Pavos reales

Doña Cuaresma

14 de febrero 2025 - 07:00

Mi sobrino Anselmo va camino de ser una oveja descarriada. A fuerza de servirme como infiltrado entre la mafia carnavalesca se está convirtiendo al paganismo y yo creo que está siendo abducido por el maligno. Habíamos quedado en que este viernes me iba a acompañar al callista, pues mis juanetes son ya demasiado visibles en los laterales de las zapatillas que me compré en la tienda de la calle San Miguel en 1986. Pero me llamaba este jueves para decirme que no iba a poder acompañarme, que tenía previsto escuchar el fallo del jurado y se iba a acostar tarde. Como medio Cádiz, vaya. Personas como trinquetes, cientos, miles, pendientes de una radio o una tele. Este viernes el absentismo laboral será digo de tener en cuenta en esta ciudad de vagos y maleantes. Con la excusa de celebrar que se han clasificado para unos míseros cuartos de final, ellas y ellos se habrán dormido a las tantas oliendo a moscatel barato y llamarán a sus trabajos diciendo que han pasado una mala noche, que están con gripe o vaya usted a saber las excusas que habrán puesto. Se levantarán a las doce y se darán un paseo por sus barrios para que los vecinos les saluden y les feliciten, y llegarán a sus casas engreídos y engreídas, cual pavos reales, como si hubieran actuado en la Scala de Milán en vez de pasar el primer corte de un concurso pueblerino y caduco. Y así pasan sus vidas, vacías de contenido, estos mequetrefes, mientras la ciudad continúa cuesta abajo hacia la más absoluta mediocridad. Me ha salido sin querer un pasodoble de comparsa. ¿Seré ya como ellos? Ay omá.

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