Kike Remolino: "No vengo a dar lecciones a nadie, no es mi estilo, pero voy a dar mi opinión"
Enrique García Rosado estrena esta noche ‘La boquita prestá’, una idea muy distinta a ‘Los encaidenaos’
“Es un concurso muy intenso, me lo esperaba al haber una fase menos”
Enrique García Rosado, Kike Remolino, tiene claro que, aunque le hubiera gustado que fuera en febrero, 2022 era un año para no faltar. Sus ‘encaidenaos’ gustaron mucho y ahora llega con ‘La boquita prestá’ a un concurso en que, como dice, “no hay tutía” al contar con una fase menos que lo habitual.
–Forma parte del grupo de autores que decidió cambiar el nombre de agrupación con el cambio de fecha, ¿por qué dejó aparcada ‘La explosión’?
–Porque yo esperaba que fuera cuando fuera que el Ayuntamiento anunciara la vuelta iba a ser una explosión de alegría, de ¡por fin va a haber carnaval! Después de dos años amargados, enclaustrados, confinados, pues quería representar esa alegría del que está encerrado y sale. Pero después lo cambié por decepción, porque creía que iba a ser unánime esa emoción y qué va. Yo hubiera querido que hubiera sido en febrero pero estoy dentro de ese grupo que entendía que lo lleváramos más para atrás, y también por pensar en los niños, que no hubieran entrado en el periodo de vacunación.
–¿Va a decir muchas cosas aprovechando esa boca que le prestan?
–No pretendo darle lecciones a nadie, nunca ha sido mi estilo. Lo que sí es que voy a dar mi opinión sobre cómo yo veo esto. Considero que este año es de transición y lo que yo tenía claro es que sí quería participar porque lo tomo eso como algo histórico. No es normal lo que está pasando y entonces decidí que hay que aprovechar para eso, para yo dar mi opinión, que casualmente creo que coincide con la de mucha gente, con cosas que estamos hartos de hablar, y yo las voy a exponer. Si sirve para que la gente tome conciencia, los compañeros sobre todo, pues guay, sino pues me habré equivocado, pero no buscamos más nada.
–¿Y qué considera que tiene que decir el Carnaval, aunque sea en mayo?
–Volver a lo de siempre, volver a mirarnos a nosotros mismos, no tener miedo a que no nos entiendan, que huelo ese temor y ya cansa esa censurita tapada. Yo mismo muchas veces escucho los repertorios míos y me han quedado un poco desangelados. Cualquiera de Cádiz puede decir: oye pasó esto y no dijisteis nada, y yo creo que nos vemos en eso. Aparte creo que también tenemos que empezar a predicar con el ejemplo, que ya aquí nos conocemos todos y es muy fácil de boquita para afuera invitar a la gente a la lucha obrera, invitar a la gente a reivindicar cosas y después cuando hay una manifestación para cortar la ciudad o cortamos el puente los de Astilleros todos son protestas y todos son pegas. Me parece que también tenemos que predicar con el ejemplo, no solo de boquita para afuera.
–En 2020 logró estar en la final con ‘Los encadeinaos’ que convenció y gustó a los aficionados, ¿tiene la presión de mejorarlos?
–No, si hubiera sido un año normal, sí hubiera tenido más autopresión. Pero como ya ha pasado tiempo por medio y gustó, pues misión cumplida. Lo que llevamos es tan distinto que no creo que le demos la oportunidad a la gente de decir eso, porque es normal que se diga eso de “pues la última que sacó está mejor que esta”. Pero como quisimos también tirar por la tangente no creo que dé lugar a comparaciones. Me da más miedo el gustar, el que cale, pero bueno, es a lo que jugamos.
–¿Mereció más premio esa comparsa?
–Ya me da igual, porque el mensaje y que gente que está fuera te reenvíe cosas diciéndote “aquí estoy en Londres trabajando en un burger y tengo los cascos puestos escuchándote”, con eso ya... En el momento, cuando lo de ‘En la ciudad de Cádiz’, dice tú ¡buaahh! Pero bueno. poco más.
–En chirigotas faltan muchos autores reconocidos pero en comparsa no falta ni uno y con el Vera...
–Ya se podía haber quedado ese en su sitio, jaja. Mira, yo me esperaba que iba a ser al revés, que se iban a quedar comparsas sin venir y en chirigotas es donde iba a haber la explosión, porque pensaba que era un año también para sacar locuras, que es lo que yo hubiera hecho. Por eso con la de Juanlu (Cascana) el otro día me moría de la risa.
–¿Y cómo ve la competición?
–Todo el mundo está bien, a mí me gusta todo el mundo. Y además lo veo intenso. Creo que la gente al haber una fase menos tiene miedo a quedarse descolgado, al patinazo, y va a saco desde el primer asalto. Me lo esperaba porque yo, como concursero que me dicen, creo que este año no hay tutía, de eso de escucharlo más, y creo que la gente va a ser muy directa.
–Todo el mundo nos va diciendo que han sido muy difíciles los ensayos, ¿para vosotros también?
–No ha habido un momento de tregua, para estar los 15 lo hemos pasado chungo. Hubo un parón hace un mes, de dos semanas, que nos partió, me lo pensé y todo, porque me dije ‘vamos a llegar a lo justo’ y a mí me gusta tener las cosas muy medidas. Pero si no hubiéramos estado hubiera sido por temas de salud, porque hemos suspendido actuaciones, pero no por ganas ni por nada. El grupo ha congeniado muy bien y en la pandemia todavía más. Y cuando está ahí el rollo hay que aprovecharlo.
–Contará en el grupo Chico Cornejo, ¿cómo ha ido con la incorporación?
– Flipando con él y él con nosotros. Él es un tío muy abierto, muy de pies en el suelo, muy de carnaval del bueno y cuando yo, por ejemplo, me pongo muy nervioso, pues siempre tiene una palabra. Tengo tres antifaces en la comparsa, Tato, Angelín y Chico, y los tres son ‘los tila’, como les digo. Te dicen ‘quillo, tranquilo, por aquí’, y te viene muy bien.
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