El presidente Vera Luque y sus ministros convencen al electorado del Falla
‘Esto sí que es una chirigota’ triunfa con su tipo y su gran repertorio. El coro de Luis Rivero y la comparsa mixta de Faly Pastrana acompañan a buen nivel
Quién nos iba a decir que tal día como hoy Rajoy y su ejecutivo iban a ser vitoreados en el Gran Teatro Falla. No, no se celebraba un mitín ni nada por el estilo en el coliseo gaditano. La que fue premiada con la ovación del respetable fue la chirigota de Vera Luque, que cayó de pie en el Concurso sacando partido a su tipo de ministros del actual Gobierno. Esto sí que es una chirigota fue lo mejor de esta duodécima función de preliminares, bien secundada por el coro de Luis Rivero y la comparsa mixta de Faly Pastrana.
Abrió fuego el coro de Rivero, con ganas de dar un golpe sobre la mesa tras quedarse fuera de la final el pasado año. Pero lo cierto es que El orfeón, pese a su gran esfuerzo vocal, no acabó de enganchar en su puesta de largo de este año en el Falla. Un repertorio muy intimista -tangos a sus vivencias del pasado año y a la mujer del autor, cuplés sobre las ausencias en el Concurso y el trivial carnavalero- no lució a la misma altura que un conjunto de voces y una música de sobresaliente. No faltaron las ya tradicionales coreografías de un coro que en la próxima fase debe dar una vuelta de tuerca más en cuanto a letras para aspirar a todo.
El aire de musical no nos abandonó, con la salida a escena de la comparsa mixta Un musical en crisis. Letras con intención y mucho futuro por delante el de este joven grupo. El teatro era una caldera a la espera del tercer premio de chirigotas del año pasado, Esto sí que es una chirigota, de Vera Luque, recibidos con el ya inmortal cántico de Los hinchapelotas. Desde que subieron cortinas se veía venir que algo grande iba a pasar sobre las tablas. El tipo, genial, clavando a los ministros del Ejecutivo de Mariano Rajoy -encarnado en el propio autor- aventuraba lo que sería un repertorio de altura, repleto de buenos golpes, crítica e ironía. A destacar los cuplés, muy originales, a las activistas de Femen y a la obligación de las ninfas a venir con el traje de piconera desde el primer día este año, y un popurrí que mezcló con acierto el humor con la reivindicación. No engañaban. Eso sí que es una chirigota.
Antes del intermedio, los cordobeses de Diga melón demostraron lo difícil que es hacer un cuarteto. Le pusieron voluntad pero su repertorio, aún estando muy trabajado, está lejos del nivel que se pide en una modalidad tan complicada. Algún punto de humor visual y poco más, aunque se agradece su respeto por el teatro Falla y su apuesta por conservar las formas clásicas del cuarteto, rimado y usando las claves en los cuplés.
La chirigota de Sevilla Los buenagente hizo pasar un buen rato al respetable con un simpático repertorio, en el que destacaron dos pasodobles bien defendidos y un popurrí con varios golpes. Tras ellos, turno para una comparsa que tiene este año el reto de dar un paso más y dar al fin a la mujer su sitio como poco en las semifinales, ¡Óyeme!, la comparsa mixta de Faly Pastrana. El conjunto de voces demostró estar a la altura de los mejores de la modalidad, a la espera de letras más competitivas en su próximo pase.
Digno cierre de sesión a cargo de los Enviados especiales de Ismael Campos, con buenos pasodobles y un repertorio simpático aún con ciertos altibajos, y la comparsa sevillana El rincón de las verdades, que creció en interpretación respecto a sus últimas participaciones en el Concurso. Su coplas pusieron fin a una noche histórica, aquella en la que Rajoy y sus ministros fueron jaleados al grito de ¡Campeones, campeones! en el Falla. Quién nos lo iba a decir.
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