Museo de los horrores
Doña Cuaresma
Leo en este rotativo que el Ayuntamiento va a dar más contenido a la Casa del Carnaval. Más opio para el pueblo. No saben qué hacer estos del PP para ganar votos entre los descamisados del plumero. Un equipo de Gobierno serio de un PP serio hubiera cerrado esta casa nada más llegar al poder, herencia del alcalde hereje y atentado arquitectónico en un palacio como el de Recaño. Pero Bruno y su panda feliz y sonriente quieren contentar a todo el mundo, y eso no lo hace ni el jamón ibérico de Joselito. Mientras derrochan miles de euros en esta casa de los horrores, la Semana Santa de Cádiz sigue esperando su museo, en el que exhibir su rico patrimonio. Igualito es un gorro del coro ‘Los anticuarios’ a la mitra que usó el obispo que coronó a la Virgen del Carmen. Lo mismo es una túnica de Vera-Cruz que un disfraz de ‘Los cruzados mágicos’, vamos. ¿O me van a comparar una batea de coros con un paso dorado barroco? ¿Y las babillas de un comparsista con el brazo incorrupto de Santa Eudovigis? No hay color. Abrieron la Casa del Carnaval para atraer a los turistas y estos llegan allí y entran en la Torre Tavira, para luego acercarse al oratorio de San Felipe Neri. Porque los que no son gaditanos-comparsistas tienen cultura y no se van a bajar del crucero para contemplar un libreto de ‘Los gorilas’ o los bigotes de ‘Los cegatos con botas’. Querrán ver algo de categoría, con señorío. Y eso solamente lo ofrece ahora la Semana Santa de Cádiz, que para eso va a ser de interés turístico internacional. No como el Carnaval, que se cree internacional y solo lo entienden cuatro catetos.
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