ese historial es decir muchísimo. Para mí está en el top 5 de Martín. Era un comparsón. El jurado nos dijo que solo abrirse las cortinas y abrir nosotros la boca, pensó ‘vamos a buscar el segundo premio’. Y el grupazo, para qué te voy a contar”, dice con orgullo.

Fue la primera vez que salió con Pepe el Caja como director. “He salido con muchos directores, pero Pepe tenía duende. No era el mejor tocando la caja ni el mejor cantando, pero tenía una cosita que en otros no he visto. Él te decía cómo tenías que cantarlo, aunque tú cantaras mejor que él. Y acertaba. Así iba la comparsa al Falla, que no fallaba una. Era muy serio en los ensayos. Al que fuera le ponía la cara colorada, sin distinción. En Carnaval, sin disciplina no se va a ninguna parte”.

/ Kiki

Repitió con este grupo y Martín en ‘Los trotamúsicos’ en 1992, segundo premio, la última dirigida por Pepe el Caja para ese conjunto y ese autor. “Me quedó una espinita porque estaba convencido de que íbamos a ganar. El pasodoble era otro caramelo. Coincidir en el tipo con ‘Doremifasoleando’ quizás nos perjudicó. Pero bueno, en una trayectoria larga siempre te ves compensado, te dan y te quitan”, reconoce.

"He salido con muchos directores, pero Pepe el Caja tenía duende. No era el mejor tocando la caja ni el mejor cantando, pero tenía una cosita que en otros no he visto"

Siguió con Martín en ‘El titiritero’ (1993) y ‘Las verdades del barquero’ (1994). “Y ya me fui. En ese grupo no bastaba con ir a la final, había que ganar sí o sí. Y ya el ambiente era de mucha tensión. Hay momentos en los que hay que pensar que los otros, los rivales, lo hacen mejor. Yo entendía que estar en una final ya era un éxito”, argumenta.

Tras un descanso en 1995, volvió a reclamarle Pepe el Caja para ‘El viejo refranero’, comparsa de 1996 de José Manuel Prada. “Creo que fue un gran segundo premio, pero que pudimos ganar y no hubiera sido extraño”. Con Pepe el Caja salió luego en ‘El laberinto’ (1997) y ‘Las llaves del pueblo’ (1998), ésta de Pedro Romero. Cerró esta etapa saliendo en ‘De la viña’, con Enrique Villegas, en el año 2000.

Estuvo luego un tiempo sin salir, participando en antologías como la de Enrique Villegas, orquestada. Pero siguió conectado siendo vocal de comparsas y coros del jurado del COAC en 2007 y 2009. “Fue una experiencia muy bonita. Creo que ambos años acertamos. Me comía mucho el coco para hacerlo con mucha honradez, sabiendo lo que cuesta montar una agrupación. Pero sí, es una tarea complicada. Y puedo decir que si el jurado es responsable, honrado y capaz, no se deja influir por el público o los jurados paralelos”.

"Puedo decir que si el jurado es responsable, honrado y capaz, no se deja influir por el público o los jurados paralelos”

Volvió a la modalidad del tango en 2011 con ‘El asedio’ y repitió en 2012 con ‘Listos los de atrás, listos’. “Unos años antes, en 2004, falleció mi hermano después de recibir, ese mismo año, el Antifaz de Oro. Se portaron muy bien con él, sobre todo Juan Antonio Lamas, en cuyo coro salía mi hermano. Y en agradecimiento quise salir con él”, expone.

Volvió a la comparsa en ‘El gavilán’, de 2013, con veteranos componentes y repertorio de Faly Pastrana y Paco Rosado. “Ahí nació la segunda parte de ‘Los cleriguillos’ y yo estuve con ellos”, apostilla. Parte de este grupo, con Ariza, salió en 2014 con Antonio Busto en ‘Gloria bendita”.

Un joven autor, Nono Galán, le dio las riendas de su comparsa en 2015, llamada ‘Los novios de Cádiz’. “Fue una experiencia muy bonita, quedamos bien, al igual que el año siguiente con ‘Los libreros’”, indica.

"El Carnaval de Cádiz, un buen día lo vendimos y nos lo compraron muy barato"

De nuevo en los coros salió con Faly Pastrana en 2020 con ‘Los garabatos’ y luego dirigió ‘Los dueños de Cádiz’, de Faly Pastrana hijo, en 2022. Su última aparición se produjo este año dirigiendo la comparsa ‘Los gritos de Cádiz’, de Francis Sevilla Pecci y El Noly. La experiencia, en cuanto a la clasificación, fue negativa. “Ni siquiera nos acercamos a los cuartos de final, quedando en el puesto 37. Fue un pequeño maltrato. No te digo que estuviera para semifinales, pero sí para los cuartos. Era una comparsa muy de antaño y eso hoy no lo quieren”, lamenta.

“Me he dado cuenta de que esto ha cambiado mucho, y veo cosas muy raras. Se sufre mucho. El público es otro, que se va del teatro cuando canta su agrupación, y eso es una falta de respeto. Y depende mucho de qué día te toque y con quién. Hay muchos jurados, muchas crónicas sin saber, mucha gente en redes sociales que no son aficionados que te masacran en cuanto pegas un pequeño tropezón. No, este no es mi Carnaval. Y es que el Carnaval de Cádiz, un buen día lo vendimos y nos lo compraron muy barato”. Por lo tanto, para volver al Carnaval debe llegarle un proyecto que le ilusione “mucho”. Por último, es honesto diciendo que “hay que saber retirarse”, aunque se ve todavía “con facultades”. El tiempo dirá.

Del barrio de El Balón y conserje de edificio Reina Victoria

José Luis Ariza Iglesias nació el 9 de abril de 1966 en el antiguo hospital Fernando Zamacola. Su familia vivía en el barrio de El Balón, concretamente en la calle Barquillas de Lope. Estudió la EGB en Valcárcel e hizo luego Automoción en San Severiano. Muy pronto empezó a trabajar e hizo de todo: chófer, pintor, albañil, carpintero. Incluso trabajó en Astilleros. Encontró la estabilidad hace 30 años como conserje y encargado del mantenimiento del edificio Reina Victoria en el Paseo Marítimo. Está casado con Rosa María Rodríguez. Tienen dos hijos: Ismael, que sale en Carnaval con la comparsa de Fran Quintana, y José Luis. Y un nieto, hijo de Ismael, llamado Lucas. “Y me acaban de dar la noticia que viene otro nieto o nieta de camino, también hijo o hija de Ismael”, apunta con orgullo. 

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