Selu 'Takataki': “Con los ‘guanaminos’ actuamos una vez como tribu africana, sin cantar”

Cajilla de compás añejo, Selu Millán participó en una veintena de chirigotas, alcanzando el primer premio en dos de ellas: ‘Un montón de guanaminos’ y ‘Los de Capuchinos’

Comenzó en 1981 en 'Ali Babá y los 11 fenicios' y acabó en 2002 con 'Er Moi y sus mandamientos'

Selu Millán ante una tienda de los Callejones.
Selu Millán ante una tienda de los Callejones. / Julio González

Selu Millán, para muchos ‘Takataki’, cajilla de compás añejo, cargante y guasón como nadie, era de esos niños de La Viña que salían a cantar coplillas a la calle con barricas de sardina como improvisados instrumentos. Su llegada al Carnaval oficial se produjo en 1981, aunque años antes había empezado a ensayar varias veces con otras agrupaciones. “Pero me tiraba más el fútbol y al final me iba”, destaca. Y el primer proyecto que le cuajó, ese año 81, surgió en la peña Nueva Gades, que se acababa de inaugurar. “Allí estaba un hermano de Felipe Campuzano que era militar y que se ofreció a hablar con el pianista para hacernos la música. En principio la letra era de Rafael López Romo, que nos mandaba las cintas con las coplas desde Madrid en el Talgo. Pero nos aburrimos de eso y era complicado seguir ese sistema. Y nos fuimos a buscar a Paco Leal, que no escribía, pero salía en charangas. Paco nos dijo que él no había escrito nunca, pero al final la escribió. Oye, que mangamos premio en el Concurso de San Agustín”.

Su vinculación a la peña El Charpa le llevó a salir, por primera y última vez, en un coro, llamado ‘Danzarines tailandeses’, de Manolo Bravo en 1982. “Ganamos un concurso que organizaba Galerías Mónaco”, apunta. 

Selu Millán en su primera chirigota, 'Ali Babá y los 11 fenicios'.
Selu Millán en su primera chirigota, 'Ali Babá y los 11 fenicios'. / D.C.

En la misma peña también se formó la chirigota ‘Los paños de cocina’, de Agustín ‘Chimenea’, la primera final de Selu, en el 83. “Uno de nosotros que tenía mucha maldad le gastó una broma a Agustín, que era un buen hombre. Había comprado números de la ONCE y este componente se fijó en los números que llevaba Agustín. Se fue antes del ensayo porque trabajaba de noche, pero antes pasó por la peña y dijo que había salido tal número, uno de los que llevaba el Chimenea. Cogió y escribió con tiza el número en el barril de Arroyuelo. Cuando volvimos de ensayar a la peña, el Chimenea miraba de reojo al número. Y fue cuando dijo que la conviá la pagaba él, que le había tocado el número. Y lo pagó todo. Cuando se enteró de la broma llegó al otro día al ensayo diciendo que se iba de la chirigota. Al final lo convencimos”. 

"Yo iba vestida de gitana y me busqué el disfraz el mismo día de cantar. Las cosas que pasaban entonces”

Selu repitió con Chimenea en ‘Los picabillletes’ en 1984. “Recuerdo que uno de la chirigota nos dijo que iba a buscar un spray para la ronquera, porque el grupo estaba tocado de la garganta, y que nos iba a dejar nuevos a todos… ¿nuevos? Nos dejó mudos”, dice entre risas. Después de esta chirigota hizo algunas actuaciones de verano con ‘T.B.O.’, antes de salir en 1985 con ‘Los que se quedan con er cante’ y en 1986 con ‘Los gitanos de la cabra’, que era de Antonio Torres y el Habichuela. “Yo iba vestida de gitana y me busqué el disfraz el mismo día de cantar. Las cosas que pasaban entonces”, destaca.

Estaba por llegar uno de sus mejores momentos en el Carnaval. Para 1987, Francisco Abeijón ‘Carapalo’ formó una chirigota en La Viña, bajo el nombre de ‘Un montón de guanaminos’, todo un primer premio. “Había gente de la peña El Molondro y otros que no lo éramos. Estábamos Quiterio, el Pipa, Ramón el Calvo, Rafalín Payán, Manolito Aragón, José Vicenti ‘El gitano’ en la música… Fue en los ensayos cuando la gente de confianza que venía a escuchar nos iba diciendo que llevábamos una gran chirigota”, explica.

Selu, segundo por la izquierda, en 'Un montón de guanaminos'.
Selu, segundo por la izquierda, en 'Un montón de guanaminos'. / D.C.

El punto fuerte eran los cuplés, “porque el grupo, tú sabes, tampoco era nada del otro mundo”. Destacó el cuplé dedicado al Cojo Manteca, el punki que iba formando bronca por todas las fiestas de España y que amenazaba con venir al Carnaval. “Ese cuplé tardamos en meterlo porque nos entraba la risa viendo al Carapalo decir ‘me cago en los muertos el cojo’. Ahí nos parábamos a reírnos. En el Andalucía fue un porrazo. Y la música del cuplé era genial. Empezamos a creernos que podíamos hacer algo grande a medida que avanzaba el concurso”, detalla Selu. 

"El cuplé del Cojo Manteca tardamos en meterlo porque nos entraba la risa viendo al Carapalo decir ‘me cago en los muertos el cojo’"

Los ‘guanaminos’ se hartaron de cantar por todas partes. “En el primer reparto cogimos cada uno 200.000 pesetas”. De anécdotas hubo unas cuantas. “Una vez actuamos como grupo africano sin tener que cantar. Paco Rubio, el representante, había organizado en la discoteca Joy Sherry, que estaba en la carretera de El Puerto a Sanlúcar y era como un palecete, un espectáculo llamado ‘Noche Salvaje’. Iba a actuar un grupo de danza africano, pero a este grupo lo retuvieron en la aduana por no sé qué asunto y no podía actuar. Y Paco Rubio tiró de nosotros para salvar la noche. Cuando llegamos nos dijeron que no teníamos que cantar, solo hacer como danzas africanas por entre el público. Todos los tíos ‘uh uh uh’ con las lanzas, haciendo el chufla”, relata.

El asunto se complicó cuando ataron a un poste, en plan ritual, a una invitada para simular que los ‘guanaminos’ le metían fuego. “Uno de nosotros, Fermín, le hizo un nudo como para amarrar su bote en La Caleta. Le metieron caña al fuego ese simulado, que echaba un montón de humo, y no había manera de desatar a la mujer. Ella medio asfixiada. Tuvo que venir hasta la Cruz Roja. Qué numerito”, señala.

Apunta Selu que hicieron una campaña electoral con el PSOE. “Íbamos nosotros, Los cantores de Hispalis, Paco Gandía y Chano Lobato. Llevábamos un cuplé al PSOE que los que nos contrataban lo querían escuchar en privado pero nos dijeron que no lo cantásemos en directo”.

"Llevábamos un cuplé al PSOE que los que nos contrataban lo querían escuchar en privado pero nos dijeron que no lo cantásemos en directo”

A ‘Un montón de guanaminos’ le siguió ‘Neptuno, ten cuidaíto con los trasmallos’, cuarto premio en 1988. Carapalo se marchó con el grupo del Petra y Selu se unió a la chirigota de José Antonio Valdivia, saliendo con él en ‘Las mesitas de noche’ (1989) y ‘Los Toi Rizaíto’ (1990). 

Entre 1991 y 1993 fue caja de las chirigotas de Antonio Palo y Emilín Álvarez, llegando a la final con ‘Acorralado’ (1991) y saliendo luego en ‘Pressing Carnaval’ (1992) y ‘Somos mariquitas’ (1993). Nueva final en 1994 con ‘Dios dijo hermanos pero no primos’. El tipo, de capillitas, dio mucho que hablar. “El tipo molestó y no nos dejaron cantar en la semana cultural de La Salle Viña”, indica. 

"El tipo de los capillitas molestó y no nos dejaron cantar en la semana cultural de La Salle Viña”

Tras ‘Los bonitos del norte’ (1995), inició una gloriosa etapa de la mano de Manolo Santander, que en 1996, ya separado del grupo del Petra, hizo un nuevo grupo con veteranos chirigoteros de La Viña como El Poba, Felipe Helmo, Chiqui Moriano, Paco el Cara… y Selu con la caja. Sorprendieron con ‘Las viejas glorias’, con un estilo añejo que gustó mucho. “Fue como volver al pasado. Bebiendo Arroyuelo”, apostilla

Luego vino ‘Guasa cubana’ (1997), cuya clasificación para la final resultó una cruz para el grupo en un año de polémico fallo del jurado. “Hicimos un gran concurso, pero en la calle… yo no he visto cosa más mala. No era normal. Nosotros no teníamos culpa de nada, de que dejaran fuera a ‘Kadi City’ y ‘Los palomos’. En los tablaos nos la dieron mortal”. 

Con su hijo José Luis en 'El Atlético Agujetas...' (2001).
Con su hijo José Luis en 'El Atlético Agujetas...' (2001). / D.C.

El grupo aguantó el tirón y al año siguiente volvió a enamorar con ‘La familia Peperonni’. Selu confirma que el pasodoble al Cádiz, ‘Me han dicho que el amarillo’, “lo teníamos arrumbado, porque no nos gustaba. Al final lo metimos porque faltaban letras y Manolo nos convenció. Y fíjate lo que gustó. Lo repetimos en la final y al año siguiente se hizo célebre”.

"El pasodoble de 'Me han dicho que el amarillo' lo teníamos arrumbado porque no nos gustaba"

A los mafiosos le siguió ‘El séptimo de caballería’, antes de alcanzar la cima con ‘Los de Capuchinos’ en el año 2000. “Cantamos en Sevilla, cuando iban las finalistas a la plaza de San Francisco. Nos dijeron que nos llevásemos cintas porque se vendía mucho. Pero aquello se desbordó. Cuando después de cantar fuimos a montarnos en el autobús, había una cola de gente esperando. Nos pusimos todos los componentes a vender a pie de autobús, cada uno con una caja de cintas. Los billetes volaban. Vendimos en un cuarto de hora 700.000 pesetas en cassettes”.

La chirigota mantuvo bien el tipo en ‘El Atlético Agujetas...’, segundo premio de 2001. Ahí acabó la andadura de Selu con Manolo Santander. “Era un fenómeno. Sabía mucho de Carnaval”, dice del recordado autor. Se despidió en 2002 con ‘Er Moi y sus mandamientos’, de Carapalo y Pacoli, con dirección de El Petra. Ahora ve el Carnaval desde la barrera, pero no es de los veteranos que critican lo nuevo. “Ahora hay cosas muy buenas, hay que reconcerlo. A mí lo que me gusta es el Concurso y es lo que me gustó siempre”, concluye.

Un viñero que no se ha movido de la calle Patrocinio

José Luis Millán Delgado ‘Selu Takataki’ nació el 6 de noviembre de 1954 en una casa de la calle Patrocinio. No se ha movido de esa calle de La Viña desde entonces, aunque sí cambió de casa. Pasó por varios colegios antes de entrar en una cerrajería en la calle Antonio López a los 14 años como aprendiz. Luego hizo varios trabajos como repartidor de gaseosa o de butano. De ayudante de alicatador pasó a ser oficial de albañil, su verdadero oficio hasta su jubilación antes de la pandemia. Está casado con Paqui Gutiérrez Soto. Tienen dos hijos: Ana Mari y José Luis. Y un nieto, José Luis también, que ha seguido sus pasos carnavalescos, “pero él tiene oído y yo orejas”.

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