No valemo un duro
chirigota
FICHA
Localidad: Cádiz
Letra: Antonio Pedro Serrano Álvarez 'el Canijo'
Música: José María Barranco Cabrera 'el Lacio'
Dirección: Antonio Rodríguez Rodríguez
Representante: David Carrasco Muñoz
En 2016: El niño Jesús que tenía tu mare en la mesita de noche
El tipo. Chucherías. Las coplas. Las chucherías entran a cualquier hora del día, aunque de madrugada es muy complicado encontrar un quiosco abierto. Pero el Falla tiene la magia de poder humanizar a caramelos, pipas o kikos. El Canijo demuestra que sabe moverse bien en este terreno por su manera de escribir. Confirman que han mejorado las prestaciones del año pasado, aunque su pase de semifinales quizás esté un poco por debajo del dado en cuartos de final. Combinan la crítica y la sensibilidad en los pasodobles. En el primero, el autor vuelve a dejar su sello con una copla a Andalucía en la que introduce todos los tipos de golosinas de manera acertada. Una tierra en la que no sólo "hay que pasárselo pipa y ponerse como el kiko", sino que también recibe palos con sabor a fresa. Una región que necesita sacar los huevos para dar la sorpresa, por lo que si su pueblo no es capaz de morder ante un panorama tan negro, demostraría que "no valemos un duro". El segundo baja un poco al contar la historia de dos hermanos que se separaron cuando se hicieron mayores. Un repaso a las travesuras que realizaron de pequeños y una llamada de atención para volver a verse en un lugar que no sea un entierro. Destaca en la tanda de cuplés el segundo a Iñaki Urdangarín, al que mandan pipas y kikos a la cárcel porque va a "pasarrato" allí. Flojea un poco el primero al casting que hizo el Benítez para el programa La Voz, en el que le invitan a darse la vuelta en San Fernando. Ya tienen compradas las gomitas para la final.
En cuartos
Las coplas. Un puesto en una esquina de un barrio cualquiera. Una idea con la que el Canijo se desenvuelve de la manera que mejor le funciona. De consumo rápido, como un paquete de pipas. Como auténticos expertos en la materia, se meten de lleno en la pelea del Concurso. Dos letras de pasodobles que definen perfectamente la manera de escribir de su autor. Los caramelos que dan los abuelos a sus nietos protagonizan la primera letra. Un caramelo que sirve para definir la vida, que da momentos dulces pero también hay que tragar saliva, y que permite saber dónde se fueron los mayores cuando se marcharon, ya que siempre acaban en el cielo de la boca. Muy brillante el juego de palabras de la segunda copla, en la que van encadenando términos parecidos para mostrar un mundo en guerra y el problema de la inmigración. Tanda de cuplés para competir, especialmente el segundo, que lo dedican a los runners. Mientras que uno vacila de lo que dura corriendo por las redes sociales, ellos no hacen lo mismo por lo que duran con su mujer. En el primero, un poco por debajo, a la reina Letizia le queda estrecha la ropa de un galgo. Golpe de efecto en el popurrí, en el sacan del huevo Kinder la lentilla del pregonero, que es la puerta de una lavadora. El quiosco seguirá abierto.
En preliminares
Las coplas. Vuelve el foam al Falla. El Canijo sabe desenvolverse en este terreno, el que mejores resultados le ha dado, por lo que se la juega con esta carta. Una apuesta que inicia con una presentación efectista para aprovechar el potencial del tipo al describir todos los tipos de golosinas, como el kiko y la pipa, que como van juntos son Los Rebujitos. Sobresale la música del pasodoble del Lacio, que describen en la primera letra de presentación como sencilla, despacita, sin chillidos, humilde, rancia y salida de las manos de un viñero. Hay que paladearla, más si cabe con el gusto con el que la canta el grupo. La segunda letra peca de rebuscada al decirle a Mariano Rajoy que aprenda de Miguel Clares, el presidente de Los Pabellones, que a la hora de recortar, "recorta como los toreros". En el remate, aseguran que Rajoy y Clares tienen algo en común: amigos 'Entre rejas'. No termina de convencer su desarrollo, más allá del recuerdo a Miguelito. No está malota la tanda de cuplés para abrir boca. En el primero, van a ver a su novia que está de Erasmus en Estocolmo. Se la encuentran en la cama con un nórdico al llegar un día antes, por lo que les pasa lo mismo que a la vieja del anuncio de la Lotería, que les toca antes. En el segundo, cachondeo con los vecinos de Muñoz Arenillas, que por sus protestas le dicen a una cabrilla que se salga sola para no hacer ruido. El popurrí mezcla chistes previsibles con cuartetas más lúcidas, como la del paquete de patatas.
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