Esta sí que va por ti, Miliki
El mundo del circo vive su gran noche en el Falla gracias al coro de Julio Pardo y a la chirigota de Choza, protagonistas de la velada junto al cuarteto de Aguilera y Piulestán
Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón. Un circo que tiene como carpa un teatro de ladrillos coloraos donde ejecutan sus hábiles trucos los funambulistas del tango, los equilibristas del cuplé, los magos de la parodia y los domadores del pasodoble. Un circo que cada noche por febrero regala alegrías, emoción y carcajadas a grandes y mayores. Este sí que es el mayor espectáculo del mundo. Con el circo como nexo, el coro de Julio Pardo y la chirigota de Miguel Choza se convirtieron en las grandes triunfadoras de la velada junto al cuarteto de Aguilera y Piulestán, protagonistas de una primera parte de función para enmarcar.
Gran forma de iniciar la defensa del primer premio cosechado el año pasado con Los cabrones la de un coro de Julio Pardo y Antonio Rivas que desplegó un gran espectáculo en el Falla. Un grupo potente como pocos, muy bien conjuntado y que sin perder el sello del coro clásico ofreció una innovadora visión de la Caleta, su particular circo del sol. Buenas letras para preliminares, con más poesía que mensaje, y un popurrí con sentido, rematado con una gran fiesta, coronaron la gran actuación de un coro que, más allá de los gustos, es un seguro de espectáculo sobre las tablas.
Agradó la comparsa Los de izquierda S.A., que lució -en ocasiones, en exceso- su buen conjunto de voces en un repertorio de más a menos. A continuación, la chirigota del Choza protagonizó uno de los grandes momentos de la velada, retomando la temática circense, con su chirigota Los del Aragón: resurgiendo del cajón. Los clásicos payasos de la tele ofrecieron un divertido y completo repertorio, con dos pasodobles de sello añejo -muy bueno el primero, precisamente reclamando que no se pierda la esencia del Carnaval-, dos cuplés divertidos y un popurrí muy trabajado, dando una vuelta de tuerca a las canciones de nuestra infancia. Supieron divertir y divertirse y esta apuesta les puede llevar muy lejos en el Concurso.
La sonrisa no nos abandonó hasta el descanso, ya que de cerrar la primera parte de la función se encargó el cuarteto de Aguilera y Piulestán, Los que siempre se pasan de tiempo. El palo del año pasado le ha servido de acicate a un cuarteto que recuperó su mejor nivel, recreando a su estilo la historia de la película Regreso al futuro. Repertorio de menos a más, con dos buenos cuplés y un gran tema libre en el que Marty McFly-Joselito y Doc-Aguilera descubren en el pasado a Teófila Martínez en su primer viaje a Cádiz, aún siendo una niña… el remate, rindiendo un emotivo homenaje a Paco Chouza, que este año no puede estar con ellos en las tablas, fue uno de los momentos más bonitos de la función. Una buena noticia para la modalidad el regreso del cuarteto de Aguilera y Piulestán.
Tras una gran primera parte, el nivel decayó tras el descanso. No lució la chirigota de Falu Valero y Paco Rosado, que tuvo en la música del pasodoble -preciosa y con mucho pellizco- su mejor y casi única baza. Tampoco brilló en demasía la comparsa de Puerto Real Abriendo Caminos, discreta en líneas generales. En la misma línea estuvo la chirigota del Taka, que tuvo la mala fortuna de coincidir en idea con la comparsa Los hombres de negro y que dejó algunos golpes en su popurrí, poco más. Agradable sorpresa para concluir la velada, una joven comparsa con mucho futuro por delante. Cantando suave, con gusto y sin estridencias Los tataranietos del bigote se estrenaron en la categoría de adultos dejando buenas sensaciones. Les queda un camino brillante por delante.
Con su dulce melodía llegamos al final de una sesión que mereció la pena sobre todo gracias a una primera parte espectacular, con el mundo del circo como gran protagonista. Esta vez sí que fue por ti, Miliki.
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