Selu Obregón: "Dejé el Carnaval porque cuando te lo tomas a pecho, ya no disfrutas”
Fue integrante, junto a sus hermanos y en un grupo muy familiar, de una chirigota sin la que no podría entenderse la modalidad en los 80: la de la peña Los 14 Resultados
Salió en este conjunto de 1983 a 1989, llegando a cuatro finales y alcanzando un primer premio en 1985
Sin los hermanos Obregón Leal y sin la peña Los 14 resultados no puede entenderse la modalidad de chirigotas de los años 80. Uno de ellos, José Luis, asoma a esta nostálgica ventana del Retrocarnaval para rememorar la historia de un grupo que participó en la fiesta de forma ininterrumpida entre 1981 y 1990, alcanzando cinco finales y un primer premio. Nuestro protagonista se incorporó en 1983 y estuvo hasta 1989.
Conviene explicar el origen de esta chirigota, siempre de corte clásico, que radica en la fundación de la peña a mediados de los años 70 en la Cuesta de Jabonería del barrio de Santa María. “Un grupo de parejas parábamos en un bar de la calle Santiago y surgió la idea de hacer una peña. No sé si porque éramos 14 matrimonios, pero el nombre desde luego no fue por las quinielas”, apunta Selu. La peña arrancó participando en el Carnaval de modo familiar, “saliendo en la cabalgata del humor con un motocarro y vestidos un año de Enrique y Ana, otro año de simios. Luego sacamos charangas”.
Pero uno de los hermanos de Selu, Pedro, que tenía un amplio bagaje como integrante de agrupaciones, ‘Los ceporros’ o ‘Los amargaos’, planteó la posibilidad de hacer una chirigota para ir al Falla. Así surgió el debut de este grupo en el Concurso con ‘El padre Abraham y sus pitufos’, en 1981. Le siguió ‘Los guardas del coto Doña Paca’, que entró en la final del 82. “Ya en esta chirigota me pusieron después del Carnaval el traje de Paco Campos, que era el músico, para irme con ellos y me quedé”, cuenta.
Así se unió a un grupo muy familiar por el que, hasta 1990, pasaron cuatro hermanos -Ramón, Antonio, Pedro y el propio Selu- aunque curiosamente nunca coincidieron los cuatro en la misma chirigota. “También salieron en algunos de esos años mi suegro, Paco Sibón; el cuñado de mi hermano Ramón, Chano, con el bombo, y mi cuñado Luis Galán”.
El grupo se lo pasaba “de lujo” y Selu se animó a salir. Su debut fue en 1983 con ‘Los matemáticos’, que no entró en la final. “Ensayábamos en una zapatería al lado de la peña, pero se escuchaba todo desde la calle. Así que nos fuimos a las bóvedas de San Roque donde yo trabajaba”, relata.
Salir con Fletilla, un honor
De cara a 1984 se desvinculó Antonio Torres, que había sido el letrista los dos últimos años, y Paco Campos habló con Fletilla, que se hizo cargo del repertorio. Así nació ‘Los concertistas desconcertados’, un cuatro premio “con unos grandes cuplés y uno de ellos ganó en el concurso de la Caja de Ahorros, que se lo hizo Fletilla a los bancos que habían puesto en la plaza de Mina, que eran tan altos que se sentaba y le colgaban los pies”. Sobre este autor dice Selu que “le gustaba mucho el Carnaval y era muy intenso en los ensayos. Era campechano y se le notaba la afición. Fue un honor salir con él”.
Recuerda que Fletilla tenía en mente sacar para 1985 ‘Gaditanos y por los cuatro costaos’. “No sé qué pasó que al final hubo un malentendido o algo y al final no nos escribió”, explica. Sin saberlo, se estaba gestando un primer premio. “Juan Rivero se había enfadado con su chirigota de la Isla y mi hermano Pedro le llamó para que se viniera. De ‘Los concertistas...’ se habían ido algunos y El Pellejo, que iba a ser el músico, trajo a algunos componentes. Y al final, tampoco El Pellejo y esos que trajo salieron con nosotros, pero se quedó la música”, expone Selu para explicar cómo fueron los inicios de ‘Los brutos secos’.
"Hasta en el programa de radio ‘Encarna de noche’ pusieron el estribillo de ‘Los brutos secos’”
“Ese año estaban ‘Los carreros de la alianza’, que era una chirigota muy fuerte, pero se empezó a hablar de nosotros mientras avanzaba el concurso y el comentario era que el primer premio podría estar entre ellos y nosotros”. Y así fue. ‘Los brutos secos’ quedaron por encima del grupo de los Rosado y compañía. “Llevábamos una chirigota muy completa. Gustábamos por donde íbamos, porque Juan Rivero escribía coplas con temas muy abiertos. Hasta en el programa de radio ‘Encarna de noche’ pusieron nuestro estribillo”. Era de máxima actualidad: “Hace poco tiempo nos hemos enterao que ya se comenta por Algodonales, que el patrón de los paraos, es, es, es San Felipe González”.
Al año siguiente la chirigota se llamaría ‘Cada uno con la suya’. “Fue un disfraz que Juan Rivero vio en la cabalgata de San Fernando y nos la propuso. Íbamos de hombres cargando con nuestras suegras. El disfraz era genial”. La música de pasodoble fue de Antonio Martínez Ares. “Vino él mismo a meterlo a las bóvedas”.
"Nos tragamos una bronca sin comerlo ni beberlo, no le habíamos hecho nada a nadie ni teníamos culpa del cajonazo de ‘Los cubatas’"
Y llegó la final, donde Selu y su gente vivieron la cara amarga del Carnaval. ‘Cada uno con la suya’ se clasificó junto a ‘Las momias de güete...’ y ‘Los tontos de capirote’, quedándose fuera, con enorme e histórico escándalo, ‘Los cubatas’. La final estuvo plagado de tensión, de abucheos y gritos de muchos espectadores que lo pagaron con ‘Cada uno con la suya’. “Fue lo más desagradable que viví en el Carnaval. Nos tragamos una bronca sin comerlo ni beberlo, no le habíamos hecho nada a nadie ni teníamos culpa del cajonazo de ‘Los cubatas’. Y por eso empecé a dudar de si seguir, aunque yo era un entusiasta. Pero me convencieron para el año siguiente”, reconoce.
Dice Selu que las otras dos chirigotas propusieron salir juntas a escena y cantar el estribillo de ‘Los cubatas’, pero la chirigota de Los 14 resultados no lo vio claro y decidió que aquella no era su guerra. “Sabíamos que en el escenario tendríamos que aguantar el chaparrón, como nos advirtió Juan Rivero. Y cantamos bien, a pesar de los nervios, pero era muy doloroso cantar mientras se escuchaban gritos de ¡cubatas, cubatas!”, lamenta.
Ruptura con Juan Rivero
Rivero proyectaba sacar en 1987 ‘Los solteros de plan’ con el grupo de los Obregón, pero finalmente se echó atrás e hizo las paces con su grupo de La Isla, con el que sacó esa idea. “Nos quedamos sin autores y acudimos a Miguel de la Viesca y Antonio Palo. Nos llamamos ‘Los alcaldes de barrio’ y fuimos a la final. Costó sacar esa chirigota en la que entraron chavales nuevos”. Selu hace hincapié en su estribillo, con toques a dos autores con los que habían tenido rencillas o piques: “Nos gusta más el tintorro, que el ‘rosado’ o el ‘ribeiro’, y como alcalde de barrio, barrio viejo que Barrionuevo”.
El grupo se quedó a las puertas de la final en 1988 con ‘Ellas los prefieren gordos’, con música de José Manuel Prada, y también se quedó con la miel en los labios en 1989 con ‘Los porteros automáticos’, una muy buena chirigota en la que participó El Libi. “No estaba para un primero, pero sí para la final. Ahí es cuando decidí dejar el Carnaval, decepcionado. Y si te lo tomas a pecho, no disfrutas. Esa es mi manera de pensar con el Carnaval y eso me estaba pasando. Sin embargo, con ‘Los matemáticos’ no fuimos a la final y me lo pasé de fábula”.
La última chirigota de Los 14 Resultados fue ‘La familia Juan Palomo’, aunque ya no estaba todo el grupo. Poco después cerró la peña.
Fue el adiós de un grupo con grandes ramificaciones carnavalescas. Selu es padre de José Luis Obregón ‘El negro’, integrante muchos años de la chirigota de Remolino y ahora en la del Sheriff, Rober Gómez y Juan Pérez. Es cuñado de los Sibón, el recordado Paqui y Jose, director del grupo del Sheriff, hermanos de su mujer. Emparentados, por Sibón, con el Purri y el Carli. Dani y Ramón Obregón, comparsistas con Bienvenido, son sus sobrinos, hijos de su hermano Ramón. Y el autor Nono Galán es también su sobrino, hijo de su cuñado Luis Galán.
Viñero de cuna y barnizador de profesión
José Luis Obregón Leal nació el 20 de agosto de 1956 en el número 18 de la calle Trinidad, en el barrio de La Viña. Estudió en el colegio Grupo Escolar de San Rafael y pronto entró a trabajar en el taller de pintura de coches de Manolo Orihuela. Pintor de coches fue su primera profesión, trabajando en un taller del Corralón y con Gregorio en las bóvedas del baluarte de San Roque. En este mismo lugar pasó a trabajar en el taller de Serafín y Juan, donde aprendió el oficio de barnizador que le acompañó hasta su jubilación. Está casado con Luisa Sibón, con la que tiene dos hijos: José Luis, que les ha dado dos nietos, Álvaro y Mario, e Irene.
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