El origen de llamar ‘ilegales’ a las chirigotas callejeras: un ‘insulto’, una ‘descalificación’

Tribuna

Chirigota 'Los San Patricios'
Chirigota 'Los San Patricios'
José Luis de la Rosa Barrasa

01 de marzo 2025 - 06:23

El Carnaval de Cádiz, una fiesta de arraigada tradición y expresión cultural, ha experimentado una evolución significativa a lo largo de los años. Uno de los aspectos más interesantes de esta transformación es el surgimiento y consolidación de las chirigotas callejeras, agrupaciones musicales que, al margen del circuito oficial, han aportado un elemento distintivo y espontáneo a la celebración. Sin embargo, estas chirigotas han sido objeto de diversas denominaciones, incluyendo el término ‘ilegales’, cuyo origen y significado exploraremos en este artículo.

Antecedentes: los comienzos del Carnaval y su regulación

Para comprender el contexto en el que surge la denominación ‘ilegales’, es fundamental remontarnos a los antecedentes del Carnaval de Cádiz y su relación con las autoridades. En 1936, un Real Decreto prohibió el Carnaval en España debido a su carácter festivo y poco religioso. Esta prohibición se mantuvo hasta la explosión de 1947, cuando el Gobierno Civil permitió la participación de coros y chirigotas, aunque bajo censura. En 1950, se crearon las Fiestas Típicas Folclóricas Gaditanas, un intento de controlar y encauzar la expresión carnavalesca.

Tras un período de 26 años de Fiestas Típicas, en 1977 se retomaron los Carnavales de Cádiz. Este primer año se caracterizó por la elección de la Reina del Carnaval, Mari Paz Ponce, por primera vez mediante votación, y por la participación de agrupaciones como el coro ‘Las Figuras del Ajedrez’ del Quini o el gran innovador del coro ‘Los Dedócratas’. Además, participaron chirigotas como ‘Los Nuevos Demócratas’ y ‘Los Comecocos’. También se produjo un auge en la decoración de calles y plazas, así como en el surgimiento de las Peñas Carnavalescas, asociaciones que fomentaban la organización y participación en el Carnaval.

El surgimiento de las agrupaciones callejeras

Entre 1977 y 1980, las únicas agrupaciones reconocidas oficialmente eran las que participaban en el concurso del Teatro Falla. Estas agrupaciones recuperaron la tradición de realizar pasacalles durante sus desplazamientos, pero esta costumbre fue desapareciendo gradualmente. Paralelamente, comenzaron a surgir las primeras agrupaciones que no participaban en el concurso oficial, marcando el inicio de las chirigotas callejeras.

En 1979, aparecieron ‘Los Margaritos’, una agrupación con siete u ocho componentes y una guitarra, caracterizada por su espontaneidad y cercanía al público, dirigida por Julio Do Campo. En los años siguiente, surgieron chirigotas callejeras como ‘Los buscadores de Oro’, ‘Los Peli-Culeros’ o ‘Los del pellejazo’ con Paco Leal a la cabeza, quienes sentaron un precedente para el crecimiento y desarrollo de las agrupaciones callejeras. Según Domingo Acedo en su trabajo sobre agrupaciones callejeras en 1983 salieron 6 agrupaciones, en 1984, 32 agrupaciones y 42 en 1985 coincidiendo con los años de más población en Cádiz.

A partir de entonces, proliferaron dos tipos de agrupaciones: Por un lado las Charangas, compuestas por miembros de peñas y familias enteras, incluidos niños, y por otro las agrupaciones callejeras propiamente dichas, formadas por grupos de amigos sin un número definido de integrantes, a veces mixtas y otras no, sin reglas establecidas. Estas se caracterizaban por su libertad creativa y su carácter informal, lo que las diferenciaba de las agrupaciones oficiales, por lo que a veces se le llaman no oficiales.

La revolución del Carnaval de 1987 y el nacimiento de la denominación ‘Ilegales’

El año 1987 marcó un hito en la historia del Carnaval de Cádiz. La elección de un cartel anunciador realista y provocador, El tío del cartel, obra del pintor gaditano Hernán Cortés, generó una gran controversia y un aluvión de coplas alusivas. Además, el concurso se trasladó al Teatro Andalucía debido al cierre del Teatro Falla por reformas y, como punto negativo, se suprimieron los tradicionales bailes del Falla, dejando un vacío en la programación festiva y la aparición del Carnaval Chiquito para los más jartibles.

Sin embargo, la principal revolución de 1987 fue la masiva aparición de agrupaciones callejeras, que hasta entonces eran conocidas como ‘murgas’, ‘charangas’, ‘familiares’ no oficiales o simplemente ‘callejeras’. La prensa se hizo eco de este fenómeno, destacando el aumento de estas agrupaciones y su impacto en el Carnaval. En el ABC de Sevilla del 27 de febrero de 1987 se podía leer: “Las murgas callejeras, un nuevo fenómeno carnavalesco que está aumentando en los últimos años.”

Y en el Diario de Cádiz del 1 de marzo de 1987, Domingo de Carnaval: “Varias agrupaciones de las llamadas callejeras acudieron a la Diputación...”.

Es en este contexto de auge de las chirigotas callejeras cuando surge la necesidad de distinguirlas de las agrupaciones oficiales, se utiliza el término ‘no oficiales’ para referirse a aquellas agrupaciones que no participan en el concurso del Falla y, por lo tanto, no están reguladas ni reconocidas por las autoridades.

El origen de la palabra ‘Ilegal’

En 1987 se celebraba el IV Concurso de Popurrí de La Viña. Como en años anteriores, se presentaron muchas agrupaciones de todas las modalidades que participaban en el concurso del Falla. Entre los concursantes estaban los coros ‘Watusi’ y ‘Tierra a la Vista’ de Puerto Real, la comparsa ‘A Fuego Vivo’ de Antonio Martín y la chirigota ‘Un montón de guanminos’ de Carapalo, entre otras. También participó una agrupación callejera llamada ‘Los San Patricios’, dirigida por Antonio Nieto Hueto, formada por 28 componentes.

Para sorpresa de muchos, ‘Los San Patricios’ ganaron el concurso de popurrí con una actuación de 18 minutos (cuando lo habitual eran 12), que hizo reír al público durante todo el tiempo. Arrebataron el primer premio a las agrupaciones que concursaban en el Falla, lo que generó gran controversia.

Tras la entrega del premio de 150.000 pesetas, varios componentes de agrupaciones ‘oficiales’ increparon a ‘Los San Patricios’ con frases como: “Nos robáis el pan de nuestros hijos”, “¡Sois unos cabron..!”, “¡Sois ilegales!”.

Esta última expresión, pronunciada con desprecio y delante de la prensa, fue recogida por Diario de Cádiz el 8 de julio de 1987:

“Este año han salido casi un centenar de ‘ilegales”, junto a la fotografía de ‘Los San Patricio’ con un pie “Los San patricio’ han sido un auténtico bombazo carnavalesco de este año”.

Lo que comenzó como un insulto o un menosprecio hacia la agrupación callejera se potenciaron a través de la prensa y la gente lo asumió con orgullo. Así, el término ‘ilegal’ pasó a ser atractivo, como muchas cosas prohibidas, y se extendió rápidamente por la ciudad, desplazando en gran medida la denominación de chirigotas callejeras.

Al año siguiente, se modificaron las bases del concurso, permitiendo únicamente la participación de agrupaciones que concursaban en el Falla, con las mismas normas en cuanto a número de componentes y duración del popurrí.

La periodista Carmen Morillo en la entrevista realizada, al finalizar el carnaval, al director de la Agrupación Antonio Nieto, encabeza su artículo con: “No sería exagerado decir que estos carnavales han salido a la calle unas 2.000 personas en agrupaciones ‘ilegales’, ‘callejeras’, etcétera.

Ese año, ‘Los San Patricios’ no solo ganaron el concurso de popurrí de La Viña (150.000 pesetas), sino también el segundo premio de cuplés de la Caja de Ahorros de Cádiz (25.000 pesetas), quedaron finalistas en estribillo en el Club Social del Ayuntamiento (5.000 pesetas) y fueron reconocidos como la mejor chirigota del año, peña La Salle-Viña con el premio Pierrot, una escultura realizada por el escultor Nando.

Este acontecimiento marcó un hito en la historia del Carnaval de Cádiz y consolidó la identidad de las chirigotas callejeras bajo el término de ‘ilegales’, demostrando que la esencia del carnaval está en la libertad y la creatividad del pueblo.

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