Pregón del Carnaval de Cádiz 2024: El Sheriff manda de Oeste a oeste en el salvaje chirigotero
Comienza la fiesta
El pregonero da el pistoletazo de salida al Carnaval desde un saloon de far west donde se sirve el mejor trago a los nostálgicos de la chirigota
Todas las imágenes del pregón del Sheriff del Carnaval de Cádiz 2024
Sheriff: "Algo bueno he tenido que hacer estos años para estar viviendo esto"
Cádiz/De sur a sur, de Oeste a oeste, quizás desde la vieja California a nuestra querida Cadizfornia, quizás desde el pasado de ese Cádiz del que era originario Clark Gable al presente de nuestra Tacita de Plata, sólo hay un único Sheriff, Juan Manuel Braza, que se impone un sólo mandato para no errar el tiro en la inauguración de la fiesta grande de su ciudad: rendir homenaje a la chirigota de Cádiz.
Porque en el saloon del far west en el que el pregonero ha transformado el escenario de la plaza de San Antonio, sólo se sirven buenos tragos en forma de coplas. Duelos de estribillos añejos pronunciados por eternos forajidos e indios a los que echamos tanto de menos... Desenfunda vaquero, que este pregón es sólo apto para nostálgicos, para amantes de la fiesta como el propio pregonero, como el mismísimo Juan Manuel Braza Sheriff, que ha vertido toda su generosidad y su sapiencia carnavalera en la proclama con la que, oficialmente, se da el pistoletazo de salida al Carnaval de Cádiz 2024.
Generoso, con su brillante sonrisa siempre puesta y enfundado en un elegante tipo de marshal americano donde no falta el escudo del equipo de sus amores y los colores azul y amarillo, el pregonero dejaba claro desde los albores de su pregón que “no” cabalga “solo”. Su chirigota y todo Cádiz lo arropa y lo acompaña en la tarea que lo acaba emocionando y poniéndole en la boca una reflexión fuera de texto: “¡Que el mayor premio, señores, es el de las coplas que se quedan; que los premios se olvidan con el tiempo, lo digo de verdad, que el premio es que ustedes nos roben las coplas, que se las queden!”
Entonaban entonces, todos juntos, ese Loquito por verte a tu vera... que tantas noches se ha escuchado de forma espontánea desde las gargantas del público del Gran Teatro Falla... ¡Pero estos son los créditos finales! La película del Oeste de un Sheriff que manda en el Carnaval de Cádiz comenzó casi una hora y media antes, con un chispeo amenazante que pronto paró (“¡gracias San Perico”!) y con un rótulo... ¡Cai!
Se lo sugirió el Piyo en un sueño, confesaba El Sheriff desde un atril donde la herradura miraba hacia arriba en forma de sonrisa, donde desde las paredes, de papel brocado y decorado con antifaces de oro, le miran Manolo Santander con el tipo de ‘El séptimo de Caballería’, Juan Carlos Aragón de ‘Kadi City’, Paquito del Mentidero y María la Hierbabuena, y con un monte Rushmore en el horizonte customizado con sus personajes para la ocasión.
Cai es quizas la palabra que más repitió el pregonero en su texto, a veces rimado, a veces en verso libre, y siempre sencillo, sincero y agradecido. Muy agradecido: a compañeros y competidores, a su familia, a la afición, a los autores de otras modalidades, y al propio Carnaval de Cádiz. “Cádiz de gente humilde, Cádiz de gente trasparente, Cádiz de gente trabajadora, y de inocentes, inocentes./ Cádiz el oeste, al oeste del carnaval, de viuditas copleras y entendidos del racataplán/ En la orilla de la playa, lloraba una caracola, el mar como testigo; mientras que gritaba Don Romualdo, ¡Qué cruz ma caío contigo!/ Que por mucho que repitan y por mucho que se encelen... Cádiz jamás va a dolerte, lo mismo que a mí me duele./ Cádiz prohibido todo prohibido, prohibido en esta ciudad, alerta Tol mundo alerta, que el duelo va a comenzar. ¡Que yo estoy to loco! Y aunque a veces y.... ¡No me sale! (ejecuta dos buenas palmadas a las maneras cuarteteras de Ángel Gago) lo nuestro lo tenemos que cuidar”, declama en uno de los celebrados pasajes construidos con versos de diferentes agrupaciones de distintas épocas que dan la satisfacción a los que lo escuchan de activar su propia máquina del tiempo.
Porque el pregón del Sheriff es un viaje al pasado, uno donde el aficionado vibraba con duelos de chirigotas inolvidables a las que el pregonero invita a su saloon para ajustar cuentas. Eso sí, sin salirse del tipo. Una pequeña muestra bien escogida de agrupaciones que riman con el filme que Juanma Braza ha preparado con tanto esmero de la mano de los artesanos de RAS y con la dirección musical de Abraham Sevilla.
De esta forma, los duelos –¡qué brillante esa parte del espectáculo!– se saldan con la llegada de Quique Valdivia, vestido de un ‘Combois da pejeta’ colorado “como un pimiento chí”, que recuerda el inmortal estribillo del año 88; con la entrada de El Lampi para traernos esa obra de arte del mejor Juan Carlos chirigotero llamada ‘Kadi City’; con la visita de Manolín Santander donde toca acordarse de su padre y de ‘El Séptimo de Caballería’ y con un indio, uno muy querido, entre tanto Sheriff y coroneles, José Guerrero Yuyu, un arapahoe, que joe que se pega un monólogo sobre las tribus indias que se han instalado en Cádiz que nos pone los dientes largos, nos afila las uñas para arañarnos para arriba y nos vuelve a recordar que con su salida del Concurso dejó un vacío que nadie todavía ha podido llenar.
Los pasajes se suceden, bien hilados por música de western interpretada por la banda comadada por Sevilla, que siempre está presente en escena junto a la chirigota del Sheriff, mientras que los invitados salen y entran.
Otros muy celebrados fueron los Hermanos Dalton, ¡y vaya hermanos Dalton!, El Cabra, El Love y los cuarteteros Javi Aguilera y Joselito. “Campeones, campeones”, reconoce a los dos cuarteteros el público que abarrota San Antonio, aunque son menos, pero entregados y potentes, lo que pueden seguir hasta el final otra de esas coplas eternas de la fiesta gaditana, Vivo en una casa, de ‘Las momias da güete pa güa los niños’. Año 86. Letra oportunísima para el debate de locales versus foráneos (“de Foria”, recuerda El Cabra) Desde entonces, no ha llovido ná...
Un poco menos desde que el Sheriff sacara uno de sus grandes éxitos, ‘Caimán’, sólo 30 años. Tres décadas que ayer pudimos tocar con la mano cuando el grupo original (“aquí podemos comprobar que, efectivamente, Tino salió en Caimán”) se reunía para acompañar al pregonero en las tablas de San Antonio. Pasodoble a la amistad, cuplé, estribillo... Bonita reunión que poco a poco iba acercando el pregón de la apertura del Carnaval de Cádiz a las hechuras de homenaje para un carnavalero que, desde luego, lo merece.
Esta sensación se incrementó cuando, tras invitar a sus hijas, Irene y Sara, a cantar con su chirigota, éstas lo sorpreden trayéndose a su comparsa ‘Cádiz puro’ para volver a dedicarle el pasodoble que interpretaron en su paso por el Concurso de este año. Un momento, como la cara del padre denotaba, y por su ausencia en el guion facilitado a la prensa, totalmente inesperado para el pregonero que terminó muy emocionado junto a sus niñas comparsistas.
La entrada tocando a trompeta los compases del pasodoble de ‘Los valientes’ por parte del artista y compañero chirigotero Antoñito Molina también parece coger al Sheriff desprevenido. Pero el roteño le dispara en el corazón, de nuevo, y si pensaba que le iba a cantar su canción Por si mañana, el cantautor le sorprende con una versión para la ocasión con cariñosos versos reconociendo a su chirigota como una de las que escuchaba de niño.
Otra artista de la tierra, Verónica Díaz, fue la voz gospel ideal para ese recuerdo a 'Los aleluyas', primer premio del año 1997; mientras que otro tremendo músico y pregonero de la fiesta, Alejandro Sanz, tampoco quiso dejar la ocasión de estar de algún modo con su querido Juan Manuel Braza en este día tan especial.
Así, el Hijo Adoptivo de Cádiz aparece rematando el pasodoble de ‘Las Madrinas’ a piano que acompaña la proyección de un vídeo con imágenes que buscan resaltar la belleza de nuestra ciudad. “Sheriff, se me olvidaba decirte, ¡Qué porquería’!, termina el internacional músico su intervención audiovisual haciendo un guiño a ‘El Grinch de Cai’, la chirigota con la que el pregonero ha ganado este año un segundo premio (¡otro segundo!) de la modalidad.
‘El Grinch de Cai’ que también estuvo presente por partida doble. Con el pasodoble de la final donde Sheriff homenajea a todos aquellos autores que también han merecido inaugurar el Carnaval (“Cádiz, te sobran pregoneros”) y, en las postrimerías del gran evento, cuando su chirigota se lanza a cantarle esa letra de homenaje que entonaron en el Concurso, también para su sorpresa.
El The end se va intuyendo en un pregón nostálgico, de mucha emoción para el protagonista, pero un espectáculo que implique a la chirigota del Sheriff no puede dejar de lado el cachondeo. Y hubo jarana en el saloon. ¿Cómo que no? Los cuplés de ‘El escuadrón de los jartibles’ (vulgo los mosquitos) fueron el momento perfecto para recordar aquella complicidad Lulu/Sheriff y las bromas desatadas del primero. Pero también El Pelota de Tarifa se encargó de traernos un clima diferente, casi de Carpa de Carnaval, con eso de El caballo camina palante, el caballo camina patrás pero versión country animadita. ¡Hasta lugar para una pedida de mano –la del músico Abraham Sevilla a su novia Miriam– hubo en el pregón del Sheriff!
Pero la historia de romance más bonita de este pregón, la que no se vio superada por ninguna otra, es la de este pregonero con su modalidad y con su fiesta. Y es que no, no era una película del Oeste lo que ha montado el Sheriff este sábado de Carnaval en San Antonio, era una película de simple y puro amor chirigotero.
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