Los vigilantes

El tipo. Gaviotas vigilantes. las coplas. Protectoras contra las aves carroñeras. Gaviotas que llevan 3.000 años susurrándole al levante y que alzan sus alas con un viento de libertad. En una función con un nivel mediocre, la comparsa de Fran Reyes y Sergio Molina, una de las que caminan por la delgada línea que marca el primer corte, sobresale de la media con un vuelo con el que intentan tocar el cielo de los cuartos por primera vez. Puede que les falte algo de fuelle para alcanzarlo, aunque dejan una sensación agradable al presentar un repertorio sin estridencias. Resalta la cadencia mecida del pasodoble, suavecito, sin complicaciones y con una melodía alegre. No cogen tanto el vuelo con las letras. Agitan sus alas contra los que siguen votando a Mariano Rajoy, a pesar de las historias de los que emigraron, los que siguen buscando un futuro con 30 años o los que despidieron sin ninguna razón. Peca de efectista la segunda copla, que interpretan a capela para dar voz a los que no tienen nombre en el Carnaval: los que no ganan dinero, las mujeres, las callejeras, la cantera o la afición. Vuelo bajo en los cuplés, en los que hacen un favor a una mujer y se quedan con sus dos hijos y al mannequin challenge de Teófila, que dejó a los gaditanos parados. Por si acaso, nos quedaremos vigilantes.