Qué penita de concurso

El tipo. Concursantes carnavaleros del 'Un, dos, tres'. Las coplas. Tercer programa de 'Un, dos, tres', el concurso más famoso del mundo, aunque el del Gran Teatro Falla está muy cerca de serlo. Esta nueva edición está dedicada a los héroes anónimos, por lo que participan una pareja de policías -el Talego y el Comisaría-, otra de bomberos -el Mechero y el Gasolina- y una tercera de médicos -el Tirita y el Mercromina-. Habiendo jugado con todas sus cartas en las anteriores actuaciones, su tercer pase se que queda algo cortito. Tiran de una letra con giro final en el primer pasodoble. En él, una persona comienza a contar que desde hace tres años entró a formar parte de su vida algo que les dio una puñalada trapera y le destrozó su familia y su futuro. Por esto, cuando se acuesta con él llena de lágrimas la almohada y las pastillas le alivian menos. Un mal que al final desvelan que es el desempleo, que es la cosa más ruin y canalla que se puede soportar. El segundo pincha algo al utilizar una idea parecida a la que soltó en cuartos de final la comparsa 'OBDC La última flor'. Tienen una conversación con el alcalde de Cádiz para pedirle que le diga a los gaditanos que los milagros no vienen solos y que él no puede con los problemas de los gaditanos, por lo que necesita de su ayuda para que la ciudad no se muera. En el remate se descubre que el regidor municipal es el Nazareno. Quedan fuera de la competición con los cuplés, en los que pasan tanta hambre que vinieron gordos de Supervivientes y no les importa dejar tirados a Donald Trump el viernes en su cumpleaños si pasan a la final.

En cuartos

Las coplas. Nuevos concursantes se suman al Concurso del Gran Teatro Falla. En esta segunda edición, el certamen está dedicado a Andalucía. Triana y Macarena representan a Sevilla, mientras que Alá Final y Al Cajón hacen lo propio con Granada, y Servando y Germán con Cádiz. Una actuación asfixiante. Añoranzas de un concurso en el que el premio más feo es la Ruperteo. Juegan con sus armas para intentar levantar al público a las dos de la madrugada. Es imposible quedarse dormido con el ritmo que le meten a la interpretación. Letras de pasodoble con un puntito efectista que surten el efecto deseado. En la primera, critican a Susana Díaz -llevamos varios días sin escuchar una letra contra ella- por renegar de Andalucía -con bandera en el escenario para reafirmar el sentimiento andalucista-. Una política que prefiere los madriles a esta tierra para "pasear su prepotencia altanera". Una blanca y verde que la socialista pisotea y a la que ellos le cantan cada 4 de diciembre por la muerte de un malagueño. Se redobla la apuesta efectista en la segunda copla, en la que encienden las luces del patio de butacas para dirigirse al público, ya que su premio es alargarle la vida con la risa durante media hora, lo que para ellos supone una tortura de cuatro meses. Un agradecimiento que se vuelve un homenaje a los chirigoteros. Tanda de cuplés irregulares. Mejor el desarrollo que el remate del primero, en el que se presentan como unas personas muy malas, pero más malo es Iñaki Urdangarín -punto fresquito-, que va a entrar en la cárcel. Sí aciertan en el golpe del segundo, en el que se quedarán como en un mannequin challenge si no pasan a semifinales. Popurrí con altibajos por algunos chistes manidos. Optan con fuerza a grabar un tercer programa en el Falla.

En preliminares

las coplas. Carli y Subiela, Love y Cabra, y Pardo y Rivas participan en un concurso frenético y chirigotero al más puro estilo de Choza. Un recuerdo al mítico 'Un, dos, tres' que luego en su popurrí se convierte en un repaso a los actuales concursos televisivos, por lo que la idea del tipo no la termina de aprovechar. Sin embargo, el ritmo sin descanso y la actitud del grupo enganchan al público, a pesar de los altibajos. Primera pregunta en forma de pasodoble, con una música que termina potente, por 25 puntos del jurado al nuevo Patronato del Carnaval. Un cambio al que Choza parece dar sus bendiciones en el desarrollo de la letra -una visión buenista al parecer que ya está todo solucionado-, pero que al final le acaba dando la vuelta al anunciar que sentirá vergüenza de "ser gaditano y chirigotero" si todas estas variaciones no llegan a producirse. Desarrollo demasiado trágico del segundo pasodoble para ser una chirigota, en el que cuentan que un hijo le pega a su madre, pero que no quiere denunciarlo y prefiere verse "medio muerta". No está mal el segundo cuplé a un niño hiperactivo que se queda dormido escuchando esta chirigota. Baja un poco el primero a una mujer que se lía con todo el bloque, pero cuando llega al primero se quedan con las ganas porque les quitan la casa.